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jueves, 29 de junio de 2017

"Legion", ¿genialidad, locura o tomadura de pelo?



Cuando ví esta serie sobre superhéroes, hace unos meses, mi sensación fue un tanto ambivalente, por momentos me parecía  estar viendo una de las mayores genialidades de los últimos años en cuanto a propuestas creativas y visuales se refiere, y por momentos me parecía asistir a la mayor "ida de tarro" o tomadura de pelo que había visto en años. Al final no sabía con que opinión quedarme. Mi tendencia a ver siempre el lado positivo de las cosas me ha hecho finalmente  inclinarme por darle otra oportunidad a este título ratificando   la primera de mis percepciones. Y es que para ver esta serie, que puede ser considerada como una de las series revelación de esta temporada, por su formulación técnica y estética, hay que tener la mente muy abierta. A esta serie o la amas o la odias. No hay término medio. Pero bueno, voy a intentar explicar de que va. 


En "Legión", David Heller es un joven (en el comic, hijo ilegítimo del profesor Charles Xavier de los X-Men), con un historial de esquizofrenia desde edad temprana. David ha sido paciente de varios hospitales psiquiátricos. Al comenzar la serie le vemos ingresado en el Hospital Psiquiátrico Clockwork, donde le están tratando de un nuevo brote esquizoide, realizándole extraños experimentos algún tipo de nefanda corporación gubernamental. Allí conoce a una guapa paciente,  Sidney Barret, de la que se enamora, un amor dulce y tierno pues no pueden tocarse ya que si la tocan su mente se intercambia con la otra persona, y con la que descubrirá que sus visiones no son causa de ninguna enfermedad, sino que están provocados por un poderoso mutante conocido como El Rey Sombra (Shadow King o Ahmal Farouk) que se fusionó con su mente cuando era un recién nacido. David tiene, además, poderes de telepatía y telequinesis.  

Otro personaje importante es el de su amiga Lenny Busker que muere en el psiquiátrico cuando David y Sidney intercambian sus cuerpos. A partir de ese momento el cuerpo de Lenny es utilizado por el Rey Sombra. Un grupo de mutantes  rescatará a David del manicomio y le llevará a un lugar seguro. También son  personajes destacables el de Cary Loudermilk,  donde conviven dos mentes, la de él y la de Kerry, la hermana de David,  u  Oliver Bird que posee poderes similares a los de David, con capacidad de controlar el plano astral. Al acabar la primera temporada, el Rey Sombra es expulsado de la mente de David y se mete en la de Oliver.


La serie está basada en el comic  del mismo nombre,  del guionista Chris Claremont y el dibujante Bill Sienkewickz,  para la franquicia X-Men de Marvel, a cuyo universo pertenece. Sin embargo, ojo, quien ande buscando una serie de superhéroes al uso se equivocará de cabo a rabo. "Legión" no camina por los caminos trillados del género. Nada más lejos de las tradicionales series y personajes del universo Marvel que esta serie. Su creador  es Noah Hawley, responsable también de la adaptación televisiva de "Fargo", de los hermanos Coen,  que ha utilizado el personaje-s y el universo de Claremont-Sienkiewickz, casi como pretexto,  para crear su propio personaje-s y su propio mundo. 

La serie supone un verdadero desafío mental para el espectador, un viaje psicodélico, que es el que realiza David en busca de su propio yo,  en el que hay que hacer algunos esfuerzos para no perderse y seguir la lógica ilógica de la mente de David,  en una línea temporal un tanto confusa y fragmentada, tan confusa y fragmentada como su propia mente que navega entre pesadillas, proyecciones astrales y otro tipo de viajes y experiencias mentales. Pero es que además el viaje mental de David parece un viaje con LSD, con una apabullante acumulación de imagenes, formas y colores, transitando por escenarios oníricos y de pesadilla.

Surrealista, imaginativa, audaz, alucinante, onírica, laberíntica, visualmente rompedora, críptica, a veces juega con el espectador y llegamos a confundir lo que es  imaginación y realidad, y dentro de ese viaje alucinante al fondo de la mente y la memoria de David, a veces tenemos la sensación de estar jugando con una especie de muñeca rusa o matrioshka, pues debajo de cada nivel del subconsciente de David aparece siempre otro diferente. Actualmente es la serie más innovadora y transgresora del panorama televisivo. Hawley juega con todo tipo de  géneros: musical, con ramalazos del cine de Bollywood, o haciendo guiños u homenajes al cine mudo o al de animación etc. 

Buena interpretación de Dan Stevens como David Heller, que le aporta la cantidad justa de  vulnerabilidad y locura necesarias, bien secundado por su partenaire Syd (Raquel Keller) y una inolvidable Aubrey Plaza que se come cada escena en la que aparece. En la parte negativa, habría que señalar su exasperante falta de acción y ritmo así como de una trama o historia medianamente coherente y desarrollada, con una meta u objetivo claro. Se han sacrificado estos importantes aspectos de cualquier relato fílmico en beneficio de su poderosa imaginería visual. La serie tiene un atractivo envoltorio, ha conseguido llamarnos  la atención, pero si no  remedia pronto estas deficiencias, y es que la forma, que se come al fondo, no lo es todo, puede embarrancar de forma estrepitosa en la próxima temporada.

"Legión" no es ajena a cantidad de  influencias audiovisuales, al menos a mi me ha venido a la mente el imaginario visual de David Lynch, Kubrick, Burton o el de Michel Goundry, sin olvidar el colorismo de  la moda, cultura y estética de los años 60. No habría que olvidar la importancia de la música en esta serie, música que refuerza el caos mental de David, pues aparte de la banda sonora electrónica a cargo de Jeff Russo,  cuenta con una selección musical muy apropiada  con piezas como las del mítico grupo Pink Floyd (Breathe, On the run, más la influencia del album The dark side of the moon), además de otros grandes nombres como  Nina Simone (Feeling good), The Who (Happy Jack), Rolling Stones (She´s a Rainbow), Serge Gainsbourg (Pauvre Lola), Talking Heads, Radiohead (The daily mail) o T. Rex (Children of the revolution). La serie emitida por la cadena especializada de la Fox,  FX, ha tenido en general buenas criticas pero discretos índices de audiencia, lo cual no ha sido obstáculo para su renovación por una segunda temporada. Creo que la serie tiene todos  los requisitos para convertirse en una minoritaria obra de culto.

domingo, 25 de junio de 2017

"The handmaid´s tale", una estremecedora distopía teocrática



Acabo de ver el final de la primera temporada de "The Handmaid’s Tale" (El cuento de la criada), basada en la novela homónima de Margaret Atwood, y se me agolpan las palabras a la hora de hablar de esta serie que se ha convertido en uno de los grandes estrenos, en una de las grandes sorpresas de la temporada. La serie es dura, no es fácil de ver, incomoda por lo que nos plantea: la serie nos describe con singular maestría un futuro distópico en el que los Estados Unidos, tras haber sufrido una catástrofe medioambiental ha caído bajo una dictadura teocrática, la República de Gilead, bajo el dictado de los llamados "Hijos de Jacob", un estado autoritario de clara influencia ultrapuritana, que hace una interpretación cuasi "yihadista" de la Biblia, un autentico régimen de terror religioso-fascista. Las pocas mujeres que son capaces de concebir son convertidas en "criadas", cuyo único fin es el de procrear para   la clase dirigente. Son por ello, violadas una y otra vez, por el señor de la casa ante sus esposas, en un acto que llaman "La Ceremonia".

Todos los ciudadanos viven bajo  la opresión de este  régimen fanático. Todas las desviaciones morales o disidencias políticas son severamente castigadas con la mutilación (un brazo, un ojo, los genitales, etc) o la muerte, por ahorcamiento o lapidación,  por tribunales sumarísimos en los que no hay lugar para la defensa o aún menos la presunción de inocencia. Las mujeres carecen de derechos, no pueden trabajar ni disponer de propiedades. Los hombres que no pertenecen a la clase dirigente también trabajan como siervos y no pueden tener pareja sin la autorización gubernamental. Hay espías que son conocidos como "Ojos" al estilo de los miembros de la Gestapo nazi. Los saludos tienen siempre alusiones religiosas, como si el mundo se hubiese convertido en una oscura y cerrada secta ultracatolica. 

La serie cuenta la historia de June, rebautizada por el régimen como Offred (en otra muestra de aniquilación de la personalidad), una mujer que  vivía una vida normal, trabajaba en una editorial, llevaba una feliz existencia junto a su pareja y su hija. La serie comienza con la  fracasada huida de June a Canada, con su pareja y su hija, y digo fracasada porque la hija le es arrebatada, su marido es presuntamente asesinado a tiros y ella es convertida en una "criada". Solo la esperanza de volver a ver su hija le da fuerzas para sobreponerse, para no suicidarse y seguir viva. Vive en casa de uno de los comandantes del régimen, aterrorizada, por lo que soporta cada día, ocultando cualquier signo de disconformidad o rebeldía. En los primeros capítulos se combinan escenas del pasado y del presente donde se hace más patente la brutalidad del régimen y el valor de la libertad perdida. Se pone de manifiesto lo fácil que es perder la libertad, casi de un día para otro,  por parte de  la población si se deja el camino libre a este tipo de grupos fanáticos totalitarios. En la serie, más de la mitad de la población, todas las mujeres,  pierden todos sus derechos, de un día para otro, incluso también los pierden buena  parte de los hombres,  derechos conquistados  a lo largo de centurias en nuestras democracias occidentales.   


La serie lejos de quedarse en un ejercicio de ficción distópica lejano asusta e incomoda porque está muy cerca de lo que podemos vivir en algunos países aterrorizados por el terror yihadista o por lo que puede pasar en nuestros democráticos y laicos países, lease Europa o Estados Unidos, si un régimen fanático religioso se hiciese con el poder bien a través de un golpe de estado, como el que dieron en la serie, o bien de manera democrática, ahí tenemos los alarmantes progresos de las fuerzas demagógico-populistas de Estados Unidos y Europa. La serie es tan rica en detalles que podría escribir decenas de páginas sobre ella pero no me gustaría olvidarme de algunas cosas, como por ejemplo, en los primeros capítulos, la destrucción de las viejas catedrales católicas por el régimen,  como si el fanatismo de éste no admitiese ninguna otra interpretación religiosa, o como, salvo el caso de algunos siniestros personajes, incluso parte de la clase dirigente parece abrumada por el propio régimen que ellos mismos posibilitaron. Esa misma clase dirigente mantiene bajo una conducta hipócrita y farisaica burdeles donde satisfacer sus más bajos instintos.  

La serie está magníficamente dirigida, con un hábil sentido del ritmo y los climax. Chocan esas imagenes, de tonos amarillentos, un tanto bucólicas, llenas de tristeza y melancolía, de las criadas, junto al río, con los cuerpos colgando, junto a las muros, como si los talibanes o yihadistas se hubiesen colado en un irreal cuadro más propio  de finales del  siglo XIX que de un distópico futuro. No se olvida fácilmente  el  vestuario sobrio pero impactante de las criadas, con sus tocas blancas y sus capas rojas que eliminan todo rasgo de individualidad y feminidad. que me recordaron a los hábitos de las religiosas. ¿Y que decir de la interpretación¿. Elizabeth Moss, sostiene ella sola toda la serie, y muestra apenas con un gesto, con una mirada, una capacidad enorme para transmitirnos y hacernos sentir lo que ella siente en cada uno de los momentos: su miedo, su impotencia, su desesperación. Aunque también son impresionantes los trabajos interpretativos de la señora de la casa y sobre todo de la odiosa tía Lydia (Ann Dowd), la cruel gobernanta encargada de la educación de las criadas. La temporada termina con un maravilloso y liberador gesto de rebeldía liderado espontaneamente por nuestra protagonista que le conducirá a un desconocido y oscuro futuro quien sabe si de muerte o mutilación o de libertad y esperanza. La solución: la próxima temporada.


viernes, 16 de junio de 2017

Acaba la segunda temporada de "Lucifer", una agradable comedia fantástica que ha ido mejorando con el paso del tiempo


En enero del pasado año se estrenó la primera temporada de "Lucifer", una simpática comedia fantástica que se ha ganado merecidamente un puesto en la parrilla de la FOX, gracias a sus más que aceptables audiencias, al menos en su 1ª temporada. La 1ª temporada tuvo 13 episodios. Tras su renovación se encargaron otros trece, que finalmente se ampliaron a 22. La segunda temporada se estrenó en septiembre de 2016 y se ofreció en dos partes, finalizando a finales del pasado mes de mayo con solo 18 capítulos emitidos, por lo que cabe pensar que los cuatro episodios que faltan  se añadirán a la tercera temporada confirmada. Parece que en esos cuatro episodios restantes se contará la llegada de Lucifer a Los Angeles, aunque no está claro si se sumarán a los 22 episodios previstos o formarán parte de ellos.

En esta segunda temporada suceden muchos e interesantes acontecimientos, el primero de ellos, la llegada de la escultural madre de Lucifer a la Tierra, ocupando el cuerpo de una directiva de una importante firma de abogados, llamada Charlotte Richards, papel interpretado por una todavía muy atractiva Tricia Helfer, la cylon 6 de la serie Battlestar Galactica. Este será un personaje que dará mucho juego a lo largo de la segunda temporada, un personaje manipulador y de moral ambigua que creará no pocos quebraderos de cabeza a nuestro protagonista. Lucifer llega a un trato con Dios, devolver a su madre al infierno a cambio de la vida Chloe, pero esta sufre un aparatoso accidente, tras el cual no está la mano divina sino la de su otro hermano, Uriel. En una dramática lucha, Lucifer acabará con la vida de Uriel. 

Maze se acerca a la vida de Chloe y hará de niñera de Trixie. Lucifer sigue acudiendo a la consulta de la Dra. Martin a quien le revela su verdadero rostro dejándola en estado de shock. Charlotte atenta contra la vida de Chloe porque cree que es el motivo para que Lucifer quiera quedarse en la tierra, intento de asesinato que es evitado por Amenadiel. Este descubre que la llegada de Lucifer a la Tierra y su encuentro con Chloe estaba predestinado por Dios. Probablemente uno de los hechos más esperados era dar al menos un poquitín rienda suelta a esa tensión sexual no resuelta entre Lucifer y Chloe. Lucifer salvará a Chloe de una muerte por envenenamiento, para lo cual tendrá que descender al Infierno. Posteriormente Lucifer desaparecerá cuando descubra que todo, su llegada a la tierra y su encuentro con la joven policía, ha sido un plan premeditado de Dios. Retornará acompañado por una espectacular chica a quien presenta como su esposa, aunque se trata de un montaje. 

También cabe recordar el capítulo en que Lucifer cree haber encontrado a su padre en un manicomio, pues hay un paciente que declara ser Dios. En el último episodio el cuerpo de Charlotte da síntomas de deterioro, parece que puede estallar en una explosión de luz. Amenadiel detiene el tiempo mientras Lucifer abre una grieta dimensional a un universo donde su madre pueda crear su propio mundo libre de la influencia de Dios. Tras ello, la  humana Charlotte Richards revive sin los recuerdos de su posesión. Lucifer está a punto de revelar a Chloe su verdadera naturaleza pero antes de que lo haga se despierta en otra dimensión con sus alas restauradas.

La temporada nos ha dejado grandes instantes que sería prolijo explicar aqui (la fiesta de las chicas, las conversaciones de Maze y Trixie, el romance abierto de Lucifer y Chloe, la revelación de Lucifer a la Dra. Martin, las pequeñas maldades de Charlotte y otros muchos momentos narrados líneas atrás), pero si tuviera que resumir mi opinión sobre la serie, debería decir que se trata de una serie bien realizada, con diálogos chispeantes, entretenida, fácil de ver, en la que evidentemente el diablo aparece muy humanizado, se diría que es un pobre hombre necesitado de asistencia psicológica por su pertenencia a una familia que hoy llamaríamos disfuncional. Esperemos que si la segunda temporada ha superado a la primera, la tercera al menos mantenga el nivel de esta segunda temporada. La respuesta a esa duda la empezaremos a descubrir el próximo 2 de octubre.