jueves, 27 de marzo de 2014

"Insidious 2", Segundas partes nunca fueron buenas


En este mismo blog comentaba hace unos meses la primera entrega de "Insidious" (2011), una obra que entonces calificaba de imperfecta pero de la que destacaba su original planteamiento, "soñar, viajar astralmente puede traer consecuencias funestas si te traes de vuelta algún parásito", además de su gusto por el terror de la vieja escuela: "las atmósferas ominosas, los ruidos de las puertas, las sombras acechantes en los rincones oscuros de la habitación", terror que he  comentado, en más de una ocasión,  es de agradecer frente a los excesos hemoglobínicos de los que ha hecho gala el género en las últimas décadas. Sin embargo el original planteamiento de la primera entrega y los posibles elementos de sorpresa que había en aquella se han perdido, dando la sensación de que nos están dando más de lo mismo, lo cual es muy malo porque demuestra que la formula empieza a dar síntomas alarmantes de agotamiento. Pese a todo la película se deja ver y ello es posible por el buen hacer de su director James Wan que no debiera caer, sin embargo, en la autocomplacencia ya que podría ser el principio del fin de su carrera. Comentemos un poco el argumento.

La película empieza allí donde terminó la anterior. Josh y Renai Lambert se han mudado con sus hijos a la casa de Lorraine, madre de Josh, esperando olvidar los terribles acontecimientos que vivieron en la anterior entrega, pero pronto volverán las visiones y fenómenos inexplicables y poco a poco se irán desentrañando los extraños motivos por los que siguen conectados al mundo de los espíritus. 
Al inicio de la película vemos a Josh, de niño, siendo sometido a una prueba, una especie de juego (frio, caliente) para averiguar quien es el espíritu que le está acosando. Cuando, Carl, amigo de Elise, con la ayuda de esta descubren que se trata de un espíritu maligno, Elise suprime la habilidad del pequeño para conectarse con el más allá. Posteriormente regresamos al momento actual. 

Al final de la entrega anterior recordemos que Josh o mejor dicho el espíritu maligno que se metió en su cuerpo cuando fue a buscar a su hijo Dalton al mundo de los espíritus, asesinó a Elise.  Su mujer, Lorraine consciente o al menos sospechando  que Josh no es su marido contacta con el amigo y colega de Elise, Carl, con el fin de que le ayude a recuperarlo. Carl trabaja en su comunicación con los espíritus con un juego de dados, en vez de con  la tradicional ouija, de forma que logra conectar con Elise quien le pone sobre la pista de lo que estaban buscando: Quien es el espíritu maligno. 

De este modo acuden a un hospital donde trabajaba Lorraine, y en donde al parecer había un hombre llamado Parker que se suicidó tirándose por la ventana y que había asesinado a medio centenar de personas, entre ellas a su madre. Lorraine y Carl se dirigen a la casa de Parker donde descubren que no era Elise la que se comunicaba con ellos sino la madre de Parker, un ser malvado que abusaba de su hijo al que decía que era una mujer y al que vestía como tal. Cuando Parker asesinaba a sus victimas se vestía de mujer, con un vestido de novia negro. 

Josh, poseído por el espíritu de Parker, asesina a Carl quien desde el más allá contacta con el espíritu de Josh con el fin de que retorne a su cuerpo. El regreso se produce en la vieja casa donde vivían anteriormente los Lambert, la casa de la anterior película. Elise libera a Parker de su madre, liberando a la vez a Josh quien encuentra a su hijo Dalton volviendo todo a la normalidad. Sin embargo, por la escena final, parece que  la película deja la puerta abierta a alguna otra secuela, entendible desde el punto de vista económico, la primera cinta con un coste de 2 millones de dolares recaudó, 100 y la segunda con un coste de 5 ha recaudado 120 millones, pero no desde un punto de vista artístico.

Al principio de la entrada decíamos que la película carecía de la originalidad de la primera. Así es, al margen de destripar el sorprendente punto de partida de  la primera cinta (ojo con soñar pues podemos viajar a dimensiones  inexploradas donde habitan los espíritus y no todos precisamente benévolos) hay imagenes que nos recuerdan demasiado a otras películas como el fantasma de "La mujer de negro", y situaciones como las del hijo travestido que deviene en psicópata, por mor de la influencia de su madre, nos trae a la memoria sin quererlo al personaje de Noman Bates en "Psicosis". Por otro lado, allá donde había suspense e inquietud por lo inesperado (en la primera) aquí hay ganas de pasar página cuanto antes y a ver donde nos conduce el director en sus vueltas y revueltas argumentales con su película. Sólo un par de sustos y un hábil dominio de las atmósferas terroríficas, como he dicho al principio, amortizan la película.


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