jueves, 23 de julio de 2015

"Spring": el objeto de tu amor esconde un monstruo de dimensiones míticas

Año: 2014. País: Estados Unidos. Directores: Justin Benson, Aaron Moorhead. Guión: Justin Benson. Interpretes: Lou Taylor Pucci, Nadia Hilker, Francesco Carnelutti, Shane Brady, Kenzo Lee, Vanessa Bednar. Género: Fantástico. Romance 

Hace unos días ví esta película romántico-fantástica de la que no tenía apenas información y que me ha sorprendido de forma muy agradable. Evan, es un joven americano que se queda solo en el mundo al fallecer su madre, aquejada de un cáncer terminal y que intenta buscar su sitio en la vida. Tremenda la imagen de la madre, en su lecho de muerte, que trajo a mi cabeza algunos cercanos recuerdos personales. Un pequeño incidente le empujará a desaparecer de su barrio, de su ciudad, al menos temporalmente. Coge un vuelo a Italia donde coincidirá, como un visitante más, con otros turistas anglosajones. Veremos la tópica y típica imagen de este tipo de turistas, atiborrándose de cervezas. Evan conoce a una misteriosa joven italiana, Louise, de la que se enamora perdidamente. Pronto descubrirá que la joven oculta un terrible secreto: es una entidad mítico-sobrenatural, -aunque hay una explicación científica para su existencia-, una entidad de más de 2.000 años de antigüedad que se reproduce a si misma como la crisálida de una mariposa: una anomalía genética que por momentos puede ser un vampiro, un licántropo, o una especie de gorgona con tentáculos o cualquier otro ser mitológico y cuya transformación logra detener,  en su vida diaria, a duras penas, inyectándose un extraño suero en el cuerpo. 

La película no es perfecta, ni muchísimo menos, pero si se ve con un mínimo de sensibilidad, si  se tiene un alma un tanto romántica, (cualidad no muy extendida en estos tiempos), conectarás con esta inolvidable historia de amor, que posee un innegable sentido y significado mágico, mítico y simbólico. Ella es esa deidad mitológica, que aparece en los libros de arte de la época romana, que ojea nuestro joven Evan en los museos de esa ciudad italiana, ella es el crisol de los oscuros mitos de la humanidad que  nos han aterrorizado desde el amanecer de los tiempos. La cinta narra, además, el amor de dos jóvenes solitarios: Evan es un joven americano que no tiene a nadie en este mundo, ningún familiar cercano, Louise es la única de su especie, condenada a vagar durante siglos  en la más absoluta y eterna soledad. Este es un amor que linda, a cada momento, con la muerte, un amor sometido a un difícil dilema: Evan puede huir del monstruo y sobrevivir o quedarse, por ese amor más allá de toda lógica  y correr el riesgo de perder la vida. En esta película podemos llegar a entender, incluso, el amor como renuncia: Louise no quiere hacer daño a su amado Evan y por eso huye, le abandona, pero  también podemos entender el amor como sacrificio, un amor llevado por Evan hasta sus últimas consecuencias: la autodestrucción. Matar no es para Louise, el producto de una maldad intrínseca, sino la condición de ese monstruo que lleva dentro, como la condición natural del escorpión es la de picar, con su venenoso aguijón, a su presa. No es maldad, está en su condición. Las flores se abren en la primavera, tras el frío invierno de la soledad y de la muerte (esa soledad existencial de Evan unida a la dolorosa, agónica muerte de su madre),  aunque vuelvan a marchitarse, como la piel, la muda de la crisálida del monstruo de la que se desprende y que renace, una y otra vez, en el cuerpo de una joven atractiva.

Película con escasa acción y poco terror, llena de diálogos inteligentes entre los dos actores principales que nunca caen en lo cursi o en lo ñoño, que se desarrolla, y valga el tópico, en un marco incomparable, la zona de Napoles y Pompeya, el Vesuvio, al fondo, lo que realza más aún el carácter mitológico de la historia. Buenas interpretaciones y química entre los dos actores principales: Lou Taylor Pucci y la alemana Nadia Killer que seduce a la cámara, desde su sensual y fulgurante aparición, sentada en la plaza del pueblo, comiéndose un helado. Una aparición que, la verdad, es extraña, se nos antoja como la de una chica especial, con un enorme magnetismo, que no acaba de encajar allí, en aquel tiempo y en aquel espacio. La cinta tiene influencias de otras películas y de diverso material literario, pero lo hace con cierta originalidad y un planteamiento narrativo y estético diferente. Una película con final feliz que es  capaz de transmitirnos muchas sensaciones y emociones.

2 comentarios:

  1. No me quedo muy claro el final
    Conecte demasiado con la película
    Se transforma o no al final

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