jueves, 20 de febrero de 2014

"Dark City": Alguien mueve los hilos. Una pequeña obra de culto


Título original: Dark City. País: U.S.A. Año: 1998 Duración: 100 min. Dirección: Alex Proyas. Guión: Alex Proyas; David S. Goyer. Fotografía: Dariusz Wolski. Música: Trevor Jones. Intérpretes: Rufus Sewell (John Murdoch); Jennifer Connelly (Emma Murdoch); Kiefer Sutherland (Doctor Daniel Schrebel); William Hurt (Inspector Frank Bumstead); Richard O'Brien (Señor Mano); Ian Richardson (Señor Libro); Colin Frields (Detective Walenski)


La primera vez que  ví  esta película me dejó una profunda impresión. Ese mundo oscuro, donde nunca sale el sol, que se detiene de repente durante unos segundos y en el que viven ajenos a toda la tramoya de ese mundo sus habitantes me recuerda inevitablemente a los mundos y las fantasías de Philip K.Dick, uno de los grandes padres de la literatura de ciencia ficción. Su director, Alex Proyas, ya nos había seducido con su particular estilo neo-gótico moderno en "El Cuervo", y en esta película recrea una ciudad-universo creada por otros seres, los Ocultos, sumergiendonos al mismo tiempo en una interesante trama policíaca, con cierta ambientación de cine negro de los años 40. La cinta tiene  una potente banda sonora, perfectamente adaptada a su estética, ritmo e historia, con esos ritmos, en ocasiones monocordes pero tremendamente efectivos que marcan los tiempos de parada y puesta en marcha de los ciclos de este singular universo. La película cosechó en su estrenó escasos resultados en taquilla y criticas dispares. Sin embargo creo que puede  considerarse, sin lugar a dudas,  por su original puesta en escena,  su tratamiento artístico y sus múltiples lecturas y significados un clásico del género, una pequeña obra de culto. 

Seguramente  si no triunfó es porque exige cierto esfuerzo por parte del espectador a la hora de entender el significado de la trama y porque presenta un ritmo quizás algo pausado, alejado de los juegos pirotécnicos y de los toboganes climáticos de muchas películas de acción y ciencia ficción. Los mundos artificiales  son un lugar bastante común en la literatura  y en el cine de ciencia ficción. Desde luego no han sido inventados por películas como la sobrevalorada Matrix, epítome de los mundos artificiales donde los haya, y con la que esta pelicula, anterior en el tiempo, tiene bastantes puntos en común. Ya  hemos visto, esos mundos, por ejemplo, sin ir más lejos, en películas como Desafio Total, basada también en un relato de Philip K. Dick, Nivel 13, el Show de TrumanExistenzVirtuosity, y tantas otras.
  
El protagonista de la película es John Mudoch, interpretado por Rufus Sewell que se despierta un día de noche en el baño de un hotel, sin recuerdos, apenas unos retazos de un paradisiaco lugar donde se supone que estuvo en algún momento de su vida. Murdoch es acusado de ser un asesino  en serie, al tiempo que empieza a intuir que la ciudad y sus habitantes son objetos de manipulación por un grupo llamado "los ocultos", una raza alienigena, con poderes telepáticos,  incapaz de sobrevivir al aire libre que utilizan los cuerpos humanos muertos como recipientes para poder moverse por la ciudad. Por cierto su apariencia  recuerda claramente la de Nosferatu de Murnau. Estos seres tienen la capacidad de modificar la realidad, transformando la forma de la materia, habilidad que usan para recrear la ciudad cada noche y así adaptarla a las memorias modificadas de sus habitantes humanos. Borran y generan recuerdos, mezclando los existentes en las mentes de los humanos. El  psiquiatra Daniel P. Schereber (Kiefer Sutherland) les ayuda en la creación, modificación y combinación  de nuevos recuerdos.


Este mundo es como un gran teatro en el que, a media noche, momento en que la ciudad se detiene por un momento y los humanos caen en una especie de sueño, los Ocultos además del escenario de la ciudad cambian el papel de cada habitante, en base a los nuevos recuerdos implantados. En la película se plantea hasta cierto punto si lo que importa en nuestras vidas es la predisposición genética, el alma o la cambiante realidad de nuestro entorno. ¿Una persona con recuerdos de un asesino será necesariamente un asesino?.Los Ocultos al tener el don de la telepatía comparten sus recuerdos y conocimientos como si de un gran cerebro u organismo colectivo se tratase. Por eso tienen un enorme interés o curiosidad por descubrir que nos hace diferentes a cada uno de los humanos, ¿es el alma? y ¿que perfila el alma?, ¿las experiencias personales?, ¿los genes?. Los Ocultos secuestraron a cientos de humanos y los retienen en una ciudad artificial recreada por ellos mismos que en realidad  está oculta en una nave que navega por el espacio interestelar. 

En realidad en la película nada es como parece, dejando muchos caminos abiertos. ¿Hay un margen para el libre albedrío?, ¿Los recuerdos nos condicionan hasta tal punto de hacernos de una forma u otra, como vemos en la película en algunos personajes?. En el fondo late la gran pregunta sobre nuestra identidad, ¿quienes somos?, ¿De donde venimos?, ¿a donde vamos?. ¿No seremos producto de la imaginación de alguien?. ¿Podemos probar que el pasado es real y no un implante, un mundo irreal que se ha activado en nuestro cerebro hace cinco minutos?, y el futuro, ese futuro que no ha llegado todavía, ¿Realmente existe o es un vano sueño que perseguimos, sin poder alcanzarlo jamás?. Tal vez no exista nada, ni el tiempo pasado que recreamos, ni el presente inaprensible que se convierte en ese pasado, tal vez irreal, ni el futuro etéreo, un sueño que pasa velozmente ante nuestros ojos y se pierde en las brumas de ese borroso pasado. Seremos tal vez el sueño de alguien. En resumen, magnífica película, no apta para  los gustos de un publico mayoritario pero altamente recomendable para los buenos amantes del género.

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