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jueves, 25 de junio de 2015

Solo un enemigo: el tiempo. Michael Bishop

"Solo un enemigo: el tiempo" es una novela de ciencia ficción, escrita por Michael Bishop, en 1982, que ganó el Premio Nebula a la mejor novela de ese año.  Narra la historia de John Monegal,  el  hijo de una prostituta española y un soldado americano de color, adoptado por una familia blanca, los Monegal. John tiene frecuentes sueños vividos, viajes espirituales a los remotos orígenes del hombre. Gracias al proyecto "Esfinge Blanca" podrá viajar corporalmente al pasado o al menos a una resonancia de ese pasado. Allá conocerá  a una tribu de homínidos entre los que se integrará, y conocerá, como uno más, lo difícil que era la lucha y supervivencia del hombre en aquellos primeros años prehistóricos. La novela se estructura en capítulos alternos que nos cuentan la historia de John Monegal en tercera persona, y su viaje al pleistoceno como Josua Kampa, en primera.  Se alterna la acción en el pasado de hace dos millones de años con la historia de su vida pasada y presente. Cuando leí años después "El clan del oso cavernario" me acordé de esta novela y de ese viaje a la primavera del hombre. En el pleistoceno se enamorará de Helena que morirá en el parto de la hija de tan singular unión. Joshua traerá al presente a su hija. Al final parece como si el proceso se repitiese. 

La novela no es una simple novela de ciencia ficción sino que  tiene interesantes aspectos de antropología social que la hacen más perdurable. De algún modo, y aunque utiliza el viaje temporal como excusa, nos devuelve, en cierto sentido, a nuestra memoria como especie, esa que está escrita en nuestros genes, además de hablarnos de muchas más cosas como qué significa ser humano, la relatividad y el sentido de la existencia o el tema del desarraigo, tan presente en la vida actual como en el pasado remoto del protagonista. Pese a no ser una novela perfecta, ni redonda (hay algunas incongruencias), se deja leer con bastante  facilidad, dejando un buen sabor de boca. Son especialmente destacables los capítulos del pasado remoto, quizás lo mejor de la obra. La trama del presente no tiene nada de especial y el final quizás decae un poco, pero en línea generales es una muy entretenida novela en la que, en ningún momento, se dejan sentir sus casi quinientas páginas de extensión. Te atrapa de principio a fin. Obra absolutamente recomendable.

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