domingo, 18 de enero de 2015

"12 Monkeys". Vuelve el ejército de los doce monos. Primeras impresiones. Viajando en el tiempo para salvar a la humanidad.


Anteayer se estrenó en Estados Unidos, "12 monkeys" la serie basada en la película "Doce Monos" de Terry Gilliam y que está siendo emitida por la cadena Syfy. La serie está protagonizada por Aaron Stanford (como James Cole) y Amanda Schull (como la doctora Cassandra Railly) y narra las aventuras de un hombre de un futuro postapocalíptico, del año 2043  (un futuro en el que la humanidad ha sido diezmada por un virus), que viaja en el tiempo a nuestro presente (2013-2015) para intentar acabar con el causante de la epidemia, reescribiendo  la historia,  para así salvar  su futuro y a la humanidad. 

Sería un error e injusto, aunque también puede ser inevitable, comparar esta serie con la película de Terry Gilliam de la que, en mi opinión,  solo toma el esquema argumental, pues la película de Gilliam no admite comparaciones:  es una obra original y absolutamente  imperecedera (dentro del género), de la que recordaremos siempre  ese estilo y esa estética inconfundible, tan característica del creador británico, esa musiquilla inolvidable y una interpretación de Willis verdaderamente sobresaliente, en su papel de viajero temporal un tanto desequilibrado. Recordemos que "Doce monos" (1995) estaba, a su vez,  basada en la fotonovela visual (apenas tenía unos fotogramas en movimiento) "La jetee" de Chris Marker (1962). 

Pues bien, obviando cualquier comparación entre la película y la serie, el piloto de la serie se deja ver bastante bien. No veremos aquí,  como en la película, una pesimista reflexión filosófica sobre la condición y el destino de la humanidad, fatalmente condenado a la cuasi extinción. La película de Gilliam era absolutamente fatalista y sombría en todo momento, incluso en el final de su protagonista. No hemos visto en la serie  demasiadas cosas de ese futuro oscuro que sí veíamos en el largometraje citado, ni tampoco por que el protagonista, Cole, se comporta de una manera tan extraña, (en la película el contexto nos daba muchas pistas), lo cual  provoca al verle (y por comparación con la cinta) cierta extrañeza y falta de credibilidad en el personaje. Se dibuja un personaje pero se olvidan del contexto, de porque se comporta como se comporta. 

Si olvidamos el material en el que se basa la serie, y nos centramos en disfrutar  de un simple  thriller de viajes en el tiempo es probable que nos entretenga, a poco que lo sepan hacer medianamente bien los guionistas y directores de la serie. La serie tiene suficientes ingredientes como para conseguirlo: un protagonista con un metabolismo superior, una atractiva y valiente doctora, unos malos arquetípicos, algún giro argumental interesante. Esperemos ver más capítulos para enjuiciar con más objetividad y datos  el estreno de esta nueva serie. 

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