sábado, 26 de agosto de 2017

"La llegada" o como el lenguaje nos puede permitir cambiar nuestra concepción lineal del tiempo

Director: Denis Villeneuve. País: USA. Año: 2016. Duración: 116 min. Género: Ciencia-ficción, drama. Reparto: Amy Adams, Jeremy Renner, Forest Whitaker. Estreno en España: 18 Noviembre 2016. 

Después de casi un año sin hacer críticas de películas en el blog me dispongo a ir comentando el medio centenar de cintas que he visto en este período y comienzo con una película de ciencia ficción, estrenada a finales del pasado año, que  recibió una gran acogida por parte de la crítica especializada. En la película se cuenta como, de repente, doce naves alienigenas, de más de 450 metros de altura, llegan a la Tierra y se sitúan en diversos puntos del globo, sin un propósito aparente.   La reputada lingüista Louise Banks es requerida por el gobierno americano para intentar comunicarse con los extraterrestres, una especie de series "pulpoides" que en la pelí llaman "heptapodos". Las dos preguntas que se hacen los gobiernos de la Tierra son: ¿De donde vienen estos seres? y si sus intenciones son hostiles o no. Louise,  junto al físico Ian Donnelly,  intentarán comunicarse con los visitantes, descifrando su lenguaje, todo ello bajo la persistente presión y  amenaza de un posible ataque terrícola contra las naves alienigenas y es que el miedo a lo desconocido nos empuja a los humanos a ver enemigos donde tal vez no los haya, pero esa es otra cuestión.


En efecto, la película se aleja del maniqueísta planteamiento de buenos terricolas contra malvados alienigenas de películas como "Independence Day", algo demasiado visto últimamente en las salas de cine, (aunque como dice Hawkings no caigamos en la ingenuidad o el buenismo de creer que una inteligencia alienigena tiene que ser bondadosa por naturaleza), para acercarse a presentaciones más cercanas a  "Encuentros en la Tercera Fase" si bien con un toque más realista y menos edulcorado que aquella, dibujándonos unos seres absolutamente diferentes a nosotros, nada antropomórficos, que se alejan por completo del típico alien de extremidades alargadas, gran cabeza, ojos oscuros y saltones que vemos en cantidad películas del género,  y se parecen  más a un enorme  pulpo o calamar. Por cierto, su ominosa aparición me recordó un tanto a  la de los aliens de "Torchwood: los hijos de la tierra", que aparecían tras de un gran cristal,  medio difuminados o semiocultos envueltos en  una especie de gas o neblina. En otros aspectos, como  el tratamiento del tiempo la película me trajo a la mente, sin embargo, salvando las diferencias, otra gran cinta:  "Interstelar" de Christopher Nolan. 

La película me pareció bastante más interesante  por los conceptos y la temática que nos propone  que por su desarrollo, que no es todo lo redondo que a mi me gustaría. El relato fílmico está un poco descompensado, pues  el desenlace se produce de manera muy apresurada y poco creíble, sin que haya una preparación previa en el espectador para lo que viene después, una revelación que probablemente sea la idea más interesante del film: los alienigenas no conciben el tiempo como nosotros, de una manera lineal,  sino de una manera global,  como una dimensión más, lo que les permite conocer al mismo tiempo, el pasado, el presente y el futuro. Y han venido a la Tierra a enseñarnos su lenguaje, el heptápodo, que nos permitirá olvidarnos de nuestra percepción lineal del tiempo y nos permitirá recordar hechos de nuestro futuro que aun no han sucedido. 

La razón por la que de manera tan generosa nos ofrecen este maravilloso regalo, cuestión que no queda suficientemente dilucidada en la película, es porque 3.000 años en el futuro deberemos ayudarles en un problema que nunca acabaremos de descubrir en la película. Gracias al heptápodo, la protagonista, Louise,  visualizará su línea temporal completa, incluso hechos que aun no le han sucedido. Recordará cosas de su futuro que desconocía porque no las había vivido todavía. 

En la película hay muchas referencias que nos remiten  a una idea circular del tiempo y del espacio: el lenguaje de los heptápodos se basa en círculos, lanzados por estos seres como si fuese tinta de calamar, el círculo es la mejor expresión gráfica para una concepción del tiempo diferente a la lineal, el palíndromo al que hace referencia hablando del nombre de su hija Hannah, que se lee igual de izquierda a derecha que de derecha a izquierda nos remite a la misma idea circular de la serpiente Ouroburos de que el fin es el principio y el principio es el fin. La película parece jugar igualmente con ese tiempo circular en su concepción y estructura, aunque es un juego un tanto tramposo, porque inicialmente las imagenes de Hannah nos pueden hacer  creer que se trata de flashbacks, cuando en realidad se trata de flashforwards, proyecciones o recuerdos de un futuro todavía no vivido. El descubrimiento y dominio del lenguaje como llave temporal le permitirá a Louise evitar una confrontación bélica planetaria, cuando el general chino Chang le revele una información clave de su vida personal en el futuro que podrá utilizar para salvar el presente y evitar la confrontación con los alienigenas. 

Hay cuestiones filosóficas que la película plantea igualmente. Si estamos en condiciones de conocer nuestro futuro, ¿podemos cambiarlo?, ¿tenemos libre albedrío?. Louise elige volver a pasar por todo, incluida la muerte de su hija, con el fin de tener esa vivencia y/o experiencia del amor y  la maternidad. ¿Cambiaríamos nuestro futuro, tomaríamos las mismas decisiones en nuestras vidas si supiéramos que ese futuro nos va a deparar grandes dosis de dolor y sufrimiento?. ¿El futuro, nuestro futuro, nuestro destino es inmutable?. Parece que el lenguaje heptápodo solo nos ofrece la visión temporal de una de las múltiples versiones de nuestra realidad existencial y todo lo que vamos a vivir está predestinado de antemano, aquí no caben, pues,  mundos alternativos, cuestiones todas ellas apasionantes pero que en la película están tratadas con cierta frialdad. La cinta no transmite, no emociona, se queda en una elucubración teórica fascinante, pero para ello, para llegar a nuestra cabeza y nuestro corazón  debiera haberse contado la historia de otro modo, mejor desarrollada, con sus climax y anticlimax, y debiera haberse contado  con otros personajes o personajes mejor dibujados, con los que poder empatizar, cosa que aquí no ocurre. De todos modos, como ejercicio intelectual no está mal, dada la originalidad del argumento, aunque esta es una película que seguramente gustará a algunos y decepcionará a otros tantos.

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