martes, 4 de agosto de 2015

"Winter´s tale", un bonito cuento fantástico para románticos impenitentes

Título: Cuento de invierno. Título original: Winter’s tale. Dirección: Akiva Goldsman. País: USA. Año: 2014. Género: Fantástico,romance. Interpretes: Colin Farrell (Peter Lake),Jessica Brown Findlay (Beverly Penn), Russell Crowe (Pearly Soames), Jennifer Connelly (Virginia), William Hurt (Isaac), Matt Bomer (hombre joven), Eva Marie Saint (Willa), Will Smith (Lucifer). Guion: Akiva Goldsman; basado en la novela de Mark Helprin. Producción: Akiva Goldsman, Marc Platt, Michael Tadross y Tony Allard. Música: Hans Zimmer y Rupert Gregson-Williams. Fotografía: Caleb Deschanel. Montaje: Wayne Wahrman y Tim Squyres. Diseño de producción: Naomi Shohan. Vestuario: Michael Kaplan. Distribuidora: Warner Bros. Pictures International España. Estreno en España: 14 Febrero 2014.


Pocas veces he leído tantas criticas unánimes demoledoras sobre una película y más concretamente sobre ésta, estrenada a principio del pasado año. Por otro lado, la cinta tampoco tuvo demasiado éxito de público. Por eso sorprenderá, a buen seguro, mi opinión un tanto contracorriente sobre esta película. Tanta gente no puede estar equivocada, ¿verdad?. He de reconocer que vi esta película sin saber nada previamente de ella, sin haber leido ni una sola crítica y la verdad, no voy a ocultarlo, me gustó. Vale, seguramente no sea una película memorable ni una obra maestra. Es tan solo un bonito cuento, seguramente plagado de lugares comunes pero lleno de hermosas imagenes, algunas buenas ideas y una buena dosis de romanticismo. 

La película cuenta la historia de un huérfano que responde al nombre de Peter Lake (Colin Farrell), un huérfano abandonado por sus padres en un barquito de miniatura, de esos que hacen a escala algunas personas, un barquito que dejan a la entrada del puerto de Nueva York pues  prohiben la entrada a sus progenitores por la enfermedad infecciosa de su padre. El niño será  criado, en las malas artes de la delincuencia, por el jefe de un grupo mafioso de Nueva York, llamado Pearly Soames (un excesivo y desdibujado Russell Crowe). Un buen día, Peter entra en una mansión a robar, creyéndola vacía y conoce a una hermosa y delicada joven, Beverly Penn (bellísima Jessica Brown Findlay), hija de un multimillonario (interpretado por un envejecido William Hurt) que está enferma de tuberculosis, de la que cae perdidamente enamorado y por la que abandonará su torcida trayectoria. 

El villano Pearly Soames hará todo lo posible por vengarse de Peter y su abandono asi como por malograr esa relación, intentando acabar con la vida de la muchacha en más de una ocasión, propósito que finalmente conseguirá aunque todos esperábamos que su muerte no fuese el final... y en cierto sentido así es. Tras la muerte de Beverly, el joven Peter es apaleado por Pearly y cae, aparentemente muerto, al río. Posteriormente asistimos a un salto temporal de más de un siglo; pasamos de 1915 a 2014,  momento en el que continua el relato. Entonces descubrimos que Beverly no fue "el milagro" de Peter, el milagro por el cual dejó ese mundo de ladrones y asesinos sino que Peter fue el milagro de Beverly. Y es que fue el amor de Beverly el que le hizo vivir durante más de 100 años, (¿fue una burbuja o un salto temporal?), 100 años aunque fuesen sin recuerdos y con la misma apariencia física que un siglo atrás. 


En el año 2014, Peter intenta recuperar sus recuerdos, recomponer el rompecabezas de su pasado, y  dibuja de forma obsesiva en el suelo de las calles y los parques, con tiza, la silueta de una chica con pelo rojo, sin saber que está dibujando a su amada Beverly. Un buen día se encontrará con una niña, que le recordará, por algunas frases que le dice en un parque, a su amada, y que igualmente se encuentra gravemente enferma, aunque de cáncer, pero esta vez logra salvar a la niña y acabar con el malvado Pearly, que trabaja para Lucifer (interpretado por Will Smith). Me acordé al ver esta parte  de otra película, "Orígenes", pues aparece, una vez más,  la idea de la reencarnación, incluso me acordé también de mi adorada "Jennie" (el protagonismo del Central Park, el carácter de drama romántico sobrenatural, un amor inmortal más allá del tiempo y del espacio). La madre de la niña (Jennifer Connelly) trabaja en una publicación cuya jefa de redacción es la hermana pequeña de su amada Beverly, Willa (interpretada por Eve Marie Saint), una anciana en ese momento de noventa y pico años. Cual será la cara de sorpresa y desconcierto tanto de la madre de la niña, cuando ayudando a este Peter amnésico, descubrirán ambos dos, en un viejo periódico microfilmado una foto  de Peter y Beverly 100 años atrás, y Peter con la misma edad que tiene en ese momento, como de la anciana Willaal reencontrarse con el amor de juventud de su hermana. 



No se puede ver esta película con un criterio racional. Hay que verla sin prejuicios y aceptando  ese juego tal vez  excesivamente maniqueo, como buen cuento que es, de buenos, muy buenos y de malos, muy malos, la eterna lucha entre el bien y el mal, la luz y la oscuridad, la vida y la muerte, la memoria y el olvido. Los buenos (Beverly, el caballo) visten de blanco, los malos (Lucifer, Pearly) de negro. Solo viéndola bajo esa perspectiva  de cuento, quizás un poco simplista, se puede ser benevolente con la película y hasta disfrutar gratamente de ella. Es por ello que considero totalmente injustas la mayoría de las críticas que he leído sobre  esta cinta. A veces me da la sensación de que hay muchos críticos que despotrican sin piedad contra algunas películas, y las califican de disparatadas, incoherentes, ridículas, empalagosas, cursis, (lo romántico y/o sentimental  tiene muy mala prensa hoy en día), y se regodean con su ampuloso y rebuscado lenguaje, alardeando de sus profundos conocimientos sobre el séptimo arte,  entronizando o condenando a ésta o aquella cinta según su muy particular opinión, como si el resto fuésemos idiotas. Creo que nadie está en posesión de  la verdad absoluta. El cine además de un arte es un divertimento y como tal esta sometido a los diversos gustos y necesidades de un público heterogeneo, que puede buscar en un momento u otro de su vida, cosas tan diferentes y tan respetables como la evasión, la reflexión o la emoción, por muy primaria y sentimentaloide que parezca.

La película juega con algunos flasback temporales, aunque la narración es bastante clara y los flashbacks son muy faciles de seguir. La acción empieza en 2014, con un Peter amnésico, en el sobretecho de una estación, rebuscando en una vieja caja, unos objetos que en ese momento no le dicen gran cosa (hay una placa que dice "City of Justice"). Luego sabremos que ese era el nombre del barquito, casi de juguete, en el que le depositaron sus padres para entrar en los Estados Unidos. Luego nos trasladamos a 1895 y vivimos la frustrada entrada de sus padres en el país y su llegada a éste. En 1915 conoce a Beverly que al poco muere y de ahi nos trasladamos al 2014.


Con una excelente puesta en escena, la película trata  de los milagros, de la fuerza del destino, de los destinos cruzados, de que todos estamos conectados, repito, de la lucha entre el bien y el mal y del triunfo del amor por encima de todas las cosas. Asistimos entre incrédulos y sorprendidos a una historia de amor fantástica con tintes mágicos, donde existen caballos blancos que vuelan, que se erigen en verdaderos ángeles de la guardia (en más de una ocasión salvarán la vida a nuestro Peter, incluso a Beverly) y de oscuros demonios, empeñados en arrastrar las almas débiles al lado oscuro. Veremos estrellas brillar en el cielo, somos polvo de estrellas, veremos luces y destellos a lo largo de la película (al estilo de "Fringe", con el que el director de esta película  tuvo mucho que ver, no en vano fue coguionista de una veintena de episodios), que anticipan milagros y extrañas conexiones. Plagada de símbolos y metáforas, la película no puede ocultar su origen literario. 

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