Segunda temporada de "The handmaid´s tale"; mucho más oscura y angustiosa que la primera entrega

Ha vuelto "The handmaid´s tale". La primera temporada finalizaba con Offred entrando en una furgón que la llevaba  a un desconocido destino. Su gesto de rebeldía abanderando involuntariamente una resistencia a lapidar a una compañera, la ha conducido a ella y al resto a un angustioso simulacro de ajusticiamiento en la horca en un abandonado estadio de la Super Bowl que a mi me recordó los estadios donde se torturaba y asesinaba a los disidentes en las dictaduras latinoamericanas de los años 70. Offred protagoniza en los primeros episodios una angustiosa huida que desgraciadamente terminará muy mal, con algunos de los que le ayudaron ajusticiados y volviendo a la casa del comandante Waterford y de su dura y odiosa esposa Serena. 

La segunda temporada no se basa en el libro de Margaret Atwood sino que vuela por libre expandiendo las tramas y personajes, aunque la escritora sigue apareciendo como productora ejecutiva y supervisa algunos de los guiones.  En esta segunda temporada veremos, además,  como viven las condenadas que trabajan en las Colonias, muriendo poco a poco entre residuos radioactivos, como la profesora lesbiana, Emily, que conocimos en la primera temporada o la madre de Offred a la que conoceremos en esta temporada. Esta segunda entrega está resultando, si cabe, mucho más dura y dramática que la anterior, manteniéndonos en una permanente tensión emocional, acompañando a nuestra Offred (June) en su valiente resistencia pasiva, esclavizada pero rebosante de dignidad. Elizabeth Moss  interpreta a la perfección su personaje, es la reina de los primeros planos, haciendo que sintamos en todo momento lo que siente ella.

La serie sigue alternando imagenes del presente y del pasado que nos ayuda a conocer mejor a los personajes, a ver el contraste entre el presente totalitario de la república de Gilead y la libertad perdida, a reconocer que la involución no fue cosa de un día y que tal vez los ciudadanos no estuvieron lo suficientemente preparados y vigilantes en la defensa de su derechos. Magníficas interpretaciones, como en la primera temporada, del resto del elenco y especialmente de la odiosa tía Lydia interpretada por Ann Dowd.