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martes, 31 de marzo de 2015

"Seguridad no garantizada", una simpática comedia de viajes en el tiempo sin viajes en el tiempo

Título original: Safety Not Guaranteed. Año: 2012. Duración: 85 minutos. País: Estados Unidos. Género: Ciencia ficción. Comedia. Romance. Viajes en el tiempo. Director: Colin Trevorrow. Guión: Derek Connolly. Música: Ryan Miller. Fotografía: Benjamin Kasulke. Interpretes: Aubrey Plaza, Mark Duplass, Jake Johnson, Karen Soni, Mary Lynn RajskubLauren Carlos, Jeff Garlin, David Schultz, Kristen Bell, Lynn Shelton. Productora: Big Beach Films / Duplass Brothers Productions.

Simpática película de cine independiente en la que la excusa argumental, el "macguffin",  es el viaje en el tiempo. Alguien pone un anuncio en el que dice "se busca alguien dispuesto a viajar conmigo en el tiempo. Pago al regreso. Es necesario traer tus propias armas. Seguridad no garantizada". Ese anuncio llamará la atención de una revista que enviará a sus intrépidos reporteros interpretados por el sugerente rostro de Aubrey Plaza en el papel de Darius Britt, el cínico Jake Johnson, como Jeff Schewensen y el actor asiático Karan Soni, como Arnau, para buscar a la persona que ha escrito ese anuncio. La búsqueda de la verdad se convertirá, en realidad, en una búsqueda de sus propios sueños individuales, el de Jake personificado en un amor de juventud y el de Aubrey que encontrará en el autor del insólito mensaje, un inolvidable Kenneth Calloway, interpretado por Mark Duplass,  a un hombre excéntrico, poco común, una persona que por momentos no sabemos si está loco de remate o es un visionario que realmente es capaz de viajar por el tiempo. Darius descubrirá que el origen del deseo de viajar por el tiempo de Kenneth se basa en una gran mentira, la muerte de su novia, pues más tarde descubriremos que la novia sigue viva. Al final Darius revelará a Kenneth el engaño a que ha sido sometido por ella, pero en la última escena les veremos desaparecer, a ambos, en el lago, probablemente haciendo realidad ese sueño prometido de viajar en el tiempo, a bordo de una wellesiana máquina del tiempo, un pequeño guiño al gran clásico.

El director, Colin Trevorrow se basó en una anécdota real sucedida en 1997 cuando a un redactor de la revista “Backwoods Home Magazine” se le ocurrió la idea de publicar una propuesta de viajes temporales, ofrecidos anónimamente tras un halo de misterio y de cierta profesionalidad. La película lejos de ser una cinta de ciencia ficción al uso es una comedia romántica en la que como he dicho el viaje temporal es una simple excusa que solo se hace visible y real en la escena final. La cinta es sobre todo un viaje hacia el interior de uno mismo, una llamada a buscar y alcanzar los sueños del tipo que sean (laborales, amorosos, etc) en la realidad más cercana, en esa que dejamos atrás, sin querer,  no hace demasiado tiempo o que la tenemos al lado, sin darnos cuenta o sin valorarla en lo que se merece. Vamos, como en la vida misma. Aquí no se trata de viajar al pasado para reescribir la historia porque la historia sencillamente no es como te la contaron, aunque el protagonista se crea que ya la ha cambiado.

El viaje final en el tiempo aparece como la lógica culminación de un deseo, de una búsqueda, una búsqueda que no es nunca individual sino compartida. El extraño protagonista interpretado por Duplass necesita una compañera de viaje, una compañera que resulta, en cierto sentido tan atípica, como él. Comedia ingenua,  de perdedores, que al final no lo son tanto, de gente perdida buscándose a si misma en este mundo de apariencias y fingimientos. La película tiene una serie de ingredientes, manejados con habilidad e ingenio que la hacen atractiva y diferente: unos personajes excéntricos, inolvidables y un gancho como es el del viaje en el tiempo, que no está orientado a salvar al mundo sino que es utilizado para encontrar nuestro lugar en él. El director suple la falta de medios y de recursos creando una comedia fresca, ligera, no exenta de cierta melancolía,  alejada de clichés donde se busca más la sonrisa que la risa o la ternura que el sentimentalismo. Película con una atractiva banda sonora y alusiones a otras cintas del género: Star Wars, sin ir más lejos.

domingo, 29 de marzo de 2015

"Coherence", cuando nuestros peores enemigos somos nosotros mismos

Título: Coherence. Director: James Ward Byrkit. País: USA. Año: 2013. Duración: 89 min. Género: Ciencia-ficción, drama. Interpretes: Emily Foxler (Em), Maury Sterling (Kevin), Nicholas Brendon (Mike), Lorene Scafaria (Lee), Elizabeth Gracen (Beth), Hugo Armstrong (Hugh), Alex Manugian (Amir), Lauren Maher (Laurie). Guion: James Ward Byrkit; basado en un argumento de James Ward Byrkit y Alex Manugian. Producción: Lene Bausager. Música: Kristin Øhrn Dyrud. Fotografía: Nic Sadler y Arlene Muller.Montaje: Lance Pereira. Distribuidoras: Good Films y La Aventura. Estreno en España: 24 Octubre 2014.


Extraña pero interesante película de ciencia ficción, con factura de cine experimental. Un grupo de parejas amigas se reune a cenar en casa de una de ellos. Va a pasar un cometa cerca de la tierra, tal y como lo hiciera en el año 1923, en Finlandia. Y tal como entonces empiezan a suceder a cosas. Lo peor está por llegar. El descubrimiento de tu "doppelganger" siempre inquieta. A todo el mundo le asusta la disociación, incluso la propia usurpación  de su propia personalidad, por otro exactamente igual a tí. Ya he visto ultimamente  algunas películas parecidas ("The broken", "Mi otro yo") pero esta, afortunadamente mucho más acertada,  da una nueva vuelca de tuerca al asunto. 

Nuestros amigos descubrirán una casa igual, con yoes alternativos que pueden infiltrarse en su propia realidad con el fin de prevalecer. Pero ¿Cuál es la verdadera realidad?, ¿Cuál es el original?, ¿Cuál es la copia?. Parece como si a medida que salieran al exterior de la casa y atravesarán una zona de sombra se bifurcasen sus yoes y sus mundos creando infinitas replicas de sí mismos. La película tiene una apariencia un tanto teatral tanto porque se desarrolla en apenas un único escenario como porque su  guión  está sustentado fundamentalmente  en los abundantes  diálogos entre los personajes. La película tiene cierta complejidad que no la hace accesible a todo tipo de público. La cinta tiene un final abierto. Cuando parece que la terrible noche ha pasado descubrimos que nada es lo que parece. En definitiva una nueva película que explora el tema de las realidades alternativas, si bien adentrándonos, esta vez, además, en las fronteras del terror psicológico, sin abandonar su base científica, la  mecánica cuántica,  tan de moda y controvertida en nuestros días.


miércoles, 25 de marzo de 2015

"El ministerio del Tiempo": una recomendable serie de ciencia ficción española sobre viajes en el tiempo al pasado del país

He de reconocer mi prevención cuando me comentaron: se estrena una serie española  de viajes en el tiempo. Pensé: ¡Cuidado!. ¡A ver que churro sale!. La apuesta era muy arriesgada. Estamos acostumbrados a ver muchas comedias, algunas series costumbristas y de época pero salvo honrosas excepciones no se nos daba, no se nos da muy bien eso de cultivar ciertos géneros: siempre me he preguntado porque los británicos cultivan, por ejemplo tan bien el género sobrenatural y los americanos la ciencia ficción. Hasta ahora nadie se había atrevido a realizar en España una mezcla tan interesante de historia y ciencia ficción, del "fue así pero pudo ser de otra manera". Ví el primer capítulo, aquel en el que nuestra  "patrulla del tiempo" viaja a la época de la guerra de la independencia y hubo algunas cosas que me chirriaron. Cuesta aceptar ciertas caras, ciertos actores en determinadas situaciones, pero superados lo que seguramente son ciertos prejuicios personales, se puede disfrutar, sin problema de la trama de los diferentes capítulos, algunos desde luego más conseguidos que otros. 

La serie cuenta el mayor secreto de estado de España, la existencia de un ministerio que controla desde los tiempos de Isabel La Católica el acceso a puertas que permiten viajar hacia atrás en el tiempo, al pasado. Parece que no se puede viajar al futuro. Enseguida, y por asociación de ideas me acordé de la serie británica "Doctor Who" y de su spin-off "Torchwood" (en la que existe una agencia secreta creada por la reina Victoria para vigilar los peligros que pueden venirnos de "allí fuera", amenazas que se podían colar por una fisura espacio-temporal hacia nuestro mundo). Aquí tenemos todo un Ministerio del Tiempo, cuya  "patrulla que viaja por el tiempo" es su comando operativo y que tiene como objetivo impedir que algunas personas viajen por las puertas temporales para cambiar la historia y por lo tanto nuestro presente.

Hasta el momento, se ha emitido el 5º capítulo y la patrulla ha viajado a 1808 para salvar al Empecinado, al siglo XVI para evitar que Lope de Vega muriese en la guerra contra Inglaterra con la Armada Invencible, a 1941 para evitar la entrada de España en la 2ª Guerra Mundial, a 1491 para evitar que el rabino que creó "El Libro de las Puertas" fuese quemado por orden de Torquemada y a 1981 para lograr que el Guernica volviese a España como así fue en la realidad. La serie está muy bien producida, no parece española, no es una superproducción pero están bastante cuidados los detalles de ambientación y muy bien rentabilizado cada euro de presupuesto.


Tiene un punto de humor  que le viene muy bien, pues le quita seriedad y gravedad al conjunto. No son españoles, pues improvisen, dice el subsecretario del Ministerio del Tiempo (un todavía en forma Jaime Blanch), guiños al padre de Rodolfo (Sancho Gracia), ¿Como se llama?, le preguntan en el capítulo del Empecinado a Julián:  Curro Jimenez, contesta, referencias a otras series: esa cara me suena, dice Rodolfo-Julian de Michelle Jener (que hace de Isabel en el capítulo del rabino, como hacía de Isabel en Isabel, junto a Rodolfo) y así sucesivamente.  Al margen del caso de la semana, resulta especialmente destacable ver como crecen y se desarrollan las relaciones entre  los principales protagonistas, Julian (Rodolfo Sancho), Alonso (Nacho Fresneda) y Amelia (Aura Garrido), el choque cultural de Alonso y Amelia, la irresistible tentación de Julián de intentar reescribir su pasado, los secretos de otros personajes principales. 


La serie está muy bien documentada y seguramente ayudará al conocimiento o la difusión de algunos pasajes de nuestra historia, que no está nada mal para los tiempos que corren en este tipo de conocimiento. Bonito guiño, por otra parte, a otro clásico del género "temporal", a la película "Atrapado en el tiempo", en el capítulo del rabino donde nuestros protagonistas caen una y otra vez en el mismo bucle temporal. La serie no está teniendo grandes audiencias, son más bien discretas, el último capítulo apenas 2,5 millones de espectadores, un 11,5 de share, sin embargo esta´teniendo una intensa actividad en las redes sociales donde ya se conoce a los fans de la serie, un reducido pero muy activo grupo de fans, como "ministéricos". Parece que en este país no somos muy dados a producciones de este tipo de género, TVE ha confirmado, sin embargo, esta semana, el encargo de una segunda temporada de la serie con ocho nuevos episodios, noticia de la que me alegro porque nos permitirá seguir disfrutando de las aventuras y desventuras de esta singular "patrulla del tiempo" y seguir jugando con lo que pudo ser y no fue.


Tristemente esta no es la mejor historia posible de nuestro país, es la que es, pero pudo haber sido mejor y también pudo haber sido mucho peor. Se imaginan ustedes  que la Armada Invencible hubiese ganado a Inglaterra, que el absolutismo no hubiese triunfado tras la guerra de la independencia, que la República hubiese ganado la guerra civil, que Franco hubiese entrado en la 2ª guerra mundial, que Carrero no hubiese muerto en el atentado, que   el golpe de estado de 1981 hubiese triunfado. Acontecimientos transcendentales que habrían creado mundos o realidades alternativas, paralelas a las nuestras, pero absolutamente diferentes. La serie, si quisieran sus creadores podía dar mucho más de si pero mucho me temo que se va  a quedar en su encorsetado esquema argumental de viajar al pasado para evitar cambios en el futuro que es nuestro presente. No obstante y pese a esta pequeña crítica  su visionado merece la pena. ¡Disfrutenla!


martes, 10 de marzo de 2015

"Capitan Harlock", una espectacular película de animación espacial


Título original: Uchû Kaizoku Kyaputen Hârokku (Space Pirate Captain Harlock). Año: 2013. Duración: 115 minutos. Pais: Japón. Director: Shinji Aramaki. Guión: Harutoshi Fukui, Kiyoto Takeuchi (Cómic: Leiji Matsumoto). Música: Tetsuya Takahashi. Fotografía: Kengo Takeuchi. Reparto: Animation. Productora: Toei Animation / Toei Video Co., Ltd. Género: Animación. Ciencia ficción. Aventura espacial. Manga. 3-D

Entretenida película de animación japonesa basado en el manga de Leiji Matsumoto, estrenada el pasado 30 de enero. La ví apenas unos días más tarde. La cinta está ambientada en un futuro post-apocalíptico, el año 2977, donde 500.000 millones de seres humanos sueñan con regresar al planeta Tierra. El universo está dominado por la coalición Gaia a la que se enfrenta el capitán Harlock, una especie de pirata espacial, que trabajó para la coalición pero que en la actualidad es una especie de renegado furtivo perseguido por todo el universo. Harlock incluso, como buen pirata, tiene un parche en el ojo y un extraño pajarraco posado sobre su hombro, vamos, como los piratas de toda la vida. En la trama de la película  vemos al joven Logan  infiltrarse en Arcadia,  la nave  del capitán  Harlock,  una nave enorme que intimida tan solo  con  ver su oscura presencia y su bandera pirata (utiliza la materia oscura  y es prácticamente indestructible). Logan, es hermano del principal líder de la coalición Gaia, Ezra, pero las cosas no son como parecen (nunca lo fueron) y el infiltrado se pasará con armas y bagaje al enemigo, es decir a las filas del capitán Harlock. La película se deja ver bastante bien. Tiene unos impresionantes efectos especiales y contiene imagenes de una extraña y oscura belleza, como cuando la nave Arcadia se abre paso por  el espacio, con su proa calaverina envuelta en una especie de humo oscuro. La cinta necesitó cinco años de producción, un considerable presupuesto e ingentes recursos técnicos y humanos (por ejemplo, más de 800 equipos para el modelaje y la  renderización).

La película recoge, en parte, y digo, sólo en parte, el espíritu de la serie televisiva de los años 70-80 aunque con un tono más oscuro y fatalista. Probablemente se aleje de algunas de las más recientes y adultas creaciones niponas de animación y entronque con el típico manga japonés que conocemos en Occidente, fundamentalmente a través de las series de televisión, que suelen derivar hacia una ingenua visión épico-romántica del mundo, sin la necesaria complejidad y profundidad que un espectador crítico demandaría,  pero al menos la película cumple con su función de entretener, que no es poco. A veces uno se olvida  de que esta viendo una película de animación, de tan bien hecha que está, sin embargo en otros momentos vemos que los dibujos animados se muestran como muy evidentes. Ví la película en 2D por lo que no puedo calibrar la espectacularidad de su visión estereoscópica. En cualquier caso son mayores los aciertos que los errores  de la cinta: entre los aciertos, su ritmo, tensión, puesta en escena, fotografía, efectos especiales, etc. En la parte negativa, la existencia de algunos personajes bastante esquemáticos o planos, y de algunos elementos melodramáticos que casan mal con las dimensiones épicas del relato.