sábado, 23 de febrero de 2019

Un aluvión de cancelaciones inunda el panorama de las series

En los últimos meses asistimos a una incesante avalancha de noticias de cancelaciones de series, algunas de las cuales, sinceramente,  eran de mi agrado por lo que me he animado a verter, en estas líneas, mi opinión sobre el proceloso mundo de la actual ficción televisiva. Vaya por delante que hay tantos gustos como personas, que hay auténticas obras de arte con audiencias ridículas, series con buenas críticas y escasa audiencia y medianías que son seguidas por millones de personas en interminables temporadas. No pretendo sentar cátedra pero lo que  me suscita  este aluvión de cancelaciones es una reflexión: En el fondo esto es un negocio y  las nuevas plataformas que creíamos algunos podían ser el refugio de algunas series brillantes y que quizás no estuviesen tan condicionadas por presentar buenísimos ratings de audiencias desde el primer momento, como las cadenas en abierto, no son en el fondo  más que más de lo mismo, fabricantes de comida rápida o "fast food" audiovisual,  permítaseme llevar esta analogía a la ficción televisiva, productos  para ver o deglutir y olvidar, deglutidores compulsivos de series que es en lo que  que nos estamos convirtiendo, como consumidores de la oferta televisiva. 

Salvo honrosas excepciones se arriesga poco, en estos momentos, en el mundo de las series y se abusa en demasiada de fórmulas, guiones y caminos demasiado trillados. Hay una enorme saturación de ficciones  televisivas  y es necesario dejar enseguida hueco a la siguiente; si vemos que una no cuaja a la primera, se la cancela y ya está, sin poder dar tiempo a veces a saborear auténticas joyas y delicias. En otras ocasiones, los espectadores somos víctimas de las políticas de las alianzas o rupturas de las grandes cadenas y grupos audiovisuales, como recientemente ha sucedido con todas las series del tándem Marvel-Netflix. Es evidente que no todas las series del universo Marvel en Netflix tenían la misma calidad, pero en mi opinión todas ellas, algunas más que otras tuvieron la virtualidad de hacer más humanos a los héroes y más adultas propuestas televisivas basadas en el mundo del cómic que según y con que material, presentación y profundidad se presenten pueden ser obras dignas de visionar o quedarse en productos intrascendentes de consumo rápido para jóvenes adolescentes, que parece ser la última tendencia y la más segura de la industria.

Entre las ficciones canceladas en los últimos meses he sentido especialmente además de  "Daredevil", "Jessica Jones" y "The punisher" (menos "Luke Cage" y poco o nada "Iron Fist") especialmente las de "Counterpart", "Colony", "Into the Badlands" o "El hombre en el Castillo", por unas razones o por otras, que de todo ha habido. Afortunadamente "The expanse" fue rescatada por Amazon aunque veremos cuanto dura. De las que seguían no me ha extrañado las cancelaciones, mucho han durado para mi gusto, "Travelers" (magnífica idea totalmente desaprovechada), "Salvation" (buen thriller político que se ahogó en su propia cuerda, víctima de un pésimo desarrollo argumental), "Nightflyers" (interesante premisa pésimamente desarrollada) y "Midnight texas" (no tenía un segundo pase). 

Me sorprende por contra el éxito de audiencia de una serie convencional, a más no poder, como "Manifest" el último intento por emular la sobrevalorada fórmula y  éxito de "Perdidos". Y me empieza a cansar el abuso de series basadas en los cómics americanos pues creo que hay vida más allá de este limitado universo de ficción. La lista de series basadas en los cómics americanos comienza  a ser interminable. En este contexto está claro que Netflix y Amazon empiezan a perder puntos para mi y que, por contra, comienzo a valorar mucho más la producción europea que  me resulta menos simple, convencional y adocenada que la americana, HBO aparte. 

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