domingo, 10 de febrero de 2013

"La invención de Hugo" o el lugar donde se fabrican los sueños


Título original: Hugo. Director: Martin Scorsese. País: USA. Año: 2011. Duración: 128 min. Género: Aventuras, fantástico. Interpretes: Asa Butterfield (Hugo Cabret), Chloë Grace Moretz (Isabelle), Ben Kingsley(Georges Méliès), Sacha Baron Cohen (inspector de estación), Jude Law (padre de Hugo), Christopher Lee (Sr. Labisse), Richard Griffiths (Sr. Frick), Ray Winstone (tío Claude), Emily Mortimer (Lisette), Frances de la Tour (Sra. Emilie). Guion: John Logan; basado en el libro “La invención de Hugo Cabret”, de Brian Selznick. Producción: Johnny Depp, Tim Headington, Graham King y Martin Scorsese. Música: Howard Shore. Fotografía: Robert Richardson. Montaje: Thelma Schoonmaker. Diseño de producción: Dante Ferretti. Vestuario: Sandy Powell. Distribuidora: Paramount Pictures Spain. Estreno en USA: 23 Noviembre 2011. Estreno en España: 24 Febrero 2012.

Esta película seguramente no es ni para todos los gustos ni para todos los públicos, acostumbrados como están muchos al vacio envoltorio de la mayoria de las películas palomiteras que nos llegan de Hollywood pero para mi ha sido una autentica delicia verla, hasta el punto de considerarla una de las mejores películas de este recien acabado 2012. Quien espere ver una trama llena de acción o una película de aventuras o una película infantil, mejor que busque otra película en la cartelera. A la proyección de esta película hay que asistir con la mente, los ojos y oidos bien abiertos, presto a dejarse llevar por un  torbellino de imagenes de ensueño, de  miradas y sensaciones que desde luego no dejarán indiferente al buen cinefilo, con un mínimo de gusto y sensibilidad.

Hugo Cabret es un niño huerfano que vive entre los muros de una estación de tren de Paris. Tras la muerte de su padre y el abandono de su tio borracho sigue manteniendo en hora los relojes de la estación, aunque su gran deseo es arreglar un viejo automata, el único legado que le dejo su padre, muerto en un incendio, en el museo donde trabajaba. Hugo intenta sobrevivir como puede cada día esquivando, también como puede, al cruel inspector de la estación que arresta a cuantos niños huerfanos vagabundean por el lugar. Su vida cambia el día que pierde la libreta de su padre con las instrucciones para arreglar el automata. La libreta se la arrebata un viejo comerciante que repara juguetes mecánicos en una tienda de la estación. Siguiendo al viejo comerciante a su casa conocerá a una niña encantadora, Isabelle, que vive con el viejo comerciante, al que llama Papa George y su mujer, mama Jane, sus padrinos. Hugo e Isabelle se hacen amigos y se descubrirán mutuamente, el mundo del cine (Hugo a Isabelle) y la literatura (Isabelle a Hugo). Con la  ayuda de su nueva amiga, arreglará el viejo automata que les dará una pista que les conducirá al pasado de papa George, que en realidad es el insigne pionero del cinematografo, Georges Melies, un hombre injustamente olvidado durante décadas por el mundo pero que al final de la película tendrá un merecido reconocimiento. 

La película es sobre todo un inolvidable homenaje, el mejor homenaje que he visto en mi vida, al nacimiento del cine, ese arte o fabrica de sueños que perdura en nuestra retina y  cerebro mucho tiempo después de haberla visto. Ese arte que nos permite convertirnos por un momento en magos, caballeros, soldados, principes, heroes, princesas, etc. Aunque basado en un libro dirigido al público infantil esta película no tiene nada de infantil, es más seguramente  aburriría  a los más pequeños. 

La película tiene un magnífico diseño de producción y una dirección artística apabullante que nos sumerge en unos ambientes de pura magia y ensueño, una banda sonora de Howard Shore que nos acompaña durante toda la película y que nos remarca, con diferentes tonos,  las escenas clave del film, una fotografía maravillosa que recrea a través de unas sugerentes y cautivadoras imagenes un soñado París de comienzos de siglo.  Bueno y que decir de la interpretación de los actores: los ojos de Hugo (Asa Butterfield), azules y penetrantes, la mirada de Isabelle (Chloe Grace Moretz), con sus ojos y su sonrisa que son capaces de decir tanto con apenas un gesto, -esta chica promete-, la caracterización perfecta de un memorable Ben Kingsley, la histrionica interpretación del inspector de la estación (Sacha Baron Cohen), un majestuoso Christopher Lee  en su papel del bibliotecario, Monsieur Labisse. Quizás la película falla algo en su desarrollo narrativo, ya que el intercalado de las primeras cintas de Melies pueden tener su interés en un documental sobre los orígenes del cine pero quiebran algo el ritmo de la película que por otra parte tampoco esta muy sobrada de historia, como se ha podido comprobar en la sinopsis. 

La película tiene un cierto ambiente dickensiano: asi vemos a los huerfanos, como Hugo (perfectamente podía haber sido un heroe de sus novelas),  que se buscan la vida como pueden y que son arrestados por un  el odioso inspector de la estación y también  tiene un clarisima influencia chapliniana: la persecución de Hugo por parte del inspector de la estación, la escena en la que Hugo se esconde tras la columna, la escena en la que Hugo se cuelga de las agujas de reloj, son claros homenajes a nuestro querido Charles Chaplin. Los guiños y autorreferencias al mundo del cine son constantes: asi la llegada del tren en las cintas de los hermanos Lumiere y la llegada del tren a la estación de Paris, por dos veces: una en el sueño de Hugo y otro en la vida real

 Scorsesse hace que sintamos la magia del cine y nos sumerge en los orígenes de este arte a través de esta bellísima fábula donde nada sobra (todo tiene/tenemos un propósito en esta vida). Todas las piezas del autómata tienen una función que realizar como todos en la vida tenemos una misión que cumplir. Ahí es nada. Cual es nuestro propósito en la vida. Y Scorsesse ha creado una pequeña obra maestra, provocándonos sensaciones, creando vínculos e identificaciones, así si somos capaces de ser Hugo y de mirar con esos ojos entre asombrados y asustados, como los suyos, seremos capaces de soñar, de emocionarnos, de ilusionarnos, de maravillarnos, de enamorarnos, como él, en definitiva de ser felices que es al fin y al cabo de lo que trata esta historia que es nuestra vida. 


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