domingo, 3 de septiembre de 2017

"The mist", los verdaderos monstruos somos nosotros mismos


Acaba de finalizar esta miniserie de 10 capítulos basada, más o menos libremente, en la obra homónima de Stephen King.  La serie me ha dejado sentimientos contradictorios. Vamos, no es mala, pues he conseguido verla hasta el último capítulo y  tiene algunos aciertos parciales,  pero desaprovecha, parte del material de partida y que ya fue llevado a la gran pantalla hace 10 años, con mayor suerte y oficio. El argumento es suficientemente conocido: una densa y misteriosa   niebla se extiende por la ciudad de Bridgton (Maine). Pronto sus habitantes se darán cuenta de que dentro de la niebla hay monstruos de todo tipo que atacan y matan a todo lo que se mueve. Un grupo de ciudadanos se refugia en un centro comercial. Quien haya leído la novela, visto la película y visionado la serie verá algunas diferencias entre ellas, fundamentalmente entre la serie y el resto. El esquema central se mantiene, pero la serie incorpora  nuevos personajes o transforma y cambia el nombre de los principales, añadiendo nuevas ubicaciones así como  elementos argumentales que no estaban ni en la novela,  ni en la película,  (bastante fiel, por cierto,  al texto literario), pues de lo contrario no habría sido posible realizar la serie. El material original no daba para más y hubiera sido imposible vertebrar toda una serie sobre los hechos que sucedían en el centro comercial.


Entre los elementos comunes está la existencia de un proyecto militar detrás, del que se dice muy poco en la serie, apenas conocemos su nombre "Proyecto Punta de Flecha", posible responsable de la niebla, (una posible apertura a otra dimensión o universo se señalaba en la película de Frank Darabont), si bien en la serie el proyecto como tal apenas se menciona. La coincidencia fundamental de la serie con el libro y la cinta estriba, sobre todo, en ese grupo de ciudadanos encerrados en el centro comercial, enfrentados a sus propios miedos. También se mantiene la importancia de la mujer fanática que aprovechándose del miedo pretende convencer a la gente de que estos acontecimientos, -en la serie lo llama la Primavera Negra-, son un castigo divino y que es necesario sacrificar a personas para purgar el mal y salvar a los elegidos. En la película el destinatario de su mensajes apocalípticos de esta fanática era la gente encerrada en el supermercado, en la serie, sera, fundamentalmente, el jefe de policía el que acompañará a la fanática durante la mayor parte del tiempo, sobre todo en la iglesia local.







Como ya he dicho la serie parte de una nueva trama e incorpora o transforma los protagonistas de la novela y película en unos nuevos personajes (atención, spoilers): Así, donde en la novela y película  estaban los Drayton, en la serie tenemos un matrimonio formado por Kevin y Eve Copeland (interpretados por Morgan Spector e Alyssa Sutherland) que tiene una hija adolescente, Alex (Gus Birney), cuyo mejor amigo es un joven homosexual que responde al nombre de Adrian (Russell Posner). En una fiesta juvenil Alex pierde el sentido y al día siguiente descubre que ha sido violada, aparentemente por el joven Jay Heisel (Luke Cosgrove), hijo del Sheriff de la localidad, Connor (Darren Petie), si bien al final se descubrirá que no ha sido Jay sino su mejor amigo, Adrian. La llegada de la niebla sacará a flote lo mejor y lo peor de cada personaje, descubriendo su verdadera naturaleza. La serie utiliza algunos flashbacks para completar mejor ese dibujo de los personajes: así conoceremos la vida un tanto disipada de Eve, antes de casarse con Kevin, o el carácter del hermano de Kevin con el que éste mantiene una fría relación. 

La serie se moverá, básicamente, a caballo entre dos escenarios: el supermercado y la iglesia del pueblo. En el primer escenario, en el supermercado, y a semejanza del libro y la película las relaciones entre los supervivientes se van descomponiendo a medida que pasa el tiempo y se va extendiendo el miedo, el nerviosismo. La frialdad con la que actúa la masa asustada, dirigida por lideres malintencionados, nos provoca más miedo que los escasísimos monstruos que apenas se atisban a lo largo de los episodios. 

No existe mayor terror que el de la masa enfurecida y sin control que condena a muerte a la gente por el motivo que sea, a veces tan solo por ser o comportarse diferente o de manera autónoma. Y paradójicamente algunos ciudadanos como Gus Bradley (Isiah Whitlock Jr.), el director del centro comercial mantienen dos caras, una honorable, de cara al exterior, y otra más oscura, que le impulsa incluso a matar con el fin de preservar su impoluta imagen. Todo el mundo tiene su lado oscuro, todos esconden "esqueletos en el armario".



En el segundo escenario, en la iglesia, juega un papel fundamental la anciana fanática Nathalie Raven (en la novela y película podría recordarnos a la Sra. Carmody), interpretada por la actriz Frances Conroy que a pesar de su frágil apariencia resulta una influencia letal para quienes le rodean. Resulta destacable también, en este escenario, el papel del padre Romanov (Dan Butler). Otros personajes dignos de mención son el de Mia Lambert (Danica Curcic), una joven drogadicta o el del soldado Bryan Hunt (Okezie Morro). Salvo Eve y Alex Copeland que se mantienen desde el primer momento en el centro comercial, el resto de personajes principales se mueven entre la niebla, o bajo las alcantarillas, sorteando a los monstruos, para finalmente converger todos en ese mismo escenario del centro comercial, del cual algunos (la familia Copeland, Mia, Connor y alguno más) huirán, en un final abierto y apoteósico, a no se sabe donde, no sin antes realizar una plausible acción de "justicia poética" contra los que les expulsaron a las tinieblas, la gente que se quedó en el supermercado, al irrumpir con el vehículo en el centro y permitir que la niebla se apodere de dicho espacio. La escena final resulta todavía más inquietante: un tren se detiene en la estación del pueblo y arroja a la niebla a decenas de presidiarios, como dice Kevin, la están alimentando.



En la serie tienen más peso los factores psicológicos que los horrores de pesadilla que acechan entre la niebla. Incluso estos aparecen vinculados a la evolución psicológica de los personajes.  La serie tiene, como he dicho al principio,  aciertos parciales, como ese recorrido por las profundidades del alma humana, por sus rincones más oscuros,  y es que los mayores monstruos no son los que acechan en la niebla sino que somos nosotros mismos,  pero carece de la fuerza y el vigor narrativo como para generar un producto solido que permanezca en el tiempo. Ignoramos si a pesar de su final abierto, va a tener una segunda temporada, pero tal vez merezca, si consiguen, pulir ciertos aspectos que aquí han fallado, una segunda oportunidad. Act. 8-10-17: No habrá segunda oportunidad pues la cadena SpikeTV ha cancelado la serie.

No hay comentarios:

Publicar un comentario