Acabo de ver en una media maratón el remake de la serie "Sabrina, la bruja adolescente" (Latinoamérica) o "Sabrina, cosas de brujas", sitcom estrenada a finales de los años noventa que prolongó su emisión hasta el año 2003 durante 7 temporadas. He de reconocer que tenía cierta prevención a la hora de ver esta serie. Me temía que fuese una insufrible comedia de adolescentes. Sin embargo tras su rápido visionado, me he encontrado con un producto absolutamente diferente al esperado y si me preguntan si me ha gustado, vaya que si me ha gustado. Nos encontramos ante una serie protagonizada por una adolescente, en efecto, con su noviete de marras y sus singulares amigas, una chica de color que sabe que se quedará ciega y otra chica a la que los chulitos de la clase la llaman marimacho, por su andrógina apariencia. Todo comienza cuando Sabrina está a punto de cumplir su 16º cumpleaños, fecha en la que deberá abandonar su circulo de amigos mortales y consagrarse a Satán formando parte activa de la Iglesia de la Noche.
La serie se centra en el personaje del cómic del mismo nombre Sabrina, interpretada a la perfección por Kiernan Shipka, que debe elegir entre su doble naturaleza de bruja y mortal mientras lucha contra las fuerzas oscuras que la amenazan a ella y a su entorno. También está protagonizada por Ross Lynch, como Harvey Kinkle su novio que desconocen las fuerzas oscuras que acechan sobre la pareja, Lucy Davis como Hilda Spellman bondadosa, ingenua y con un gran instinto maternal, Chance Perdomo como el brujo gay Ambrose Spellman, Michelle Gomez como la Señora Satanás, Jaz Sinclair como Roz Walker, amiga de Sabrina e hija de un reverendo negro, Tati Gabrielle como Prudence una de las tres Hermanas Fatídicas, Richard Coyle como el sumo sacerdote de la Iglesia de la Noche Padre Blackwood y Miranda Otto como Zelda Spellman, la otra tía de Sabrina, más dura que Hilda, entre otros.
Inicialmente la serie se desarrolló para la cadena CW, para ser un complemento de la serie de la cadena "Riverdale" pero en 2017 el proyecto se trasladó a Netflix que encargó casi directamente dos temporadas consecutivas. La serie ha obtenido en general buenas criticas siendo calificada de "hechizantemente bella, siniestra, oscura y perversamente macabra".
La serie es entretenida, absorbente, coherente en su propuesta estética y narrativa, con toques que recuerdan al Tim Burton más oscuro o gótico o a la Familia Adams en su vertiente de familia disfuncional pero que crea un mundo propio absolutamente auténtico y original, que bordea con habilidad los tópicos y lugares comunes en los que fácilmente podía caer, sin hacerlo.
Al igual que "Stranger Things" la serie es deudora de infinidad de influencias visuales (televisivas y cinematográficas) de los años 80, tales como la serie "Buffy", por su adecuada mezcla de fantasía y terror con toques de comedia, los libros y películas de "Harry Potter", la Academia de Artes Ocultas y los múltiples hechizos e invocaciones nos puede recordar a Hodgart, escenas de "El exorcista", "Posesión Infernal", "Pesadilla en Elm Street", "Suspiria", podemos encontrarlas en algunos capítulos de "Sabrina", como la posesión del tio Jesse, la persecución por el bosque de Sabrina, las referencias visuales y argumentales de carácter onírico abundantes en esta serie, los colores y decoración de la Academia de Artes Ocultas, sin olvidarnos por supuesto de otras referencias como la de "Jovenes y brujas" o "Riverdale" con quien comparte el mismo universo de ficción.
La serie es "políticamente muy correcta", asumiendo un discurso progresista, feminista, de empoderamiento de la mujer muy claro, además de una presencia LGTBI, en esta ocasión a través de Ambrose, presencia cada vez más frecuente en todo tipo de series. "The man in the high castle" también incorporó en su tercera temporada el componente LGTB por partida doble. No quedan fuera tampoco otros temas como el bullying o el fanatismo religioso, sea del tipo que sea. En definitiva serie recomendable que no es lo que parece.