Páginas

viernes, 23 de noviembre de 2012

15.1. "Inner child" o el niño observador y el caso del Artista


Título: Alma de niño. Capítulo extraño, que se sale un tanto de los casos del Patrón pero que nos aporta un montón de preguntas, como veremos al final del episodio, y que sin desentrañar nada ni dar una pista tiene que ver con la trama de la última temporada, al igual que sucede con algún que otro episodio de esta temporada y la siguiente. Pero empecemos, sin más dilación, a contar la trama del episodio. 
Un grupo de trabajadores está haciendo las últimas revisiones antes de demoler un edificio abandonado. A última hora un obrero tiene un extraño presentamiento, vuelve sobre sus pasos, y descubre una habitación oculta donde, en medio de la oscuridad, desnudo, rodeado de ratas ,hay un niño calvo que no habla y que nos recuerda a los Observadores.

Charlie llama a Olivia para decirle que el Artista (un asesino en serie) ha vuelto. Cuando se va a reincorporar a la investigación recibe una lllamada de Broyles para que pase a recoger a los Bishop y se dirija al hospital infantil de Boston, donde esta el niño calvo. Al parecer el lugar donde lo encontraron estuvo sellado durante más de 70 años y por alguna extraña razón logró introducirse en aquella estancia y sobrevivir. Acostumbrado a una atmosfera con poco oxigeno, deberán reducirselo para que pueda respirar.









En otro lugar, una lavandería, un hombre en silla de ruedas entabla conversación con una mujer, a la que engaña, pues no está paralitico, narcotiza y asesina atrozmente dentro de una camioneta. Olivia intenta comunicarse con el niño sin resultado. Charlie le llama a Olivia informandole que el Artista ha vuelto a hacer una de las suyas. En ese momento el niño le coge la mano a Olivia y escribe en una libreta Sam Gilmore al revés. Sólo cuando Olivia y Charlie vayan la escena del último crimen conocerán que la victima se llamaba Samantha Gilmore. El modus operandi del Artista es siempre el mismo: secuestrar, sedar y matar a las victimas para mejorar su apariencia, según su convencional concepto de belleza. En el caso de Samantha, le blanqueó la piel para quitarle los tatuajes y le quitó los piercings.




 Tras los análisis de Walter se demuestra que el niño puede tener muchos más años de los que aparenta y que pudo estar durante décadas en aquel lugar. Entretanto el FBI recibe otro fax del Artista, pues el asesino  siempre manda un fax antes de ir a por otra victima. En esta ocasión, el asesino va detrás de una mujer que ha salido a pasear a su perro. Olivia logra una especial conexión con el pequeño. Bonita escena esa en la que Olivia le trae unos caramelos M&M, caramelos que ella comía de niña y el pequeño le da un caramelo a Olivia en la boca. En eso aparece un tal Elliot Mitchels de Servicios Sociales que pretende llevarse al niño. Las constantes vitales del pequeño se alteran porque presumimos que sabe lo que quieren hacer él. En realidad el tal Elliot no es de Servicios Sociales porque le oimos decir por teléfono "que han encontrado a otro", lo que nos hace pensar que puede haber otros niños como él por ahí. Más tarde nos enteraremos que Elliot pertenece a la división de Ciencia y Tecnología de la CIA.

El niño le da otra pista a Olivia: "547, Malborough". Charlie y Olivia van al lugar pero no encuentran nada, a  pesar de que allí está el asesino acallando los gritos de su última victima. Poco después les avisan de que han encontrado el cuerpo de la última victima, en otro lugar, si bien el perro de la victima fue encontrado en la dirección facilitada por el niño. Walter cree que el niño puede ser capaz de detectar los sentimientos y pensamientos de otros, como los tiburones detectan los campos electricos de sus presas. Por cierto, en este capitulo Walter suelta otra de sus famosas frases: "Seguro que la Agente Dunham sabe lo que es un pene..." 




Olivia saca al niño del hospital y le lleva al laboratorio de Walter. Impagable la escena, puro humor negro, con el neuroestimulador y como colocarselo al niño sin que se asuste, Olivia cogiendole la mano y Walter bailando con el estimulador neuronal que parece un autentico instrumento de tortura. Elliot Mitchels presion a Broyles para que les entregue el niño.

Mientras van descubriendo pistas sobre el asesino en serie, por ejemplo, que trabaja en una empacadora de carne a donde acude Olivia. En el laboratorio el neuroestimulador traduce los sonidos del niño a unos extraños signos. De pronto el niño tiembla con el neuroestimulador conectado al mismo tiempo que lo hace Olivia. En cierto sentido ha desarrollado una conexión cerebral o relación empática con Olivia. Tiene un vinculo emocional con ella y por ello siente y experimenta lo que ella. Y temblaba porque lo hacía Olivia que sentía el frio en la empaquetadora de carne. Le da información a Olivia porque cree que esta información es importante para ella. El niño está molesto con Olivia porque sintió la conversación que mantuvo con el agente de la CIA y no quiere irse con él. El niño le da más pistas sobre el asesino: el nombre de dos calles, York y Glenway. En ese momento el asesino va camino de su tercera victima. El FBI establece controles que logran dar con el Artista, gracias a una pista del niño que intuitivamente recuerda Olivia: un dibujo en forma de abeto que hizo el niño con los M&M amarillos en la habitación del hospital y salvan a la victima. Olivia consigue interceptar al asesino cerca del cementerio, en el 1600 de York.



Posteriormente, Olivia pide a la doctora Winick que se lleve al niño, lejos de las garras de la CIA , asi es que cuando Elliot viene a buscar al niño se encuentra con que ha desaparecido. Termina el capítulo con la doctora Winick conduciendo su coche por un camino en los suburbios. El niño en el asiento de atrás, ve por la ventana a un hombre calvo, con traje oscuro. Es el observador que hemos estado viendo desde el capitulo 4. Cuando el coche de la doctora Winick pasa al lado del Observador, ambos se miran y el niño contempla como se pierde en la distancia para luego girar y seguir caminando como si tal cosa.

El capitulo nos plantea un montón de interrogantes sobre los Observadores: ¿quiénes son? ¿de donde vienen?, ¿de otro tiempo? ¿de otro planeta? ¿de otra dimensión? ¿era este niño un mini observer? ¿de donde salió? y nos presenta a una Olivia mucho más emotiva y humana de lo que nos tiene acostumbrada, ella siempre tan fria y distante, siempre poniendo barreras y a un Walter insuperable: su baile con esa extraña corona que era el neuroestimulador  es de la que nos hace sonreir y no se olvida.





    Calificación:

    No hay comentarios:

    Publicar un comentario