Acabo de ver esta serie de la que había escuchado algunas críticas bastante buenas y lo he hecho casi en una sentada (tranquilos, solo tiene ocho capítulos y no pretendo batir ningún record, el mérito es todo de la serie). Y es que he de reconocer que pocas series me han mantenido tan pegado al sillón como ésta. Habrá influido, tal vez, en mi disposición ante la serie, el hecho de que, en apenas un año, he visto morir, de forma bastante repentina a mis padres, lo cual me ha hecho posiblemente mucho más sensible y receptivo a estos temas. Con la muerte de un familiar tan directo y cercano como tu padre o tu madre te enfrentas de una manera directa y descarnada con el hecho de la muerte y todo lo que lleva consigo: te das cuenta de su absoluta irreversibilidad (no tiene vuelta atrás), pasas por las fases de incredulidad y negación (al principio no acabas de asumirlo o creertelo pero el hecho es que ya nunca más volverás a ver a tus seres queridos), sientes el profundo dolor por la pérdida, por la ausencia, eres consciente, por primera vez en tu vida, de que la muerte está ahí y de que no hay nadie que te proteja, y que con toda seguridad tu serás el siguiente... Pues bien ¿Qué pasaría, si un día de repente alguien llamase al timbre de la puerta de tu casa y fuese ese padre o esa madre, ese hermano o ese hijo que fallecieron hace seis meses, un año o una década y volvieran como si tal cosa a ocupar el sitio que tenían en tu vida, en tu hogar?. ¿Cómo los recibirías?. ¿Con miedo?, ¿Con alegría?. ¿Cómo se sentirían ellos?. Pues, de eso trata la serie.
La serie se inicia con un accidente de autobús, un autobús lleno de niños que cae por un terraplén, cerca de una enorme presa hidroeléctrica. En el autobús viajaba Camille, una joven adolescente. Tres años más tarde, como si solo hubiese pasado un instante, Camille llega a su casa. No recuerda nada. No sabe lo que le ha pasado. Ni siquiera es consciente de que está muerta. Comienzan los problemas de adaptación. Su hermana, Lena la rechaza. Sus padres se muestran primero perplejos aunque más tarde intentan protegerla y ayudarla. Pero no ha sido la única en volver. Simón, un joven que murió el día que se iba a casar con su novia Adele también regresa para reemprender la vida allí donde la dejó, con su amada Adele y la hija que nunca conoció, Chloe. Más tarde descubriremos que se suicidó. Además de diversos dramas intimistas (cada capítulo tiene el nombre de un personaje (todos muertos o semimuertos), asistimos a una subtrama criminal. Y es que se acaba de cometer un nuevo crimen, en esta ocasión, contra la camarera del pub del pueblo (el Pub Lake), Lucy Clairsen y, como hace siete años, con el mismo "modus operandi", un brutal apuñalamiento y comida parcial de las vísceras.
En aquella ocasión la víctima fue la médica del pueblo, Julie, que desde entonces no ha logrado vivir feliz ni un solo día. Julie encuentra casualmente a un niño, -no he visto una mirada tan inquietante en un niño desde los tiempos de Damien-, al que le llama Víctor. Víctor es también uno de los que han regresado, -fue asesinado en su casa, una noche, junto con el resto de su familia-. Victor encuentra en Julie esa madre a la que echa de menos y con la que espera reencontrarse algún día. También ha regresado la esposa del maestro del pueblo, el señor Costa, que murió hace 40 años, de hambre. El hombre no lo puede soportar y pega fuego a la casa y se suicida, tirándose desde lo alto de la presa. El asesino en serie, responsable de las atroces agresiones, es Sergi, hermano del gerente del Pub Lake, Toni. Toni salvó "in extremis" a Julie y mató, -literalmente le golpeó y enterró vivo-, a su propio hermano para que no siguiese asesinando, pero Sergi también ha regresado dispuesto a reanudar sus brutales crímenes. La actual pareja de Adele es el jefe de la policía que vigila todo el pueblo con cámaras, incluso los más recónditos rincones de su hogar, celoso del regreso de Simón porque cree que le arrebatará a Adele y a la que considera su hija Chloe (Chloe es hija natural de Simón).
Todos los que han regresado tienen algunas características en común: tienen un hambre atroz y no consiguen dormir y algunos además poseen un intenso deseo sexual, como si deseasen apurar al máximo la copa de la vida. La serie está repleta de símbolos, algunos más evidentes que otros, tanto en el paisaje como en la trama y en los mismos personajes, y así vemos que a medida que avanza la serie los retornados empiezan a sufrir algunos deterioros en sus cuerpos (Camille en el rostro, Victor en el brazo, Simón en el vientre), como recordándoles quienes son y que el tiempo que les queda es una cuenta atrás. También Lena, hermana de Camille está aquejada de esas heridas pustulentas pero habría que recordar que pese a la actual diferencia de edad, las dos eran hermanas mellizas, por lo que cabe interpretar esta sintomatología como un efecto reflejo de lo que se siente su hermana retornada. Cuando se produjo el accidente del autobús Camille llegó a sentir con tristeza y dolor el orgasmo de su hermana con el chico al que deseaba, lo que provocó, por su reacción desmedida en el autobús el accidente y su propia muerte.
Hace más de 40 años el pueblo antiguo sucumbió bajo las aguas, causando una gran mortandad. Ahora, de nuevo, extraños sucesos acaecen junto a la presa: ha bajado el nivel del pantano, se producen cortes intermitentes de luz que, en principio, parecen achacarse a la presencia de los retornados, pero que anticipan un nuevo desastre, (¿el destino, el paso del tiempo?), aparecen muertos decenas de animales dentro del pantano y lo sorprendente es que todo apunta a que se sumergieron en las aguas voluntariamente, prefirieron morir ahogados, como si estuviesen huyendo de algo terrible. Al final, lo sabremos, ese algo terrible es el regreso de los muertos, la Horda, todos aquellos muertos que fallecieron tras el derrumbe de la presa 40 años atrás. Otro elemento simbólico en el que aparece el agua: cuando Frederic y otro amigo desentierran el cadáver de Camille no encuentran más que agua turbia, estancada en la caja. En la última escena, tras la rotura de la presa el agua cubre el actual pueblo como lo hiciera con el antiguo hace cuarenta años.
La serie es una serie fundamentalmente de personajes, donde lo que importa es descubrir sus motivaciones y conflictos interiores y porque cada personaje se comporta como lo hace. Muchos personajes esconden terribles secretos: Pierre, el responsable del Refugio, un pasado de crímenes (fue complice del asesinato de la familia de Víctor y del mismo Víctor), Jerome, el padre de Camille, un presunto maltrato a su hija Lena, Julie, un amor prohibido, Toni, la sórdida historia criminal de su hermano, Sergi, Adele, un presunto intento de suicidio (¿Es también una resucitada?), etc. Solo de un personaje no sabemos nada de su pasado: es Lucy Clairsen, la camarera del Pub Lake que parece, al final de la serie, la abanderada de la Horda. Hacía el amor con los familiares de los muertos, como Jerome, el padre de Camille y al mismo tiempo, en pleno éxtasis sexual, contactaba con los muertos como si vigilase que ninguno de ellos escapaba a su control. La evolución de los personajes está sustentada en un ramillete de magníficas interpretaciones que hacen tremendablemente creíble lo que estas viendo.
La serie cuenta con una magnífica fotografía que sabe aprovechar las posibilidades de un hermoso paisaje de montaña (altas montañas sobre un cielo azul que contrasta con el moderno pueblo en el que se darrolla la trama provocando cierta sensación de irrealidad) que va tornándose cada vez más solitario, oscuro y opresivo no solo desde el punto de vista del ambiente sino en el sentido más literal, hasta el punto de que al final de la serie, como en la película "En la boca del miedo" o en el capitulo de Fringe recientemente comentado, "Bienvenido a Westfield" no es posible escapar del lugar. Y es que parece que no es posible escapar del destino. Julie y Víctor atraviesan, una y otra vez, la misma carretera del pantano, sin salida posible, como si se encontrasen en medio de un bucle infernal. Al igual que sucedió un poco antes con Toni y con Sergi, cuando quieren escapar del bosque y se lanzan al pantano para atravesarlo (Sergi se ahoga bajo las aguas aunque como Simón volverá de nuevo a su no-vida pues ya están muertos). Como cualquier obra es susceptible de verse en ella influencias de series, películas o libros. Es posible que así sea. Todos recibimos influencias diariamente a través de lo que vemos o leemos. Así que es posible encontrar influencias en la serie de David Lynch (Twin Peaks) o de Buñuel (El Angel Exterminador), de Borges o de Stephen King (en su inquietante cotidianeidad). En la serie confluyen algunas de las mejores reelaboraciones fantásticas que hemos visto en los últimos años, en televisión. La serie subyuga, fascina, atrapa desde un primer momento y mantiene un nivel bastante aceptable hasta el final a lo que contribuye, además de sus excelentes interpretaciones y su fotografía, una cuidada dirección y una inquietante banda sonora, (de Mogwai), minimalista (escuchamos apenas unos compases) pero tremendamente eficaz que acompaña no solo a la intro sino también a los climax de cada capítulo. Por otro lado, la presencia de un cliffhanger al final de cada episodio hace todavía más adictivo el visionado de la serie.
He dicho que Víctor es uno de los niños más inquietantes desde los tiempos de Damien y en efecto así es. Permanece mudo, sin hablar, durante las 3/4 partes de la serie, con esa mirada absolutamente perturbadora, y solo comienza a hablar en el tramo final de la historia pero su presencia está vinculada casi siempre a hechos trágicos. ¿Qué representa Victor?. ¿Empuja a sus victimas al suicidio o les enfrenta a su propia conciencia?, Yo creo que lo segundo. Julie representa, por otro lado, para Víctor, esa hada simbólica (o no tanto) del que le hablaba su madre en los cuentos que le leía por la noche antes de que fuese asesinada. Julie, por su parte, parece desear pertenecer al mundo de los muertos. Desde que fue agredida no ha vivido realmente y cuando la Horda reclama a los retornados, Julie acompaña a Victor, al igual que Claire hace lo propio con su hija Camille. La iglesia no sale muy bien parada en la serie. El sacerdote, cuando se le enfrenta la posible existencia de resucitados, pone en cuestión el dogma católico y dice que no hay que interpretarlo literalmente. Vaya por Dios. Además luego delata a Simón a la policía. La iglesia no es el refugio ante la muerte.
Hace un par de meses vi los ocho primeros capítulos de la serie norteamericana (de la ABC) "Resurrection" Un remake de "Les Revenants" y ahora he visto esta. No se que habría pasado si hubiese invertido el orden de visionado o tal vez sí. En cualquier caso no hay color. "Les Revenants" inquieta, emociona, provoca un escalofrío, es un inteligente ejercicio de drama sobrenatural que en ocasiones llega hasta el terror psicológico, a ese terror que es el que más miedo da de todos, el miedo dentro de la cotidianeidad, como en esos sueños vívidos en los que se confunde el sueño y la realidad, donde surge de repente un elemento distinto, un hecho sobrecogedor, apenas una sombra, un ruido, un siseo, procedente de ese mundo oscuro, provocado por ese miedo cerval que tenemos todos a la Horda, a la Muerte. "Resurrectión" tiene la factura de un blanco drama familiar de sobremesa, fácil de digerir, pero que no deja huella pues carece de la calidad, profundidad y riqueza de matices, símbolos y contenidos de la serie francesa.
En resumen, "Les Revenants" es una magnífica serie, de las mejores que he visto en los últimos años, que nos enfrenta, de un modo diferente, a un hecho tan doloroso, traumático e irreversible como es el hecho de la muerte. Asistimos incrédulos al regreso de personas que habían fallecido, sufrimos con ellos, sentimos su dolor, soledad e incomprensión (a veces los muertos parece que estorban pues la gente, a menudo, ha rehecho por completo sus vidas, los vivos tienen miedo a los muertos) y cuando pensábamos que había un sitio para ellos en este mundo (Camille es aceptada y protegida por su familia y su hermana Lena, incluso ha comenzado a conciliar el sueño, Victor ha encontrado en Julie la madre que perdió...), la Muerte, sí, con mayúsculas, representada por la Horda regresa a reclamar lo que es suyo. Su vuelta a la vida ha sido apenas un espejismo, una broma macabra. El mensaje no puede ser más descorazonador. A pesar de lo que se dice en algún momento de la serie de que la muerte no es el final, no hay esperanza, ni Refugio donde esconderse, ni segundas oportunidades que valga. Todos estamos irremisiblemente condenados...
....A MUERTE.
Act: Parece que se está rodando una segunda temporada. Es verdad que hay algunos flecos abiertos. La Horda no se ha llevado a todos: falta uno, como dice Lucy e irán a buscarlo, ¿Adele?, ¿Su hijo, engendrado con un resucitado?, ¿Qué será de Julie y de la madre de Camille que voluntariamente partieron acompañando a Victor y Camille con la Horda"?, ¿Qué ha visto Chloe en su cautiverio a manos de los Muertos?, ¿Será capaz la serie de mantener el nivel de calidad de esta temporada?.
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