domingo, 17 de junio de 2018

"The lodgers", un cuento gótico con una magnífica puesta en escena pero que no acaba de aprovechar todas sus posibilidades


Título original: The Lodgers. Año: 2017. Duración: 92 minutos. País: Irlanda. Director: Brian O´Malley. Guión: David Turpin. Música: Kevin Murphy. Fotografía: Richard Kendrick. Produce : Tailored Films. Epic Pictures Group. Avatar Audio Post Production. Bowsie Workshop. Outer Limits Post Production. E-Color Studios Point 360. Interpretes: Charlotte Vega, Bill Milner, Eugene Simon, David Bradley, Moe Dunford, Roisin Murphy, Deirdre O'Kane, Emmet Kelly, Emma Whelan, Tara Doyle.

Reconozco que no puedo ser objetivo. Me encanta el buen cine gótico y las historias de fantasmas. Cuando empecé a ver esta película me acordé enseguida de dos cintas que  tienen algunos puntos en común con esta peli, me refiero a "Suspense" de Jack Clayton, basada en la célebre novela de Henry James "Otra vuelta de tuerca" y "Los otros" de Alejando Amenabar.   Fue inevitable recordarlas, en un caso por la morbosa relación de unos niños huérfanos que parecían poseídos por los espíritus de unos pérfidos criados muertos en  una vieja mansión  a la que acudía la institutriz protagonista; en la otra por la necesidad de someterse a ciertas reglas y las alusiones a los otros habitantes de la mansión, los espíritus,  que no eran tales pues los que estaban muertos eran ellos mismos. Ahí se acaban las referencias, pues lejos de aquellas memorables películas esta no acaba de aprovechar todas sus posibilidades y se queda en tan solo un magnífico ejercicio de ambientación gótica, con algunos detalles muy interesantes,  pero que naufraga por un deficiente y esquemático guión, escasamente desarrollado en sus múltiples posibilidades fílmicas así como en el desarrollo de algunos personajes.


No se puede ocultar que la peli tenía unas muy buenas mimbres como para haber arribado a buen puerto. Las interpretaciones de los hermanos no están mal, quizás la del chico, Edward, es más oscura y un punto histriónica en la evolución de su mente atormentada mientras la de la chica, Rachel,  que sostiene buena parte de la película, hace más creíble su personaje y es más espontánea  en su interpretación, mostrando el inevitable  deseos de escapar y de vivir en libertad de una joven  que vive su primera experiencia sexual con un joven del pueblo. Pero la película es sobre todo una autentica gozada visual de ambientación gótica, con una muy lograda atmósfera y  una malsana belleza.  Nos encontramos en la Irlanda de los años 20, recién acabada la primera guerra mundial. Dos gemelos adolescentes huérfanos a punto de llegar a su despertar sexual viven en la decrépita e imponente mansión de Loftus Hall, de acuerdo a unas normas impuestas por unas fantasmagóricas criaturas: deben estar en su habitación antes de la medianoche, no pueden dejar entrar en la casa a ningún desconocido y si uno de los dos abandona la mansión el otro morirá. Están condenados a vivir en la mansión para siempre repitiendo generación tras generación, desde hace más de 200 años, una incestuosa relación que terminará inexorablemente con su muerte. Pero la hermana, Rachel, se niega a aceptar ese inexorable destino.


La película es como he dicho más de atmósferas ominosas (los cuadros, los muebles, la escalera, la luz de las velas, etc) que de causar verdadero terror. Los fantasmas no causan mucho miedo que digamos, aunque tienen su puntito. El agua se erige junto con la casa, con sus inevitables chirridos y su escalera de madera,  en uno de los elementos protagonistas pues es el elemento en el que viven y del que surgen las fantasmales criaturas,  que surgen siempre desde abajo:  desde el sótano, desde el fondo  del lago. Al margen de la pareja de hermanos cabe señalar la presencia de David Bradley (como olvidar sus papeles de Abraham Sertrakian en "The Strain" o de Walder Frey en "Juego de Tronos"), abogado de la familia, y que al visitar la casa para anunciar a los hermanos que tienen que abandonar la casa precipitará los acontecimientos, además del ambiente hostil que sufre el joven mutilado de guerra, Sean, enamorado de Rachel, por su participación en la guerra europea, como soldado británico, lo que consideran sus convecinos una traición. 

No quisiera terminar este breve comentario sobre esta película sin citar la estremecedora e inolvidable nana que tararea la joven protagonista y que sirve de banda sonora de la película, otro elemento más de los muchos que tiene la película  que ayuda a recrear su  desasosegante ambientación.  En definitiva y a pesar de sus imperfecciones, que son muchas sus múltiples  detalles reseñables que he comentado a lo largo de esta entrada hacen  que recomiende, sin dudarlo, a los amantes del género y de las atmósferas ominosas, esta interesante cinta.

viernes, 8 de junio de 2018

Cuidada adaptación del clásico de W. Collins "The woman in white"


Me gustan las series de época. Me gustan las series basadas en adaptaciones de clásicos de la literatura. Por lo tanto cuando descubrí esta nueva adaptación del clásico literario de Wilkie Collins, "La Dama de Blanco", me apresure a verla. Sabía que no me iba a defraudar. La televisión británica y especialmente la BBC es sinónimo de calidad y esta nueva adaptación del clásico de Collins es una buena muestra de ello. "La Dama de blanco" es una novela epistolar escrita en 1859, publicada de forma serial entre 1859 y 1860 en la revista literaria "All the year round" fundada por Charles Dickens. Es considerada una de las primeras novelas de misterio, precedente de las novelas policiacas e inauguró un subgénero ingles que se llamó "sensation novel" o novela sensacionalista que recogía temas que giraban en torno a biografías criminales y que recogían también, en parte, la herencia literaria de las novelas góticas y románticas.  Aunque en la serie no se percibe de forma clara, la novela está contada desde diferentes perspectivas o puntos de vista.

La serie está muy bien ambientada e interpretada, destacando el papel de Marian Halcombe, interpretado por Jessie Buckley, sin que desmerezca el resto del plantel con Olivia Vinall como Laura Fairlie, su tio Frederick interpretado por el Lanister "Charles Dance",  Dougray Scott como Sir Percival Glyde, Riccardo Scamarcio como el conde Fosco, Ben Hardy como Walter Hartright, entre otros. Es una producción de época típica de la BBC con un gran cuidado en los paisajes y la fotografía, hasta el punto de que sus imagenes tienen en ocasiones un carácter un tanto pictórico, todo un deleite para los sentidos. A continuación reproduzco el argumento completo por si alguien se anima a visionarla.

El joven profesor  Walter Hartright, es empleado por el señor Fairlie, de la Casa Limmeridge, en Cumberland, para que enseñe a su sobrina, la bella heredera Laura Fairlie, y a la medio hermana de ésta, Marian Halcombe a mejorar sus clases de pintura. Walter y Laura se enamoran, pero el profesor  no tiene la clase social de  Laura, y ésta al parecer  tiene un compromiso con el baronet Sir Percival Glyde por haberle ofrecido  su padre en el lecho de muerte la mano de su hija al citado baronet, considerado un amigo por el finado. Walter se marcha de la residencia de los Fairlie a petición de Marian y también por decisión propia, para evitar así hacer daño a la mujer que ama, y decide embarcarse hacia las Américas, concretamente a Honduras, para intentar olvidar su  dolor por la pérdida. 

Laura comienza su vida matrimonial, con Marian como compañera. Pronto descubrimos que Sir Percival tiene graves problemas financieros y que se ha casado con Laura única y exclusivamente por su dinero. Su amigo el conde italiano Fosco, cuya esposa es tía de Laura, está implicada en una retorcida trama para hacer con el dinero de la joven.  Marian, a pesar de sus pretendidos encantos seductores desconfía  de él. Marian, tras escuchar a hurtadillas la  trama planeada por el conde  Fosco y su amigo Sir Percival,  cae gravemente enferma, pues se vió obligada a pasar la noche, bajo una intensa lluvia,  a la intemperie. Este es el momento  que aprovechan los dos villanos  para culminar  su plan: harán creer a una confusa y convaleciente Marian que Laura ha muerto de repente después de una visita a su tía en Londres. 

Como en la novela, en la serie aparece en diferentes ocasiones una huidiza  mujer vestida de blanco. Se llama Anne Catherick y es hija de una antigua ama de llaves de los Glyde; la joven tiene un incomprensible  parecido con Laura. Como rasgo distintivo, esa mujer  viste de blanco al parecer en recuerdo de la difunta madre de Laura, que la había tratado con cariño durante su estancia en Limmeridge cuando cuando no era  más que una niña.   Anne tiene su primer encuentro con Hartright en el primer capítulo de la serie, y más tarde se entera éste de que ella había escapado de un manicomio  donde había sido recluida  por su madre y por Sir Percival. Mental y físicamente frágil, Anne da pistas repetidas sobre un terrible  secreto de  Sir Percival, a quien odia y teme. Descubriremos, además que Anne es hija ilegitima del padre de Laura, de ahi el sorprendente parecido con Laura y de ahí vino el que sir Percival le arrancase al padre de Laura la promesa de casarse con una de sus dos hijas a cambio de no hacer público el escándalo.

Pero sigamos con el argumento, el parecido de Anne  con Laura será usado por Sir Percival y Fosco para intentar lograr sus objetivos: Anne muere e ingresarán a Laura en su lugar en el manicomio, con la esperanza de que nadie descubra el cambio. Con el tiempo, Hartright regresa a Inglaterra, que rescatará con la ayuda de  Marian a Laura del manicomio donde se encuentra  recluida.  Laura se halla muy  afectada mentalmente viviendo en constante miedo de ser capturada  por los hombres que le han destrozado su vida.  Hartright y Marian intentan sin éxito  denunciar el secuestro y la trama, pero se dan cuenta que deben forzar a Sir Percival a confesar si quieren que Laura recupere su vida y su destino. Buscan el secreto que conocía Anne y  que esperan utilizar como elemento de presión. Hartright descubre en una apartada  capilla la partida de matrimonio de los padres de Sir Percival, la cual parece haber sido falsificada con la intención de ocultar la ilegitimidad de tal matrimonio, que le privaría del título y de la herencia si se hiciera pública. 

Sir Percival en su afán por encontrar la prueba y hacerla desaparecer provoca involuntariamente un incendio que acaba con su vida. Muerto Sir Percival solo queda  el conde Fosco, pero este morirá a manos de un amigo de Walter, un tal Pesca, italiano como Fosco, masón para más señas, se nos habla de una sociedad secreta a cuyos integrantes denunció el conde. Pesca había sido responsable, además  de que Walter  comenzase a trabajar en Limmeridge.  Laura ya es libre para casarse con Hartright.  Hartright logrará que se reconozca la identidad de Laura en Limmeridge, y el nombre de la tumba, de Laura Fairlie  se sustituirá  por el de Anne Catherick, que es quien realmente la persona que se encontraba allí enterrada.

Existe una versión de este clásico que me gustaría visionar. Se trata de  una  película en blanco y negro del año 1948, en la que  los principales papeles están interpretados por Eleanor Parker como Laura y Alexis Smith como Marian. Me consta que hay otras adaptaciones, sin ir más lejos otra de la BBC de hace algunos años.

viernes, 1 de junio de 2018

"The city and the city", interesante miniserie británica llena de mensajes y simbolismos


Hace unos días ví esta miniserie británica de cuatro episodios basada en la novela del mismo nombre de la autora China Mieville, que además es, a la sazón, la guionista de la serie. La trama, a caballo entre el thriller policiaco y la ciencia ficción, nos cuenta la investigación sobre el asesinato de una joven, Mahalia Geary, residente en la ciudad de UI Qoma pero cuyo cuerpo se encuentra justo en la frontera con la ciudad de Beszel. La investigación corre a cargo del inspector Tyador Borlú (David Morrisey). Pero lo más importante es el marco en el que se mueve la trama. 

Nos encontramos con dos ciudades gemelas, pegadas una junta a otra, dos ciudades-estado ficticias, llamadas Beszel y Ul Qoma, una de las cuales tiene rasgos de alguna ciudad del este de Europa. Las dos ciudades tienen diferentes, sociedades, cultura, tecnologías y lenguajes pero coexisten en el mismo espacio. Sin embargo sus habitantes no ven a la otra ciudad. La separación es impuesta por una organización en la sombra llamada La Brecha. Es posible viajar de una a otra ciudad siguiendo los cauces reglamentarios y un largo proceso de reorientación. Sin embargo los que rompen la separación ilegalmente son hechos desaparecer para siempre.

El detective Borlú está obsesionado por la desaparición de su esposa Katrynia que al igual que Mahalia estudiaba la posible existencia de una tercera ciudad, una ciudad mítica llamada Orciny, oculta entre las dos ciudades gemelas. La investigación de Borlú le llevará a adentrarse en los secretos de estas dos ciudades, trabajando con la Militsya de UI Qoma y a enfrentarse contra extremistas políticos e intereses comerciales oscuros. Ambas ciudades, incluso la Brecha,  pretenden investigar el caso. Además en un momento determinado el inspector Borlu logra ver la otra ciudad rompiendo su imaginaria barrera y topándose con mayores amenazas y enemigos.

No resultaba fácil a priori reflejar en pantalla la coexistencia de dos mundos distintos. Se consiguió a través de pequeños detalles: como el color, la iluminación, la ropa, la decoración y la arquitectura. Beszel podía recordar a Estambul, con predominio de colores suaves y marrones mientras que UI Qoma tiene modernos rascacielos y domina el rojo brillante con azul o azul blanco. Además la cámara difumina la visión de la otra ciudad, con el fin de hacer más real la percepción o mejor dicho la no percepción de la otra urbe. La idea de hacer verosímil estas dos ciudades ficticias llega hasta el punto de crear dos idiomas diferentes, en UI Qoma el illitan  que se basa remotamente en el  guión georgiano Mkhedruli mientras que en Beszel utiliza el inglés aunque con signos diacríticos europeos y algunas letras cirílicas.

La serie se rodó en localizaciones dentro y en las afueras de Liverpool y de Manchester, que sin embargo aparecen, en mi opinión,  bastante irreconocibles. La serie sorprende, subyuga por el planteamiento de la historia y la plasmación estética visual de un universo imaginario,  el de las dos ciudades gemelas,  una plasmación que no veíamos con tanto detalle,  perfección y autenticidad desde hacía tiempo. Aunque a otras personas pueda parecerles esta serie confusa, críptica y pretenciosa. Es cuestión de gustos y sensibilidades. Da juego para muchas elucubraciones y búsqueda de símbolos. David Morrisey está soberbio en su actuación. Una serie diferente, inquietante, desconcertante.