Otra novela de Gerard Klein sobre los viajes en el tiempo, pero que va mucho más allá de la simple aventura, la evasión y el divertimento propio de muchas novelas de ciencia ficción. La novela fue publicada en 1971. Yo la leí hace años en la colección Acervo. El teniente Corson resulta proyectado junto con un terrible monstruo a la superficie del planeta Uria, tras producirse una gran explosión en su nave. Allí conocerá A Floria, una humana que tiene el poder de la presciencia y también a Antonella, una viajera temporal de la que se enamorará. Corson se verá inmerso en una misión de la que dependerá la paz durante más de 6.000 años, iniciando así un fantástico periplo a través del tiempo: visita el planeta mausoleo Aergistal, oye la voz de los dioses y sabe que tiene que volver sobre sus pasos con el fin de rehacer la historia para poder preservar un segmento de realidad que debe conducir hasta el fin de los tiempos. Los urianos, Cid, los hipronos monstruos capaces de servir como cabalgaduras para atravesar las corrientes espaciotemporales....son algunos de los personajes que pueblan esta apasionante time opera donde se plantean múltiples paradojas y mundos posibles. Klein vuelve a incidir en esta obra, una vez más, como lo hiciera en "Los asesinos del tiempo" o como también Asimov en "El fin de la eternidad" o Pohl en "La llegada de los gatos cuánticos", todas ellas revisadas en este blog, en los vericuetos y peligros de la dimensión temporal y en su uso por parte de la humanidad.
A Gerard Klein siempre le asociaré con estas novelas de viajes en el tiempo, grandes epopeyas con guerras cósmicas entre planetas y civilizaciones que comienzan con un estilo de space opera para evolucionar hacia temas más transcendentes como son los que surgen de las eternas dudas sobre la naturaleza humana y su incardinación en el continuum espacio temporal: que somos, quienes somos, de donde venimos y adonde vamos. Klein nos habla de la realidad, el tiempo y el espacio hasta hacernos dudar de nuestra propia existencia. ¿Somos las mismas personas que nos acostamos la noche anterior?. ¿Es el sueño una forma de reconstruirnos cada día?. Los mundos alternativos abren la posibilidad de existir simultaneamente en varias líneas temporales alternativas. Series como Fringe, Doctor Who, Continuum y tantas otras deben mucho a obras como la referenciada y a escritores como Gerard Klein o Philip K. Dick, escritores que hablan sobre aspectos que hasta anteayer nos parecían inmutables como el tiempo, las dimensiones y los universos alternativos que con los avances teóricos de la mecánica cuántica empiezan a dejar de ser cosas de locos para servir de inspiración a nuevas formulaciones sobre el origen y la naturaleza del universo.
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