martes, 26 de julio de 2016

"Cleverman" una interesante metáfora social sobre los tiempos actuales


Acabo de terminar esta curiosa serie que se sale bastante de la línea escapista marcada por la mayoría de las series de género (fantasía o ciencia ficción) al uso, para entrar en la más descarnada  crítica social y política. "Cleverman" es una coproducción de seis episodios de la cadena norteamericana Sundance TV con el canal australiano ABC 1, fruto del desarrollo del departamento de ficción aborigen de ABC Australia. La trama está inspirada en la leyenda de los aborígenes de Gamilaraay y Bundajalung. La historia se sitúa en un futuro  próximo donde aparecen unos seres míticos, con un ADN diferente a los humanos, dotados de gran fuerza, resistencia y velocidad  que son llamados por la población "peludos" y que, incluso, son capaces de vivir más que los humanos.  Sin embargo son considerados y llamados  infrahumanos por parte de buena parte de la población y de la minoría blanca dirigente. Conviven en la llamada "Zona" con algunos humanos, la mayoría aborígenes australianos, sin embargo cuando comienzan a producirse brutales asesinatos en la ciudad se les echa la culpa a ellos, aunque los crímenes sean cometidos por una criatura mítica: el "namorrodor", al cual solo el "cleverman" le puede hacer frente. 

La trama gira, también,  en torno a dos hermanos  aborígenes que no se llevan nada bien entre ellos: Koen y Waaru, uno de los cuales, Koen, parece destinado a ser el "Cleverman", un hombre sabio que tiene poderes y sobre todo la capacidad de contactar con los "antiguos" y otras fuerzas ancestrales. La serie está llena de mensajes, matices y significados. Puede ser considerada una metáfora social aplicable a otras situaciones actuales, como el drama de los refugiados pero además nos habla del sentido de la transcendencia, la sabiduría ancestral, y muchísimas más cosas: las ansias de vivir eternamente por parte de algunos, el ansia de poder y riqueza, la manipulación de la población a través de los medios de comunicación, la demagogia política, la explotación de las personas, el racismo y la segregación. La serie es dura, no está exenta de violencia, no es un producto nada complaciente, pero se puede ver, si queremos ver algo diferente, con más propósito que la simple evasión escapista. A destacar la interpretación de los hermanos Koen y la presencia de Iain Glen, de Juego de Tronos, interpretando a un multifacético Jarrod Slade. Tras su estreno, el 2 de junio, fue renovada para una segunda temporada.

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