sábado, 11 de noviembre de 2017

Regresa "Van Helsing" más oscura y gore que nunca


Hace seis semanas que se estrenó la segunda temporada de "Van Helsing". La primera temporada fue bastante mediocre, remontando algo el vuelo al final, con más tramas rodadas en exteriores y un acelerón en el hilo argumental que me hizo mantener el interés. Y es que desde que abandonaron las instalaciones militares la serie empezó a ser otra, nada del otro mundo, pero desde luego mucho más amena o entretenida. Tuvimos la ocasión de descubrir la cobardía de la médica de color, al abandonar, a su suerte, al marine que acaba convirtiéndose en un zombie vampírico, descubriremos al psicópata que se escondía en el grupo y los comportamientos de otros personajes que deberán enfrentarse a enormes  peligros. Y en el otro lado, en el de los vampiros, destacarán los personajes de Dimitri y su hermana Antanasia así como el de Julius.

En esta temporada tras el asalto a la Ciudadela de los vampiros, donde retienen a un gran número de humanos y realizan macabros experimentos, Vanessa rescatará a su hija Dylan a la que convertirá en humana nuevamente al igual que a Julius. No obstante, su conversión no tendrá éxito ya que su hija se volatilizará un día al salir el sol. Por otra parte el psicópata Sam que pertenecía al grupo inicial de la primera temporada sigue haciendo de las suyas, matar, por el placer de hacerlo. La doctora de color intentará redimirse ayudando al marine infectado. Vanessa experimenta unos extraños sueños en torno  a una puerta roja, tras de la cual encuentra el origen de su pasado y se encuentra con su hermana de sangre Scarlett Harker (otro homenaje a la novela de Bram Stocker) aunque su primer encuentro con ella no será nada amistoso. Vanessa se interna en las instalaciones experimentales conocidas como La Granja para conocer el secreto que se esconde  detrás de sus paredes y lo hará junto a su recién descubierte hermana Scarlett. Mientras tanto Dimitri planea su venganza.

Esta segunda temporada está resultando mucho más oscura en casi todo que la anterior: el color de  la fotografía, de un amarillo mortecino  que me recuerda bastante al de "The Strain", el tono de las tramas así como las relaciones entre los personajes, bastante imprevisibles, por cierto. Los paisajes son inhóspitos y los episodios contienen mucha más violencia que la anterior, encontrándonos con escenas bastante gores que prefiero no recordar. Veremos que trayectoria sigue la serie, de momento ha ido de menos a más.

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