La serie apenas esbozada hace una semana, tras haber visto el primer capítulo, nos va introduciendo en la vida e historia de cada uno de los personajes principales, una serie de personajes inolvidables, como veremos. Así vemos al joven Frankenstein de niño y como le impacta la muerte de su madre, hasta el punto de que un hecho como este le empujará a enfrentarse al reto de superar las barreras que separan la vida y la muerte, reto que se convertirá para él en una obsesión. Si en el capítulo anterior vemos a un joven doctor preocupado por su frágil criatura a la que llamará Proteus, posteriormente descubriremos la existencia de una criatura anterior, una abominación sin nombre a la que su creador abandonó y que se convertirá en una magnífica recreación, por lo sangrante y dolorosa, del viejo mito de Mary Shelley, ese sufriente Prometeo creado por un hombre que juega a ser Dios y que siente el desprecio cuando no el terror o la repulsión de los humanos. Esa abominación, a la que conoceremos con el nombre de Caliban acabará con Proteus y amenazará a su creador con matar a los que quiere, en el caso de que no responda a sus exigencias para que le fabrique una compañera.
Oiremos la historia de la vida del monstruo, de sus propios labios y veremos como finalmente encuentra acomodo entre las bambalinas de un espectáculo teatral sangriento conocido como "El Gran Guiñol". ¡Que mejor refugio para un ser como él!. El será el encargado de mover toda la tramoya, generar los efectos sangrientos, así como colocar, en determinados momentos, a los personajes en sus sorpresivas apariciones en el escenario. El viejo teatro será además uno de los escenarios clave en el desarrollo de la historia. Caliban se enamorará de la joven actriz, Maud, pero la curiosidad primero y la piedad luego, dará paso, posteriormente, a la burla, al miedo y la repulsión y la criatura, una abominable pero en fondo desvalida criatura necesitada de amor, tendrá que abandonar el Gran Guiñol.
Avanzamos en la trama esotérica central de la serie y descubriremos la confabulación de viejos espíritus demoniacos con resonancias egipcias: Amonet, Amon-Ra, que pretenden imponer su reino de maldad y oscuridad sobre la tierra y de la que nuestra enigmática Vanessa Ives será solo un involuntario instrumento. Vanessa tiene la habilidad de contactar con las fuerzas del transmundo y siente la presencia de su vieja amiga Mina, la hija del explorador Malcom Ray que habita en ese mundo intermedio entre la vida y la muerte, la luz y la oscuridad, entre este mundo y el otro. Malcom utilizará a Vanessa para llegar hasta su hija sin importarle las consecuencias que ese viaje al mundo de las tinieblas pueda tener para nuestra joven protagonista.
Inolvidables las frases de Brona en su lecho de muerte: "Tengo miedo. No se que o quien me espera al otro lado de la puerta ". El eterno miedo a la muerte que nos acompaña desde la cuna hasta la tumba. También escuchamos en los capítulos de la serie alusiones a "El Paraíso Perdido" de Milton, de boca de Caliban o versos del poeta romántico John Keats. Nuestros personajes principales acudirán al zoo y allí serán sorprendidos por una manada de lobos. Curiosamente al joven Chandler no le harán nada. Capturan a una criatura humana que parece poseída a la que someterán a crueles experimentos hasta que el infernal demonio que es su amo logre escapar, quien sabe a donde. Oiremos hablar de los Ancestros (otra vez las reminiscencias lovecrafianas) y como Los Ocultos se alzarán y dominarán el mundo.
En otro flashback, mediado el ecuador de la serie, conoceremos la historia de Vanessa y de Mina, de sus familias, su amistad intima ( o mucho más que intima) traicionada por Vanessa (por envidia) al acostarse con quien iba a ser su marido, su contacto con las fuerzas demoniacas, su durísimo tránsito por asilos y manicomios, sometida a crueles intervenciones y tratamientos hasta su recuperación al tiempo que Mina desaparecía, presa de esas fuerzas demoniacas. Vanessa se ofrece a ayudar a Malcom a recuperar a su hija, Mina. Vanessa vive atormentada por un enorme complejo de culpa y mantiene esas habilidades de contacto con el más allá. Descubriremos las historias y secretos de sus familias, el adulterio de Malcom con la madre de Vanessa, la historia de Peter, el hijo débil que rechazó a la joven Vanessa y murió en Africa, tan lejos y tan cerca de su padre, quien siempre quiso tener un hijo más fuerte y capaz. 
En realidad, cuando hablamos de fuerzas demoniacas hablamos de vampiros: Mina fue presa de uno de esos seres arquetípicos, llamemosle "Dracula", como en la novela de Stoker y cuando nuestros héroes se enfrentan a este ser, bien en el barco o en el teatro viene rodeado por una cohorte de criaturas no muertas generalmente femeninas, con la tez pálida, muy pálida, y la caballera, larga y blanca como la nieve. A pesar de su carácter coral, Vanessa (Eve Green) es para mi el gran personaje de la serie, la protagonista absoluta, se merienda literalmente desde el punto de vista interpretativo a sus compañeros. Su mirada triste esconde terribles secretos. Vanessa con su natural tendencia a lo prohibido caerá también en las garras de Dorian Gray, aunque a tenor de lo sucedido, en esta ocasión no será ella el juguete sino al revés.
La serie no es una serie de acción, aunque tenga escenas espectaculares. Su cabecera es un prodigio visual que resume perfectamente el alma de la serie, ese desbordado y decadente romanticismo que impregna buena parte de sus fotogramas. La serie que es estéticamente impecable, es sobre todo una serie de personajes, con una cierta factura teatral. Está llena de diálogos, de interesantes diálogos entre los personajes principales que nos hacen ver la evolución y el fondo psicológico de cada uno de ellos. La música de la intro encaja perfectamente con el espíritu y la estética de la serie. Los dos últimos capítulos de la temporada se centran en la posesión de Vanessa por el demonio o vampiro. Quizás, la única pega que pondría es que este tramo final se demora un poco, se alarga en demasía, haciendo que el ritmo se resienta un tanto. No obstante, resulta inolvidable la interpretación de Vanessa a lo largo de toda la serie y en especial en sus capítulos finales, en su papel de posesa, y como saca a la luz los más ocultos secretos, los trapos sucios de todos y cada uno de los otros personajes.
La iglesia no sale bien parada en la serie, una vez más. Traen a un sacerdote para que ayude a Vanessa y su única preocupación es saber si es una buena católica, apostolica y romana, antes de ayudarla sin condiciones a sacarle el demonio fuera, a exorcizarla, como haría nuestro señor Jesucristo. (Recuerdase el Nuevo Testamento). Será Ethan Chandler quien en cierto modo la exorcize y logre recuperarla al tiempo que descubrimos donde esta Mina: en el Teatro del Guiñol con su amo: el gran vampiro, el señor de la oscuridad. Allí se producirá el enfrentamiento final, donde será a la postre Malcom quien matará a su hija, o a lo que quedaba de ella, la criatura quiso aludir a su vinculo filial pero Malcom le recuerda que ya tiene una hija, en alusión a Vanessa. El final queda abierto a nuevas historias y aventuras. Descubrimos que Chandler es en realidad un hombre lobo. Ignorábamos el motivo por el cual aquel par de tipos querían capturarle y hacerle retornar a los Estados Unidos, aunque ahora lo suponemos y Vanessa nos deja, pendientes de una respuesta, en su último dialogo con un sacerdote le pregunta, ¿Usted quiere ser normal?.
En resumen Penny Dreadful mezcla en un Londrés victoriano el "Frankenstein" de Mary Shelley, el "Dracula" de Bram Stoker, "El retrato de Dorian Gray" de Oscar Wilde junto con otras referencias literarias como "El fantasma de la Opera" de Gaston Lerroux, "Allan Quatermain" de Haggard, "Los crímenes de la calle Morgue", de Poe, las obras de Lovecraft, obras de escritores góticos del siglo XVIII y XIX, o el comic "La liga de los hombres extraordinarios" de Alan Moore (en su afan de combinar diversos arquetipos literarios) junto a otros mitos e historias populares como la de Jack el destripador, el hombre lobo, etc. Cualquier otro con estos ingredientes habría hecho un pastiche indigerible. Sin embargo John Logan y Sam Mendes consiguen una serie de época con una excelente factura visual, unas buenas interpretaciones y una trama absorbente, en un clima asfixiante que recoge lo mejor del romanticismo literario y visual que he visto en los últimos años. Habría que retrotraerse al "Dracula de Coppola" para degustar un plato audiovisualmente tan atrayente.
Certamente Penny Dreadful é uma série de terror que tem vindo a conquistar jovens e velhos. Isso faz parte da programacion você pode desfrutar de Penny Dreadful em HBO , o canal para o público sempre incrível, nova, original e com uma excelente série elenco. Não perca a segunda temporada porque começou.
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