jueves, 13 de febrero de 2014

"La casa del lago", una agradable película de amor a través del tiempo


Título: La casa del lago. Director: Alejandro Agresti. País: USA. Año: 2006. Duración: 105 min. Género: Drama romántico. Interpretes: Keanu Reeves (Alex Wyler), Sandra Bullock (Dra. Kate Forster), Dylan Walsh (Morgan), Shohreh Aghdashloo (Dra. Anna Klyczynski), Christopher Plummer (Simon Wyler), Ebon Moss-Bachrach (Henry Wyler), Willeke van Ammelpooy (Madre de Kate), Lynn Collins (Mona), Mike Bacarella (Mulhern), Scott Elias (Doug). Guión: David Auburn; basado en la película "Siworae" (Il mare) de Lee Hyun-seung. Producción: Doug Davison y Roy Lee.Música: Rachel Portman. Fotografía: Alar Kivilo. Montaje: Alejandro Brodersohn y Lynzee Klingman. Diseño de producción: Nathan Crowley. Vestuario: Deena Appel. Estreno en USA: 16 Junio 2006. Estreno en España: 30 Junio 2006.

Esta es otra película que ví hace seis o siete años y que me dejó un agradable sabor de boca. La historia de la película se puede resumir en el siguiente argumento: Kate Forster (Sandra Bullock) es una solitaria doctora que deja su casa situada cerca de  un lago para irse a trabajar a Chicago. En el buzón echa una carta para que el próximo arrendatario de la vivienda le haga un favor: remitirle el correo que le pueda llegar a su nuevo apartamento. Alex Wyler (Keanu Reeves), arquitecto de profesión, es la persona que recoge su nota y que responde a la mujer, con la particularidad de que viven en años distintos, él en el año 2004, ella  en el año 2006. A partir de ese momento mantienen una curiosa relación epistolar a través del tiempo que desemboca en enamoramiento. Alex escribe cartas en el año 2004 y Kate los recibe en 2006 y viceversa. Cuando en un momento determinado deciden encontrarse se percatan de que no será tan fácil porque el destino puede conducirles a la tragedia. De hecho ella llega a observar el fatal accidente de tráfico en el que él pierde la vida (en el año 2004 de ella), antes de que ellos inicien su relación epistolar, antes de que se conozcan. 

No es fácil entender semejante argumento salvo que acudamos ya no a la teoría de los mundos paralelos, pues comparten el mismo espacio,  sino a una curiosa escenografía de tiempos paralelos que a un fanático, como yo de esta rara vertiente de la ciencia ficción, no lo voy a ocultar,  le encanta. La manera de esquivar ese fatal destino y por lo tanto llegar a ese deseado encuentro de dos personas que viven en el mismo mundo pero se comunican desde diferentes tiempos vitales (mejor no buscarle una lógica ni racional ni científica al asunto) es bastante acertada y coherente. 

El buzón de la casa del lago se convierte en una singular estafeta de conexión temporal donde se cruzan las cartas del pasado y del futuro de estos dos personajes que a medida que van cogiendo confianza y se van enamorando  prueban a encontrarse (como si fuera un divertido juego) y lo hacen en el pasado de una y el presente de otro (en una estación de tren en el que ella olvidó un libro), se encuentran casualmente sin saber que son ellos, o quedan en un restaurante en el futuro de uno y el presente de otra, cita a la que el nunca llegará, porque en el presente de ella, el ya ha muerto, precisamente en aquel accidente de la plaza, arrastrado por el autobús, dos años atrás.  

 Resulta, no obstante, extremadamente chocante que siendo Kate la que está en un tiempo posterior al de Alex sea precisamente la inquilina anterior al joven arquitecto. Para Alex la casa estaba abandonada desde hace tiempo. Kate juega con una pequeña ventaja porque en un  instante, al limite del tiempo de él descubre lo que le pasó  e intentará evitar que efectivamente suceda. Le pide que no acuda ese fatídico día a aquella plaza y que espere dos años y asi lo hará, provocando el feliz y final reencuentro.

En la película se combinan habilmente drama, romance, comedia y fantasía resultando un equilibrado conjunto que se ve con agrado, a la que contribuyen además del llamativo argumento, unas actuaciones sobrias y contenidas de su pareja protagonista y la presencia de algún secundario de lujo como Christopher Plummer, en el papel de padre de Alex. La música está muy bien escogida, la mayor parte de la BSO es obra de Rachel Portman aunque tambien hay canciones acertadísimas ( por lo melódicas y  románticas) de Paul Macartney, Nick Drake, Eels, The Clientele, Carla Bruni, Gerry Mulligan, Brad Mehldau, Sir Julian, Meshell Ndegeocello, Jukebox Junkie, Stan Getz, Rosemary Clooney, Paolo Conte, Brent Daniels y Carole King. Las diferentes canciones resaltan los momentos claves de la trama y de los personajes. Las voces en off de los protagonistas que nos van trasladando sus mensajes, su correspondencia epistolar están igualmente muy bien insertadas dentro del conjunto de diálogos que componen la película. En resumen una bonita película que se deja ver con agrado y que recomiendo vivamente a aquellas personas que no le hagan ascos a las películas románticas y que  acepten, al mismo tiempo,  de buen grado estos divertidos  juegos (fantásticos) sobre el tiempo.

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