Título: La serie Divergente: Leal. Título original: The Divergent series: Allegiant. Director: Robert Schwentke. País: USA. Año: 2016. Duración: 121 min. Género: Acción, ciencia-ficción. Reparto: Shailene Woodley (Tris), Miles Teller (Peter), Theo James (Cuatro), Ansel Elgort (Caleb), Naomi Watts (Evelyn), Jeff Daniels (David). Guion: Noah Oppenheim, Bill Collage y Adam Cooper; basado en la novela de Veronica Roth. Música: Joseph Trapanese. Estreno en España: 11 Marzo 2016.
Tercera parte de la serie Divergente. El tercer libro de la serie se ha dividido, al parecer, en dos películas de las cuales está es la primera. Argumentalmente empezamos la película donde terminó la anterior, con la madre de Cuatro, líder de los abandonados, encabezando las purgas sobre el antiguo régimen de las facciones, -derrocada la última dirigente Janine-. Tras las revelaciones que conocimos en Insurgente, Tris decide escapar con Cuatro y el resto del grupo y descubrir que hay al otro lado de la Muralla. Lo que encuentran es mucho más impactante de lo que esperaban: una tierra yerma, contaminada, y más allá unas modernas instalaciones en las que se ubica la Agencia u Oficina del Bienestar Genético, con una tecnología altamente sofisticada que parece que ha estado observando lo que sucedía en Chicago, como si de un experimento se tratase. Al cargo de esta oficina está David (Jeff Daniels).
Así descubrimos el origen de la guerra y las facciones. Gracias a la ingeniería genética la humanidad había descubierto que se podían quitar o añadir cualidades a las personas. Se produjo una guerra civil donde el país quedó devastado. Ese fue el origen de las facciones. Al acabar la guerra se intentó buscar una solución al problema y para ello desde la Oficina del Bienestar Genético diseñaron un experimento para restaurar la humanidad a su estado genético puro inicial. Los llamados divergentes eran las personas genéticamente sanas, los demás están genéticamente dañados. Chicago fue un experimento y la lucha de las facciones también fue un experimento para observar sus movimientos. Tris es una divergente y por lo tanto genéticamente sana, es pura; Cuatro no lo es, está genéticamente dañado, pero aparenta ser un divergente. Tris descubrirá los manejos de la Oficina y de su responsable, David, evitando, además el borrado de la memoria de los habitantes de Chicago, borrado que iba a ser utilizado en la guerra entre los abandonados y una de las facciones existentes.
Como en las películas anteriores, la historia se reduce a la mínima expresión. En esta nueva entrega podemos ahondar en el origen de la historia de las facciones y disfrutar de nuevos escenarios en un intento de renovar técnicamente la serie (aceptable recreación de las ciudades futuristas y de su ultramoderna tecnología). Resulta menos aburrida o monótona que la segunda entrega, consigue entretener algo, pero se olvida rápidamente y esto es algo imperdonable para cualquier película que se precie. Shailene Woodley continua tan poco acertada en su interpretación, en esta entrega como ya lo estuviese en las dos anteriores. Y es una pena porque yo le he visto a esta joven en dos películas: "Bajo la misma estrella" y "Pájaro blanco de la tormenta de nieve" el pasado año, donde demostraba, con sus estimables interpretaciones que puede ser algo más que un inexpresivo icono juvenil.
Así descubrimos el origen de la guerra y las facciones. Gracias a la ingeniería genética la humanidad había descubierto que se podían quitar o añadir cualidades a las personas. Se produjo una guerra civil donde el país quedó devastado. Ese fue el origen de las facciones. Al acabar la guerra se intentó buscar una solución al problema y para ello desde la Oficina del Bienestar Genético diseñaron un experimento para restaurar la humanidad a su estado genético puro inicial. Los llamados divergentes eran las personas genéticamente sanas, los demás están genéticamente dañados. Chicago fue un experimento y la lucha de las facciones también fue un experimento para observar sus movimientos. Tris es una divergente y por lo tanto genéticamente sana, es pura; Cuatro no lo es, está genéticamente dañado, pero aparenta ser un divergente. Tris descubrirá los manejos de la Oficina y de su responsable, David, evitando, además el borrado de la memoria de los habitantes de Chicago, borrado que iba a ser utilizado en la guerra entre los abandonados y una de las facciones existentes.
Como en las películas anteriores, la historia se reduce a la mínima expresión. En esta nueva entrega podemos ahondar en el origen de la historia de las facciones y disfrutar de nuevos escenarios en un intento de renovar técnicamente la serie (aceptable recreación de las ciudades futuristas y de su ultramoderna tecnología). Resulta menos aburrida o monótona que la segunda entrega, consigue entretener algo, pero se olvida rápidamente y esto es algo imperdonable para cualquier película que se precie. Shailene Woodley continua tan poco acertada en su interpretación, en esta entrega como ya lo estuviese en las dos anteriores. Y es una pena porque yo le he visto a esta joven en dos películas: "Bajo la misma estrella" y "Pájaro blanco de la tormenta de nieve" el pasado año, donde demostraba, con sus estimables interpretaciones que puede ser algo más que un inexpresivo icono juvenil.
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