martes, 6 de enero de 2015

"Los pasajeros del tiempo", H.G.Wells persigue con su máquina del tiempo a Jack, El Destripador desde el siglo XIX hasta los años 70

Tïtulo: Time after time. País: Estados Unidos. Año: 1979. Género: ciencia ficción. Duración: 112 minutos. Director: Nicholas Meyer.Interpretes principales: Malcolm McDowell (H. G. Wells). David Warner: (Leslie John Stevenson (Jack el Destripador), Mary Steenburgen (Amy Robbins). Productor: Herb Jaffe. Guion: Nicholas Meyer, Karl Alexander, Steve Hayes. Música: Miklós Rózsa. Montaje: Donn Cambern.

En mi particular revisión a los clásicos de los viajes en el tiempo, me encuentro con esta película de 1979, estrenada en Latinoamérica como "Escape al Futuro" y en España como "Los pasajeros del tiempo". En esta película el protagonista, el escritor H.G. Wells, ha inventado una máquina del tiempo a finales del siglo XIX pero la máquina es utilizada por Jack, El Destripador para escapar al futuro, concretamente a la época en que se rodó la cinta, a 1979, lo que obliga al científico a perseguirle hasta esa época para evitar que pueda contaminar el que presume su "utópico" futuro. La película es un agradable entretenimiento, hasta el punto de que, sin ser una gran obra, le sigo guardando, tras su visionado, cierto cariño. No sé si es el por el contraste entre la victoriana sociedad británica de fines del XIX y la colorista época de los 70, una época de la que muchos guardamos un bonito recuerdo (eramos niños o muy jóvenes entonces), la contenida interpretación de el en otros momentos histriónico Malcom Mcdowell, la ingenuidad y frescura de Mary Steenburgen, la fría pero ajustada interpretación de un David Warner al que asociamos, casi siempre a papeles de malvado, sobre todo en algunas memorables cintas de aquella época como "Perros de Paja" (también le vimos en "La Profecía"), no sé, pero el hecho es que después de ver la cinta no me pareció que había envejecido demasiado a pesar de los 36 años transcurridos, desde entonces.

La película combina con acierto varios géneros: tiene algo de thriller,  (Wells persiguiendo al Destripador y con la policía de San Francisco de por medio), de romance (entre un despistado  Wells en este nuestro mundo contemporáneo  y una pizpireta Amy Robbins) y de comedia (por el choque cultural de un decimonónico Wells enfrentado a sus propios e increibles descubrimientos del siglo XXI). La película no sobresale por nada en especial, carece de los giros imprevistos tan frecuentes en este tipo de películas y de los efectos especiales típicos del género de la ciencia ficción pero no se, la historia está contada con un acertado ritmo de forma que sus 112 minutos no se hacen, en ningún momento, pesados, lo que sumado a unas más que correctas interpretaciones deja, como he dicho, al espectador un agradable sabor de boca, eso sí, siempre que intente ver de una forma desprejuiciada una película de género de 1979. El inicio de la cinta me parece un bonito homenaje, al menos yo veo ciertas similitudes o guiños, al clásico de 1960, "El tiempo en sus manos", de George Pal, película basada en la novela "La máquina del tiempo", de  H.G. Wells: el aspecto retrofuturista de la máquina es muy parecido en ambos casos asi como algunos otros detalles, tanto del ambiente, la casa como el protagonista. Como curiosidad, cabe señalar que  Mary Steenburgen trabajaría posteriormente en la tercera secuela de "Regreso al Futuro", otro clásico del cine de viajes por el tiempo.

Resulta especialmente destacable la escena en la que Jack el Destripador observa los actos violentos que ofrece un boletín informativo de la televisión y le comenta a H.G.Wells: "la violencia de este mundo ha superado incluso la mía. En nuestra época yo era considerado un monstruo, aquí se me consideraría un aprendiz, un aficionado", y en cierto sentido, la irónica reflexión de Jack no está exenta de cierta razón, hasta tal punto estamos familiarizados en nuestros días con la violencia y el crimen, que incluso se ha producido  cierta banalización de la violencia especialmente en los medios de comunicación y soportes audiovisuales. También es digno de destacar la sorpresa de H.G Wells, un socialista utópico, al ver sus equivocadas predicciones sobre un mundo feliz y mucho más justo y equitativo, salvado por los avances de la ciencia. Tal vez lo que no esperaba ver era a la mujer, por fin liberada de los viejos dogmas y prejuicios de su época, lo que le provoca también cierto choque mental pese a sus teóricamente avanzados principios ideológicos.

La primera parte de la película transcurre ( y aqui hay unos cuantos spoilers) entre los asesinatos de varias mujeres, cometidos por Jack el Destripador, los esfuerzos de Wells por lograr que Jack vuelva con él al pasado, los intentos de Jack porque Wells  le de la llave de la máquina del tiempo para seguir huyendo de la justicia, el romance de Wells y de Amy, la sorpresa e incredulidad  de ésta al descubrir que Wells es un viajero del tiempo. En el último tramo de la película, nuestros protagonistas viajan hacia el futuro unos pocos días (para demostrarle Wells que lo que le ha dicho de viajar en el tiempo es cierto) y comprueban con horror que Amy será la quinta víctima, unos días más tarde. Regresan al pasado y pretenden alertar a la policia sobre un cuarto crimen que todavía no se ha cometido pero, desgraciadamentem no llegan a tiempo. En un vertiginoso final, Wells es detenido injustamente por la policía de San Francisco como sospechoso de los asesinatos de las mujeres, lo que está a punto de costarle la vida a Amy (aunque en realidad a quien asesina Jack es a su amiga). En las escenas finales, Wells consigue mandarle a Jack al infi...nito y tras ello decide regresar con la máquina a su tiempo. Amy en un acto de sacrificio por amor le acompaña al pasado, convirtiéndose en su esposa, donde morirá en 1927.

No me gustaría acabar sin recordar la excelente banda sonora de la película, empeño personal más del director, Nicholas Meyer, (que será posteriormente director de dos películas de Star Trek: La Ira de Kan y Aquel país desconocido) que de la productora que quería otros arreglos y otro músico, pues contó con uno de los grandes de la música cinematográfica como es Miklós Rózsa, autor de la música de películas como "El Ladrón de Bagdad", "Perdición", "Días sin huella", "El extraño amor de Martha Ivers", "Quo Vadis",  "Ben Hur", "El Cid", y otras muchas, hasta más de 70 grandes títulos. Rozsa fue maestro, además,  de otro gran autor de bandas sonoras cinematograficas como John Williams.

1 comentario: