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domingo, 26 de abril de 2015

"Daredevil", un superhéroe...diferente



Acabo de ver la primera temporada de "Daredevil" que se estrenó el pasado día 10 de abril en Netflix (y que ha sido renovada para una segunda temporada esta misma semana). He de confesar que nunca me han gustado demasiado  las series y películas de superhéroes. Así es que cuando me senté a ver esta serie de Netflix, mis expectativas no eran demasiado altas, sin embargo he de reconocer que "Daredevil" me ha gustado y mucho. En esta entrada intentaré explicar el por qué. Para empezar, aquí no vemos de primeras, (aunque si de últimas) a un superhéroe enfundando en unas mallas de colores y con un disfraz ridículo. Nos encontramos con un joven abogado, ciego, que perdió la vista de niño y que, como compensación a su pérdida, o vaya usted a saber porque adquiere unas sobrehumanas capacidades de escuchar, oler, sentir, etc, vamos, que maldita la falta que le hace la vista,  pues este ciego ve sin vista,  (con los otro cuatro sentidos),  más que el resto del mundo junto. 


Así pues tenemos a un protagonista, a un héroe, abogado de día, enmascarado, de noche,  que  lejos de parecerse a un "Batman" o "Spiderman" cualquiera, lleva una mascara negra  un tanto pobretona, pero que como otros héroes,  va repartiendo estopa a diestro y siniestro,  a todo el "malaje" de la ciudad. Es el típico justiciero de este tipo de películas y series pero, aquí está la diferencia,  con interesantes dilemas morales. ¿Dónde esta la fina línea que separa el bien y el mal?. El final de la temporada culmina la transición del thriller policíaco a la serie de superhéroe ya que nuestro protagonista  lucirá  con todo su esplendor el disfraz rojo, con unos pequeños cuernecillos en la cabeza,  que le caracteriza.

La serie engancha desde el primer capítulo y ya no te deja un momento de respiro hasta el último. La temporada cuenta con 13 episodios de casi una hora de duración que se te pasan en un voleo. Empieza con un caso, en el que aparece como víctima  de una siniestra conspiración la joven Karen Page, interpretada por la actriz Deborah Ann Woll (que interpretó a la "hija vampírica" de Bill Compton, Jessica Hamby en  la serie True Blood) y cuyo  personaje se convertirá en uno de los protagonistas de la serie junto a nuestro héroe, el abogado Matt Murdock y su amigo y socio Foggy Nelson. La serie tiene poco de fantástica, pues es sobre todo un oscuro thriller policíaco en la que nuestro intrépido equipo de abogados: Nelson y Murdock investigarán, con la ayuda del periodista del New York Bulletin, Ben Uritch, y gracias a los avances nocturnos del enmascarado, "el Diablo de Hell Kitchen", "Daredevil" Murdock, una  peligrosa trama criminal tras la que se encuentra el temible Wilson Fisk, interpretado por un insuperable Vincent D´Onofrio. 

Nunca he visto un villano más terrorífico: es un autentico energúmeno, una bestia parda,  con esa apariencia y esa crueldad sin limites, pero ojo, en esta serie se tiene el acierto de enseñarnos el lado humano de los personajes, incluido el del villano Fisk. Y el villano fue, en otro tiempo, un niño, débil y acomplejado, maltratado por su padre, (que también hacia lo propio con su madre),  al que mató a martillazos y luego descuartizo junto a su madre. También veremos la niñez de Matt, junto a su padre, un boxeador que se ganaba la vida, dejándose vencer en combates amañados hasta que se plantó un día y fue asesinado por las mafias de barrio. No solo vemos a los personajes, qué es lo que hacen, sino que conocemos su origen, su evolución, sus motivaciones, algo que le da a la serie una profundidad poco común en este género y yo diría que en la mayoría de la series, independientemente del género que sean. He dicho que la serie es un oscuro y violento  thriller policíaco, pero la verdad es mucho más que eso. La oscuridad se percibe en el dibujo nocturno de la ciudad y  del conocido y cuasi mítico  barrio neoyorkino, Hell Kitchen, La Cocina del Infierno, con esos tonos naranjas, verdes y amarillentos. La serie tiene  un cierto tono melancólico, con ese héroe trágico y sufriente que es "Daredevil", Matt Murdock, un héroe muy humano, vulnerable, que golpea a los villanos, pero que recibe heridas, hasta casi morir, en diferentes momentos de la serie.  

La serie es magnífica y lo es por muchas razones: por su ambientación y  su guión impecables,  su desarrollo dramático, su dirección, la interpretación de los personajes..., desde el primero hasta el último, todos los actores rayan a un gran nivel y sobre todo el tono, ese acierto de no caer en la caricatura del la serie o película de superhéroes sino de intentar trascender e ir mucho más allá, que es lo que nos hace que nos encontremos  con un drama policíaco difícil de olvidar. Es difícil dar con el arco  argumental apropiado, creando una progresión en el avance de la trama hasta su desenlace apoteósico en el episodio 13. Tanto la serie, como en el comic de Marvel en el que se basa, se apartan de ese estilo colorista de otros títulos de la factoría y se sumerge en un mundo sórdido y peligroso de mafias rusas y chinas, empresarios, políticos y policías corruptos, donde parece tarea imposible vencer. Analicemos un poco la interpretación de cada uno de los personajes: Charlie Cox interpreta a Matt Murdock/"Daredevil". Como ciego da el pego, lo borda, como superhéroe no es el típico héroe de colorines de las factorías DC y Marvel. Es un héroe, como he dicho, con dudas sobre su misión y los limites de esta: matar o no matar, he ahí el dilema, utilizar los mismos métodos que el enemigo o evitarlos, utilizando el cauce de la ley. ¿Qué nos diferencia y que nos separa del mal?. Hay una conversación inolvidable entre Matt y su amigo sacerdote al respecto.

Deborah Ann Woll nos sorprende con un personaje que va de menos a más, empezando como simple secretaria del bufete pero convirtiéndose enseguida en el contrapunto femenino del héroe y un pilar fundamental de la trama y la serie. Ella sí cruzará esa barrera que supone el matar a otra persona aunque en este caso sea el odioso James Wesley, mano derecha y consejero de Wilson Fisk, (Toby Leonard Moore); ella provocará, además, en cierto sentido, el abrupto y terrible desenlace de la temporada con la muerte del periodista Ben Urich a manos de Fisk. Además vemos cierta evolución y cambios en la relación, primero de colegas, o algo más, de Karen y Foggy y luego, de Karen con Matt, que sospecha el peso de algo que soporta con dificultad nuestra joven y atractiva protagonista. Foggy (Elden Helson) da el toque cómico, de comedia, al drama policíaco y el contrapunto gracioso e intranscendente al serio Matt. Así pues, tenemos tres personajes que constituyen casi una familia. Hay una relación estrecha, de amistad entre este curioso trio formado por el serio Matt, el payasete y aparentemente frívolo Foggy y la tenaz Karen. No hay solo acción, también hay sentimientos: se habla de amistad, confianza, compañerismo. Otro personaje, la enfermera, Claire Temple (Rosario Dawson) será la cuidadora y el primer interés romántico de nuestro héroe aunque dicha relación terminará enseguida, por deseo de ella misma.


Y otro de los grandes papeles sin lugar a dudas es el del villano o antihéroe Wilson Fisk, imponente presencia  física la de Onofrio, con un toque Brandiano en su apariencia que esconde la enorme necesidad de afectos.  En el fondo es el niño acomplejado, objeto de las burlas de sus compañeros de colegio y de su padre, humillado durante toda su infancia, pobre niño gordo y débil, que vuelca todo su dolor y agresividad hacia los demás y que vive en una especie de burbuja que el mismo se ha creado, creyéndose liberador y benefactor de una sociedad, de una ciudad que ama y odia a partes iguales. Fisk quiere erigir otra ciudad en el lugar de aquella que le recuerda lo que fue y lo que es. Esa necesidad de afectos la cubre Fisk con la inteligente Vanessa, interpretada por Ayelet Zurer,  la única persona a  la que Fisk, de verdad, ama. No llegamos a empatizar, en ningún momento, con este personaje pero llegamos a entender porque se comporta como lo hace y donde habita la maldad humana. Y es que no hay malos ni buenos absolutos, hasta los mafiosos rusos (como Vladimir Ranskahov) tienen sus principios y su ética.  

Merece una mención especial la cabecera de la serie, con ese tono rojizo que la impregna y ese personaje y esa ciudad que se va descubriendo poco a poco hasta alcanzar su silueta final. Hay ciertos acordes de la sintonía que me recordaron a otra querida y añorada serie. Adivinen. Por otro lado, recuerdo que hace unos meses empecé a ver otra serie basada en comics, esta de la factoría DC, "Gotham", del universo de Batman. Alguno preguntará si es mejor "Daredevil" que "Gotham". Al margen del diseño de producción y de los presupuestos manejados en una u otra serie, para mi "Daredevil" es mucho mejor que "Gotham", mucho más redonda, menos previsible, menos tópica, mejor construida y alejada de las histriónicas y arquetípicas interpretaciones de la producción de la Fox. "Daredevil" se revela, en estos momentos, sin lugar a dudas, como uno de los mejores estrenos de la presente temporada.

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