Hacía tiempo que quería escribir la review de la segunda temporada de "Penny Dreaful", uno de los mejores estrenos de la pasada temporada junto a "Outlander". La primera temporada de la serie, fue a pesar de mi buena valoración inicial en el blog, una temporada un tanto irregular y descompensada, pues se nos presentaban muchos personajes sin profundizar demasiado en casi ninguno de ellos y por otro lado a veces la trama se concentraba en exceso en la posesión demoniaca de Vanessa Ives; la primera temporada carecía de la mesura, la adecuada estructuración, el equilibrio, la profundidad y el interés de la segunda. John Logan, su creador, ha mejorado muchísimo la serie en esta segunda temporada, siendo esta claramente superior a la primera. No decae en ningún momento. De hecho parece más un película estructurada en episodios, con un final esperado, que una trama seriada, con capítulos independientes. Me ha absorbido, de principio a fin.
La segunda temporada que ha contado con diez episodios, dos más que la primera, gira en torno, por un lado a la los intentos de la bruja Madame Kali por ofrecer como novia del mismísimo diablo a Vanessa Ives, a la lucha interna de ésta por vencer a su lado oscuro, y por otro lado a la lucha interna de Ethan Chandler por vencer a la monstruosa criatura que lleva dentro: y es que por la noche se convierte en un hombre lobo, ante el cual no hay piedad ni salvación, solo muerte y destrucción. Como en la primera temporada en ocasiones se acudirá al flash back para conocer mejor a los personajes y en este sentido resulta memorable conocer el pasado de Vanessa como aprendiz de bruja. Por otra parte, asistiremos a una tensión sexual casi resuelta pero no consumada entre Vanessa y Ethan, pues como dice Vanessa ellos son peligrosos, los dos llevan una bestia dentro. La intervención de Ethan, como el Sabueso de Dios, será providencial para que triunfen en el último momento las fuerzas del bien. El resto de las tramas son secundarias, aunque no carentes de interés: el amor atormentado y enfermizo de Frankenstein por su criatura, Lily que recupera su alma y su pasado como Brona Croft y restablece su vieja conexión con Dorian Gray, el sufrimiento de la Criatura (John Clare) a manos de los débiles (terrible la imagen y el momento en que una ciega, hija de la familia de feriantes con los que trabaja le encierra en una celda para que se convierta en otra de sus sódidas atracciones).
En el fondo , en la serie late la lucha eterna entre las fuerzas del bien y el mal, la luz y la oscuridad, donde los personajes viven, sufren y se retuercen entre muy diversas y fuertes pulsiones: el sexo, el miedo, la religión, la muerte, que son constantes en la serie... La serie no es una serie blandita, es una serie adulta, cruda, con escenas fuertes, donde se muestran explicitamente actos de violencia, sexo, rituales satánicos, todo ello dentro de un marco absolutamente gótico-romántico que sabe absorber en un crisol perfecto, textos literarios, imagenes, mitos, arquetipos, y mil referencias de esta apasionante etapa artística e histórica de finales del siglo XIX. La serie se mueve a caballo entre el drama romántico y el horror, con unas buenas dosis de suspense y misterio, poniéndonos casi siempre al borde del precipicio, para en el último momento salvarnos de despeñarnos en la oscuridad del infierno. Aunque siempre y para no bajar la guardia, se nos deja con la sensación, con la certeza de que la amenaza sigue ahí, acechando. Y es que la lucha, la guerra entre el bien y el mal, la luz y la oscuridad es eterna y no solo se libra en el exterior, fuera de nosotros, sino sobre todo y fundamentalmente en nuestras almas, en nuestros corazones.
Inconmensurable la actuación de Eva Green como Vanessa Ives que se erige en la verdadera protagonista de la serie, con ese espíritu atormentado por, y nunca mejor dicho, sus demonios interiores e igualmente magnífica la interpretación de Helen McCory como Madame Kali, en ese papel lleno de maldad en estado puro. La serie es, por otra partem rica en diálogos, algo que cada vez vemos con menos frecuencia en las películas y series de televisión, donde todo gira casi en exclusiva alrededor de la pura y simple acción. Correctas las interpretaciones de Malcom (Timothy Dalton), Lily Frankenstein (Billie Piper)que evoluciona desde la inocencia y la candidez a la perversidad y del resto del elenco: Sembene (que muere en esta temporada), la Criatura (John Clare), Ferdinand Lyle, etc. La fotografía de Owen McPolin, Pj Dillon, Nigel Willoughby y John Conroy y la música de Abel Korzeniowsky (inolvidable acompañamiento a la cabecera), el diseño de producción, el de vestuario, todos estos aspectos, ansolutamente cuidados, hacen de la serie un verdadero deleite para los sentidos.
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