Título original: How It Ends. Año: 2018. Duración: 113 min. País: Estados Unidos. Dirección: David M. Rosenthal. Guion: Brooks McLaren. Música: Atli Örvarsson. Fotografía: Peter Flinckenberg. Reparto: Theo James, Kerry Bishé, Forest Whitaker, Kat Graham, Mark O'Brien, Eric Keenleyside, Grace Dove, Nancy Sorel, RJ Fetherstonhaugh, Lanie McAuley, Josh Cruddas, Aaron Hughes. Productora: Coproducción Estados Unidos-Canadá; Sierra Pictures / Paul Schiff Productions. Distribuida por Netflix. Género: Thriller. Ciencia ficción | Futuro postapocalíptico.
Película de Netflix que se sustenta básicamente sobre dos estrellas como Theo James (el chico de "Divergente") o el veterano Forrest Whitaker, donde una misteriosa catástrofe convierte a Estados Unidos en una zona de guerra y un joven abogado, interpretado por Theo James debe viajar con su suegro, un exmarine (Forest Whitaker) en busca de su prometida embarazada que se encuentra al otro lado del país a más de 3.000 km de distancia.
La película aunque se deja ver, adolece de un metraje excesivo y no nos ofrece nada que no hayamos visto en infinidad de películas post-apocalípticas: y que se resumen en el conocido adagio latino "homo homini lupus est" o lo que es lo mismo que cuando colapsa la civilización "el hombre es un lobo para el hombre". La historia comienza con los dos protagonistas enfrentados en una tensa relación pues nos encontramos ante un despótico suegro que no se fia de la valía del yerno que le ha tocado en suerte. La lucha por la supervivencia pondrá, no obstante a cada uno en su lugar y el yerno acabará redimido ante los ojos del exigente suegro que no podrá llegar, sin embargo vivo a su destino.
Es una desigual roadmovie que se desinfla un tanto en su tramo final, con una situación poco creíble y un tanto apresurada. La película cuenta, además, con otro personaje, una joven india, que pareciera iba a compartir el destino del duo protagonista y que desaparecerá, sin demasiado sentido, mediado el metraje. Finalizada la cinta seguimos sin saber realmente que es lo que realmente sucedió. Todo parece indicar una causa natural de proporciones bíblicas: la enorme avalancha piroclástica que está a punto de alcanzarles y una lluvia de ceniza parecen empujarnos a una causa sísmica aunque la extraña aurora boreal y las desconocidas y violentas tormentas pudieran apuntar hacia otras causas.
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