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sábado, 3 de diciembre de 2016

"Incorporated", o un mundo distópico dominado por las corporaciones

Estrenada oficialmente en Estados Unidos el pasado 30 de noviembre aunque filtrado su piloto algunas semanas antes, esta serie de Syfy viene precedida de cierta expectación, en el mundillo de los aficionados, por contar entre sus productores a los actores Ben Affleck y Matt Damon y por haber sido creada por los hermanos catalanes Alex y David Pastor. La serie se sitúa en un futuro más o menos próximo, el año 2074. El cambio climático ha provocado que el mundo esté gobernado por grandes corporaciones, en vez de por políticos,  entre las que destaca la todopoderosa corporación Spiga. El mundo está dividido en zonas verdes, las zonas seguras donde abundan los grandes rascacielos y urbanizaciones de lujo  y las zonas rojas, zonas libres donde predominan las chabolas, edificios medio derruidos, la violencia y la marginación, en un ambiente desértico donde la población vive en condiciones penosas. Ben (Sean Teale) trabaja para la corporación Spiga y vive una vida feliz junto a su mujer Laura (Allison Miller), que trabaja de cirujana. Laura es además hija de la directora ejecutiva de Spiga (Elisabeth Krauss), una ya envejecida Julia Ormond. 

Con una estética en lo tecnológico,  próxima a "Minority Report", la serie bebe de muchas fuentes literarias y visuales. Al verla me he acordado de la muy inferior producción francesa "Trepalium" en la que planteaba una división similar entre los privilegiados de la gran urbe y los parias de la Zona. Por otra parte, como suele ser bastante habitual en estas distopías, asistimos a una sociedad controlada y totalmente alienada que castiga duramente  la disidencia o la traición. Solo intuimos lo que puede llegar a pasarle al penado en lo que llaman "la habitación silenciosa". De todos modos nada es lo que parece, Ben procede de la Zona Roja, busca a una chica llamada Elena y tiene contactos con su hermano, Theo que sigue viviendo allí. Además está haciendo todo lo posible para subir en el escalafón, inclusive traicionando, si es necesario,  a otros compañeros, por motivos que intuimos (encontrar a Elena) pero que no llegamos a conocer o calibrar realmente todavía.

El primer capítulo tiene un ritmo ágil, no nos aburre, si bien deja demasiadas incógnitas o dudas al descubierto. Contrariamente a lo que suele ser  común en buena parte de las serie de la cadena SyFy hay un esfuerzo en el diseño de producción, lo que hace que junto a unas interpretaciones correctas y a un solvente guión nos encontremos  con una serie que parece, en principio, tener cierta calidad audiovisual. Es pronto para hacer juicios de valor más consistentes y argumentados. No sabemos todavía si va tener una carga de crítica política contra este autoritario gobierno corporativo, si va a contener cierta crítica social,  denunciando lo injusto de este sistema basado en las más profundas desigualdades sociales o se va a  quedar en un inocuo espectáculo, un juego de acción y evasión, sin mayor transcendencia. En el primer capítulo comprobamos que las autopistas que comunican esas zonas verdes están separadas de las zonas rojas colindantes por una especie de imagen idílica virtual, como si estuvieran dentro de  una gran burbuja,  y es que como hemos aprendido en otras series, es muy importante la manipulación de la imagen y la percepción sensorial para mantener, perpetuar una idea, un sistema, una estructura. 

Act. 15-04-17: 

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