sábado, 7 de noviembre de 2015

"La cumbre escarlata", un cuento gótico-romántico, con un extraordinario despliegue visual pero tal vez demasiadas y reconocibles influencias

Título: La Cumbre Escarlata. Título original: Crimson Peak. Director:Guillermo del Toro. País: USA. Año: 2015. Duración: 119 min. Género: Thriller sobrenatural, terror, romance. Interpretes: Mia Wasikowska, Jessica Chastain, Tom Hiddleston, Charlie Hunnam, Jim Beaver. Guion: Guillermo del Toro y Matthew Robbins. Estreno en España: 16 Octubre 2015. 

Acabo de ver esta película que me ha dejado una sensación algo contradictoria. Todo en esta película parece demasiado excesivo y previsible pero al mismo tiempo la factura visual y el estilo de Guillermo del Toro hacen que la cinta se vea con cierto agrado y benevolencia.  Se pone de manifiesto que este orondo y, para mi, magnifico realizador es además de un hábil creador de atmósferas, un enamorado del séptimo arte, en toda su extensión del término, cosa bastante de agradecer en los tiempos que corren, pues consigue combinar y fundir en una sola película, como ésta, influencias tan dispares y heterogéneas como el Hitchcook de "Encadenados" o "Rebeca", el Scorsesse de "La Edad de la Inocencia" amen de todo tipo de películas sobre casas encantadas, caserones góticos o parejas de hermanos cargados de secretos (me acuerdo de la adaptación de "Otra vuelta de Tuerca" por Jack Clayton), además de autoinfluencias como la de "El Espinazo del Diablo" y otras películas suyas en las que  creo recordar que repite algunos elementos  escenográficos como  las mariposas negras o los fantasmas ectoplásmicos que, de vez en cuando atormentan a nuestra protagonista. 

La película puede parecer, a primera vista, un cuento de fantasmas pero no lo es tal o, si lo es, lo es muy tangencialmente. No tiene que ver para nada con "La Mujer de Negro", una magnífica y terrorífica cinta de fantasmas de hace unos pocos años. "La cumbre escarlata" tiene fantasmas, desde el minuto uno hasta el final pero estos no son el fin de la película sino más bien parte del elenco. La película no aterroriza. Del Toro no nos somete a esa tensión típica "del tren de la bruja" con un susto repentino que nos hace levantarnos del sillón. Más bien nos sumerge plácidamente en una atmósfera opresiva y enfermizamente gótico-romántica en la que lo menos importante es lo que va  a suceder, pues lo intuimos o esperamos sino como nos lo cuentan. Y en este aspecto me voy  a detener.


La cinta comienza con unas imagenes que solo al  final reconocemos como parte de la conclusión y se nos introduce rápidamente en el meollo: nuestra protagonista, Edith Cushing (Mia Wasikowska), parece que esta familiarizada, desde niña, con los fantasmas. Ya, a los diez años, fue acosada por el fantasma de su madre que acababa de morir de cólera y  que le alertaba sobre un futuro y trágico episodio de su vida. Edith es además de hija de un rico industrial norteamericano, una escritora en ciernes que escribe cuentos de fantasmas. Edith se enamora de un apuesto aristócrata inglés, Tomas Sharp (Tom Hiddleston), quien ha llegado a Estados Unidos buscando financiación para sus negocios. El padre de Edith no se acaba de fiar de él y contrata un detective, que descubre la sórdida historia que se oculta tras la vida de Thomas y su hermana. Su padre intentará alejar al inglés de su hija, pero es brutalmente asesinado, aunque su muerte aparente ser un desgraciado accidente. Thomas convence a su ya esposa a que le acompañe  a su mansión familiar, Allerdale Hall, en Inglaterra, una enorme propiedad de estilo gótico, aislada del mundo, que oculta  misterios y peligros y que parece atravesar un proceso de degradación física como lo atraviesan sus habitantes, que ocultan un oscuro pasado. Pronto se revelarán los secretos celosamente guardados y se desencadenará inevitablemente la tragedia.

La película cuenta con tres partes bien diferenciadas, una primera, introductoria, en la que observamos la sociedad americana de la época, los usos y costumbres (como se hacían los negocios en aquel entonces, las fiestas de sociedad, etc.). Insisto esta parte me recordó, en ciertos momentos,  a "La Edad de la Inocencia", recuerdo acrecentado más si cabe por la magnífica banda sonora, uno de los aspectos más destacables del filme. Hay un predominio de los tonos amarillos y anaranjados en esta primera parte del filme. La parte central de la película se desarrolla en la mansión gótica y es el color escarlata de la sangre y la arcilla roja sobre la nieve blanca uno de los elementos cromáticos más destacables. En la tercera parte, en la resolución final domina sobre todo el color de la sangre, degenerando, en algún momento, en alguna escena cuasi gore.

La película no es perfecta ni muchísimo menos. Es extraordinaria en su diseño de producción y ambientación, magnífica en el acompañamiento sonoro, notable en algunas interpretaciones de los actores, especialmente la de Jessica Chastain, como hermana de Thomas, pero flojea sobre todo y esto hay que decirlo, en el guión, absolutamente previsible y por lo tanto carente de la más mínima emoción. Desde el minuto uno sospechamos de la pareja de hermanos, ya desde  el minuto dos intuimos su incestuosa relación y a medida que avanza la cinta estamos casi seguros de lo que sucedió, el parricidio cometido por los niños, los sucesivos engaños a mujeres con fortuna con el fin de financiar la enorme retroexcavadora de Thomas, la muerte de la anterior esposa de Thomas, etc. Aun, a pesar de todo, merece la pena verla.

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