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viernes, 13 de junio de 2014

"Orphan black", la sorprendente serie sobre los clones mantiene el nivel al prinicipio de su 2ª temporada, aunque empieza a perder el norte en su final

Acabo de ponerme al día y he terminado de ver todos los capítulos de la serie emitidos hasta la fecha. Aun faltan cuatro para acabar la segunda temporada. La serie se erige, en mi opinión, en la mejor sorpresa del género del año 2013. El thriller de ciencia ficción aprovecha muy bien su argumentos y sus recursos alejandose de los caminos trillados, de lo esperado manteniendo en todo momento  el interés del espectador. Nada es lo que parece. Personajes que a primera vista pueden parecer leales o de fiar  acabas descubriendo que trabajan para el bando enemigo: personajes ambiguos que van evolucionando al mismo tiempo que la trama y que  le dan mucha más variedad a ésta, posibilitando sorprendentes giros argumentales. Atención: a partir de aquí, Spoiler Total: Sarah Manning usurpa la personalidad de la clon policía Beth Childs y con la ayuda de otros dos clones (había nueve), la inestable emocionalmente ama de casa Alison Hendrix (impagables sus escenas de comedia que ponen esa nota de humor a una trama demasiado seria) y la científica Cosima va descubriendo poco a poco la enrevesada trama que hay tras su existencia como clones. Los clones que fueron asesinados en los primeros episodios de la serie, como la alemana Katjia lo fueron por la clon psicópata Helena, controlada por una secta de extremistas religiosos opuestos a los experimentos de clonación. Helena es en realidad además de clon, melliza de nuestra protagonista Sarah, con la que comparte una  fuerte conexión mental. Son como el yin y el yan, la luz y la oscuridad, enemigas pero que no se pueden destruir entre ellas.

Tras los experimentos con los clones se encuentra, al parecer, el doctor Leekie, director del instituto Dyad y líder del llamado movimiento neoevolucionista  asi como otra clon, Rachel Duncan,  que rige los destinos de una poderosa corporación vinculada al instituto. Todos los clones tienen sus vigilantes: Beth-Sarah, el exmilitar Paul, Alison su propio marido Donnie, Cosima su amante lesbiana, la francesa Delphine,  quienes  informan de los movimientos y evolución física y mental de los sujetos, que es como les llaman a los clones los lideres de la siniestra corporación científica. Pero a veces los vigilantes se enamoran del objeto de su control y parecen traicionar a sus jefes, aunque en esta serie nunca se sabe. Mientras tanto Sarah busca proteger y escaparse con su hija Kyra y su hermano de acogida Fee, aunque su antigua tutora y actual cuidadora de Kyra, Siophan, se nos desvelará a lo largo de la trama como una mujer extremadamente peligrosa y cargada de secretos, muy alejada de la imagen que teníamos de ella al principio de la serie. Los descubrimientos de Sarah la llevará cada vez más lejos en el pasado, un pasado oscuro lleno de experimentos científicos al margen de la ley. Mientras, en el presente, los clones parecen llevar consigo una anomalía genética que les conduce inexorablemente a la muerte. Sarah constituye, en si misma, otra anomalía pues es la única clon, de las nueve, capaz de engendrar hijos, probablemente como su hermana, Helena, aunque todavía no lo sabemos. Además tanto Kyra como Helena se revelan como unos seres que se reconstituyen físicamente con una enorme facilidad ya que ambas sobreviven a un terrible atropello de coche, la primera, y a graves agresiones, la segunda. 

En los últimos capítulos aparece el padre biológico de Kyra aunque todavía es pronto para saber como va a encajar en este tremendo rompecabezas y cual va a ser su comportamiento. La serie no rehúye  a veces la presentación de cierta sordidez y de una explicita violencia ni de tratar, sin ambages, la temática LGBT (tal y como sucediese en Torchwood), de hecho el hermano de Sarah, Fee adolece quizás de cierto histrionismo en su condición homosexual. Se nota que la producción no es la típica producción yankee que tiene especial cuidado en no tocar ciertos temas, tiene más el aire de una producción independiente, de inspiración europea, no en vano es una  coproducción de BBC America y la canadiense Space. La serie no es perfecta pero merece la pena verla por su intriga, ritmo trepidante y el festival interpretativo de Tatiana Maslany. La serie es  una de la series más entretenidas y absorbentes que he visto en los últimos tiempos. Altamente recomendable.

Act. 13-6-14: Desafortunadamente, la serie que había mantenido un nivel muy alto tanto en la temporada inicial como  en la primera parte de su segunda temporada, ha entrado en una dinámica sumamente peligrosa para una serie como esta que se había ganado una justa fama gracias a su vertiginoso ritmo, sus giros argumentales y las buenas interpretaciones de Tatiana Maslany. En los últimos capítulos, (y ya faltan solo dos para que acabe la temporada), la trama da alarmantes señales de agotamiento, desaparece de repente, sin motivo aparente, el clon malvado, Helena, que había dado mucho juego, aparece un clon transexual,  Tony, en una vuelta de tuerca excesiva, artificiosa que tiene dificil justificación y que aporta poco a la serie, también desaparece el ambiguo Paul y el amoral Leekie, este último asesinado,  de una manera un tanto forzada, nos centramos excesivamente en la trama, en clave de comedia, de Alison, desdibujandose un tanto las de Sara y Cosima. En definitiva que esta prometedora serie no ha sido capaz de mantener el nivel y parece haber perdido el norte. Esperemos que la segunda  temporada pueda cerrarse de una manera digna. Una pena.

Act. 18-6-14: El penúltimo episodio ha hecho remontar algo este final de temporada, gracias a la reaparición del clon Helena, los intentos por salvar a Cosima y el secuestro de Kira por parte de Rachel Duncan. Quedamos a la espera de ver como se cierra la  historia en el próximo y último capítulo. 

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