Estrenada a primeros de octubre, esta serie es conocida en nuestro país, sobre todo, por la demanda por presunto plagio interpuesta por los productores de la serie "El Ministerio del Tiempo". He visto ambas series y, pese a las similitudes existentes entre ambas, que detallaré después, no creo que lo tengan tan fácil los productores españoles para acusarle a los americanos legalmente de plagio alguno. Desde luego no es un plagio literal aunque los parecidos sean demasiado sospechosos. Es muy fácil coger un producto, copiar lo que a uno le interesa y darle otro barniz diferente. Y esto parece claro que es lo que hicieron los americanos. De todos modos y sin voluntad de caer en patrioterismos baratos, que no es mi estilo, "El Ministerio del Tiempo" es, sin duda mejor que "Timeless", pese al diferente presupuesto que maneja una y otra producción. "Timeless" es un producto que está bien hecho, faltaría más, pero que carece de la tensión, profundidad y empatía con los personajes, -bastante esquemáticos, muy poco definidos-, como para convertirse en una serie perdurable. Es un producto convencional a más no poder que se agota en sus casos autoconclusivos y cuyo visionado se olvida tan pronto como ha finalizado el capítulo. Carece del humor y la sutilidad de "El Ministerio" y desde luego, pese a los vanos intentos porque se produzca, no hay la más mínima química entre algunos de sus personajes protagonistas. Por otra parte la labor del casting tampoco ha estado muy lucida en la elección de algunos personajes secundarios, como Mason Lark.
"Timeless" se centra, como "El Ministerio del Tiempo", en un trio compuesto por una profesora de historia, la cerebro del grupo, igual que nuestra Amelia Folch; también hay un soldado, como nuestro Alonso de Entrerrios y un ingeniero, -bien, en nuestro caso era un sanitario-, si bien como nuestro Julian, el soldado Wyatt Logan está obsesionado, como él, por la muerte de su mujer. En ambos casos hay un terrorista temporal: en "El Ministerio", Lola Mendieta, en "Timeless" Garcia Flynn, que quieren cambiar los acontecimientos históricos a lo que se opone, bien el Ministerio o la agencia privada americana Mason. En ambos casos hay dudas razonables sobre la bondad de las agencias temporales; los perfiles de Lola y Flynn son muy parecidos, no son los típicos villanos malos, malísimos, sino que en el fondo les anima un objetivo benéfico: en el caso de Flynn, -que parece ser un exagente gubernamental-, luchar contra Rittenhouse, responsable del asesinato de su familia; en el caso de Lola Mendieta, luchar contra la fría e inflexible rigidez del Ministerio que no permitía interferir en el tiempo para salvar a personas, aunque estas fuesen agentes del Ministerio o sus familiares más directos. La dureza e inflexibilidad del Ministerio hizo que esta exagente se posicionase en contra de su labor, porque al fin y al cabo, como decía Lola Mendieta, en muchos casos la historia no es digna de ser preservada y tal vez incluso podría mejorarse. Tanto Lola Mendieta como Flynn no son todo lo beligerantes que cabría esperar de un peligroso enemigo, incluso pretenden, a veces, abrir los ojos a los integrantes de la patrulla del tiempo.
Al margen de estos curiosos parecidos señalar que la especie de batíscafo que utilizan como máquina del tiempo me recordó a la esfera de otra serie temporal "Siete dias". Revisando hace unas semanas esta serie, aún aquella me parece mejor que esta, por lo menos en algunos de sus capítulos. No creo que pase a engrosar la lista de las mejores series sobre viajes en el tiempo. Y eso que los casos eran, a priori, interesantes y podían dar más juego que el que han dado de sí. Los casos en los que la patrulla temporal ha intervenido hasta el momento han sido el accidente del Hinderburg, el asesinato de Lincoln, la derrota del Alamo, un caso de espionaje con Ian Fleming en la Alemania nazi, una trama en Las Vegas en la época de Kennedy, la mafia y el Rat Pack y el caso Watergate.
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