He de reconocer mi prevención cuando me comentaron: se estrena una serie española de viajes en el tiempo. Pensé: ¡Cuidado!. ¡A ver que churro sale!. La apuesta era muy arriesgada. Estamos acostumbrados a ver muchas comedias, algunas series costumbristas y de época pero salvo honrosas excepciones no se nos daba, no se nos da muy bien eso de cultivar ciertos géneros: siempre me he preguntado porque los británicos cultivan, por ejemplo tan bien el género sobrenatural y los americanos la ciencia ficción. Hasta ahora nadie se había atrevido a realizar en España una mezcla tan interesante de historia y ciencia ficción, del "fue así pero pudo ser de otra manera". Ví el primer capítulo, aquel en el que nuestra "patrulla del tiempo" viaja a la época de la guerra de la independencia y hubo algunas cosas que me chirriaron. Cuesta aceptar ciertas caras, ciertos actores en determinadas situaciones, pero superados lo que seguramente son ciertos prejuicios personales, se puede disfrutar, sin problema de la trama de los diferentes capítulos, algunos desde luego más conseguidos que otros.
La serie cuenta el mayor secreto de estado de España, la existencia de un ministerio que controla desde los tiempos de Isabel La Católica el acceso a puertas que permiten viajar hacia atrás en el tiempo, al pasado. Parece que no se puede viajar al futuro. Enseguida, y por asociación de ideas me acordé de la serie británica "Doctor Who" y de su spin-off "Torchwood" (en la que existe una agencia secreta creada por la reina Victoria para vigilar los peligros que pueden venirnos de "allí fuera", amenazas que se podían colar por una fisura espacio-temporal hacia nuestro mundo). Aquí tenemos todo un Ministerio del Tiempo, cuya "patrulla que viaja por el tiempo" es su comando operativo y que tiene como objetivo impedir que algunas personas viajen por las puertas temporales para cambiar la historia y por lo tanto nuestro presente.
Hasta el momento, se ha emitido el 5º capítulo y la patrulla ha viajado a 1808 para salvar al Empecinado, al siglo XVI para evitar que Lope de Vega muriese en la guerra contra Inglaterra con la Armada Invencible, a 1941 para evitar la entrada de España en la 2ª Guerra Mundial, a 1491 para evitar que el rabino que creó "El Libro de las Puertas" fuese quemado por orden de Torquemada y a 1981 para lograr que el Guernica volviese a España como así fue en la realidad. La serie está muy bien producida, no parece española, no es una superproducción pero están bastante cuidados los detalles de ambientación y muy bien rentabilizado cada euro de presupuesto.
La serie cuenta el mayor secreto de estado de España, la existencia de un ministerio que controla desde los tiempos de Isabel La Católica el acceso a puertas que permiten viajar hacia atrás en el tiempo, al pasado. Parece que no se puede viajar al futuro. Enseguida, y por asociación de ideas me acordé de la serie británica "Doctor Who" y de su spin-off "Torchwood" (en la que existe una agencia secreta creada por la reina Victoria para vigilar los peligros que pueden venirnos de "allí fuera", amenazas que se podían colar por una fisura espacio-temporal hacia nuestro mundo). Aquí tenemos todo un Ministerio del Tiempo, cuya "patrulla que viaja por el tiempo" es su comando operativo y que tiene como objetivo impedir que algunas personas viajen por las puertas temporales para cambiar la historia y por lo tanto nuestro presente.
Hasta el momento, se ha emitido el 5º capítulo y la patrulla ha viajado a 1808 para salvar al Empecinado, al siglo XVI para evitar que Lope de Vega muriese en la guerra contra Inglaterra con la Armada Invencible, a 1941 para evitar la entrada de España en la 2ª Guerra Mundial, a 1491 para evitar que el rabino que creó "El Libro de las Puertas" fuese quemado por orden de Torquemada y a 1981 para lograr que el Guernica volviese a España como así fue en la realidad. La serie está muy bien producida, no parece española, no es una superproducción pero están bastante cuidados los detalles de ambientación y muy bien rentabilizado cada euro de presupuesto.
Tiene un punto de humor que le viene muy bien, pues le quita seriedad y gravedad al conjunto. No son españoles, pues improvisen, dice el subsecretario del Ministerio del Tiempo (un todavía en forma Jaime Blanch), guiños al padre de Rodolfo (Sancho Gracia), ¿Como se llama?, le preguntan en el capítulo del Empecinado a Julián: Curro Jimenez, contesta, referencias a otras series: esa cara me suena, dice Rodolfo-Julian de Michelle Jener (que hace de Isabel en el capítulo del rabino, como hacía de Isabel en Isabel, junto a Rodolfo) y así sucesivamente. Al margen del caso de la semana, resulta especialmente destacable ver como crecen y se desarrollan las relaciones entre los principales protagonistas, Julian (Rodolfo Sancho), Alonso (Nacho Fresneda) y Amelia (Aura Garrido), el choque cultural de Alonso y Amelia, la irresistible tentación de Julián de intentar reescribir su pasado, los secretos de otros personajes principales.
La serie está muy bien documentada y seguramente ayudará al conocimiento o la difusión de algunos pasajes de nuestra historia, que no está nada mal para los tiempos que corren en este tipo de conocimiento. Bonito guiño, por otra parte, a otro clásico del género "temporal", a la película "Atrapado en el tiempo", en el capítulo del rabino donde nuestros protagonistas caen una y otra vez en el mismo bucle temporal. La serie no está teniendo grandes audiencias, son más bien discretas, el último capítulo apenas 2,5 millones de espectadores, un 11,5 de share, sin embargo esta´teniendo una intensa actividad en las redes sociales donde ya se conoce a los fans de la serie, un reducido pero muy activo grupo de fans, como "ministéricos". Parece que en este país no somos muy dados a producciones de este tipo de género, TVE ha confirmado, sin embargo, esta semana, el encargo de una segunda temporada de la serie con ocho nuevos episodios, noticia de la que me alegro porque nos permitirá seguir disfrutando de las aventuras y desventuras de esta singular "patrulla del tiempo" y seguir jugando con lo que pudo ser y no fue.
La serie está muy bien documentada y seguramente ayudará al conocimiento o la difusión de algunos pasajes de nuestra historia, que no está nada mal para los tiempos que corren en este tipo de conocimiento. Bonito guiño, por otra parte, a otro clásico del género "temporal", a la película "Atrapado en el tiempo", en el capítulo del rabino donde nuestros protagonistas caen una y otra vez en el mismo bucle temporal. La serie no está teniendo grandes audiencias, son más bien discretas, el último capítulo apenas 2,5 millones de espectadores, un 11,5 de share, sin embargo esta´teniendo una intensa actividad en las redes sociales donde ya se conoce a los fans de la serie, un reducido pero muy activo grupo de fans, como "ministéricos". Parece que en este país no somos muy dados a producciones de este tipo de género, TVE ha confirmado, sin embargo, esta semana, el encargo de una segunda temporada de la serie con ocho nuevos episodios, noticia de la que me alegro porque nos permitirá seguir disfrutando de las aventuras y desventuras de esta singular "patrulla del tiempo" y seguir jugando con lo que pudo ser y no fue.
Tristemente esta no es la mejor historia posible de nuestro país, es la que es, pero pudo haber sido mejor y también pudo haber sido mucho peor. Se imaginan ustedes que la Armada Invencible hubiese ganado a Inglaterra, que el absolutismo no hubiese triunfado tras la guerra de la independencia, que la República hubiese ganado la guerra civil, que Franco hubiese entrado en la 2ª guerra mundial, que Carrero no hubiese muerto en el atentado, que el golpe de estado de 1981 hubiese triunfado. Acontecimientos transcendentales que habrían creado mundos o realidades alternativas, paralelas a las nuestras, pero absolutamente diferentes. La serie, si quisieran sus creadores podía dar mucho más de si pero mucho me temo que se va a quedar en su encorsetado esquema argumental de viajar al pasado para evitar cambios en el futuro que es nuestro presente. No obstante y pese a esta pequeña crítica su visionado merece la pena. ¡Disfrutenla!
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