Título original: Ritana. Año: 2002. Pais: Japón. Duración: 111 minutos. Género: Ciencia ficción. Fantástico. Acción. Director: Takashi Yamazaki. Guión: Takashi Yamazaki, Kenya Hirata. Música: Akihiko Matsumoto. Fotografía: Akira Sako, Kozo Shibazaki. Interpretes: Takeshi Kaneshiro, Anne Suzuki, Kirin Kiki, Goro Kishitani, Yukiko Okamoto, Mitsuru Murata, Kisuke Iida, Kazuya Shimizu, Chiharu Kawai. Productora: oho / Shirogumi / Imagica Corp. / Amuse Inc. / Fuji Television Network.
Película nipona del año 2002 que narra el viaje en el tiempo de la protagonista, una jovencita guerrera llamada Miri, desde su época, el año 2084, época en la que la Tierra libra una dura batalla contra una fuerza invasora alienigena que está a punto de erradicar a la humanidad, hasta el año 2002, año en que llegó un alien a la Tierra y fue asesinado. Con solo 3 días por delante, Miyi deberá convencer a un sicario, Yamamoto, para que se una a su causa, salve al extraterrestre y evite las guerras alienigenas, preservando así el futuro de la humanidad. La película es superentretenida. No pasará a la historia del cine, pero es una película de ciencia ficción, acción y aventuras que se deja ver bastante bien. Sus influencias son bastante evidentes: el uso del tiempo bala se utilizó en Matrix algunos años antes (1999), el argumento de viaje en el tiempo para evitar la aniquilación de la humanidad, es parecido, en cierto sentido, al de Terminator (1984), las escenas de disparos, saltos y piruetas son típicos de la películas de John Woo y de otras películas orientales, incluso el alien nos recuerda a nuestro querido E.T que como éste quiere volver a casa (1982) si bien hay que reconocer, en su favor, que todas esos ingredientes están habilmente combinados para ofrecernos un grato entretenimiento.
La película cuenta con unos dignos efectos especiales, un ritmo adecuado, unas correctísimas interpretaciones (quizás la del villano resulte un poco exagerada o histriónica) y un final, aunque previsible, satisfactorio. Incluso hay tiempo para aclarar al final un aspecto que, mediada la cinta, no parecía quedar muy claro: la fotografía que aparece en la habitación con Yamamoto muerto presupone un segundo viaje de Miri, desde el futuro al pasado para intervenir nuevamente en él y evitar la muerte del joven sicario, tal y como veremos al final de la cinta. Aqui no hay posibilidad de quedarse en el presente como en otras cintas del género. Miri desaparece, desvaneciéndose en el éter, reclamada por el continuum espacio temporal tras haber intervenido en el pasado, evitando la catastrofe bélica. El humor y algunas situaciones planteadas en estas peliculas orientales pueden parecernos un poco ingenuas a los occidentales pero esta es una cuestión cultural más que de concepto. Igualmente la relación entre el sicario y la niña es simplemente de colegas. No podía ser de otro modo, dada la juventud de la muchacha y la diferencia de edad entre ambos.
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