Título: I will follow you to the dark. Año: 2012. País: Estados Unidos. Duración: 112 minutos. Género: Terror. Director: Mark Edwin Robinson. Guión: Mark Edwin Robinson. Música: Jesse Voccia. Fotografía: Eduardo Enrique Mayén. Interpretes: Mischa Barton, Ryan Eggold, Leah Pipes, John Rubinstein, Frank Ashmore,Tammy Klein, Andy Chan, Melinda Browne, Kenni Kinsey. Productora: Epic Pictures / Castlight Pictures / Zero Gravity Management. Fecha de estreno en EEUU: 11-10-2013
La protagonista, Sophia Monet es una joven que atraviesa una profunda depresión tras la reciente muerte de sus padres, en apenas seis meses de tiempo. Se encierra en si misma hasta que sorpresivamente conoce a un hombre llamado Adam que le dará un nuevo sentido a su vida. Desgraciadamente Adam desaparece misteriosamente. Sophia jura encontrarlo aunque tenga que atravesar la frontera que separa el mundo de los vivos y de los muertos.
La película deja un regusto agridulce. Tenía a priori ingredientes para haberse convertido en algo interesante y naufraga estrepitosamente pues no funciona ni como drama romántico ni como película de terror. Ya, de partida, la traumática muerte de los padres de Sophie y el reto de ésta a Dios para que demuestre la existencia de un más allá podía haber dado mucho más de sí, pues esta es probablemente una de esas grandes cuestiones que todos nos hacemos en la vida:qué sentido tiene nuestra existencia y la eterna duda de que hay después de la muerte. Pues bien, el director y guionista de la cinta nos sumerge durante casi una hora en una historia romántica, del montón, tras la que de repente se nos introduce en una trama de terror sobrenatural, en la que salvando algún momento de sustos y de una opresiva atmósfera, tampoco acaba de funcionar. Y es que el amor del protagonista desaparece en un edificio abandonado, al parecer embrujado, en la que alguien se apodera de las cosas de los vivos para irles borrando de este mundo y llevárselos al otro lado. Había material también en este ámbito como para hacer algo bastante decente pero no, el director también naufraga en este plano del terror sobrenatural.
Una pena, pues ni funciona la fusión de los géneros ni cada uno de estos por separado. La película llega a hacerse larga, más de lo deseable, lo cual no es un buen indicativo que habla bien a las claras de los fallos en la narración de la historia. Al margen de estos aspectos negativos, poco más se puede decir del resto de la película, y ojo, que hay cosas que no son malas del todo pues cuenta con unas interpretaciones bastante correctas que están incluso por encima del tono general de la cinta, con una buena fotografía que capta hábilmente esa atmósfera triste, melancólica, deprimente y desasosegante que seguramente quería transmitirnos el director en la cinta.
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