
Título original: Children of men. Dirección: Alfonso Cuarón. Paises: Reino Unido y USA. Año: 2006. Duración: 109 minutos. Género: Thriller, ciencia-ficción. Interpretes: Clive Owen (Theo), Julianne Moore (Julian), Michael Caine (Jasper), Chiwetel Ejiofor (Luke), Charlie Hunnam (Patric), Claire-Hope Ashitey (Kee). Guión: Alfonso Cuarón, Timothy J. Sexton, David Arata, Mark Fergus y Hank Ostby; basado en la novela "Children of men" de P.D. James. Producción: Marc Abraham, Eric Newman, Hilary Shor, Tony Smith e Iain Smith. Música: John Tavener. Fotografía: Emmanuel Lubezki. Montaje: Alex Rodríguez y Alfonso Cuarón. Diseño de producción: Jim Clay y Geoffrey Kirkland. Vestuario: Jany Temime. Estreno en Reino Unido: 22 Sept. 2006. Estreno en España: 20 Octubre 2006.
Dos veces he visto esta película en los últimos años, la primera en el 2007 y la segunda algunos años más tarde y las dos veces me ha impactado convirtiéndose en una de mis películas favoritas de los últimos años. Nos encontramos en el inmediato futuro, en el año 2027. Hace 19 años que nació en la tierra el último niño. La humanidad vive sumida en un estado de nihilismo y desesperanza. Gran Bretaña es un estado cuasi policial y totalitario en la que los refugiados son internados en campos de concentración en condiciones infrahumanas. El protagonista es un burócrata, Theo, interpretado por Clive Owen que vive en un estado de apatía y conformismo, del que saldrá cuando una antigua compañera sentimental, Julian, interpretada por Julianne Moore le pida un favor: conseguir que una refugiada, Kee pueda salir del país sin problemas. De este modo, Theo se embarcará en un proceloso viaje hasta la costa, en donde atravesarán mil y una vicisitudes: persecuciones, ataques terroristas en los que perecerá Julian, enfrentamientos armados con las fuerzas de seguridad, etc. Kee es algo más que una refugiada, es un símbolo para el renacimiento de una nueva humanidad, porque lleva en su seno el germen de la esperanza, el primer bebe que nacerá después de casi 20 años, en los que la humanidad parecía abocada a su desaparición.
La película supera claramente las estrechas fronteras del género de la ciencia ficción, para convertirse sencillamente en una magistral cinta cinematográfica, una dura y conmovedora película que nos golpea con su estilo hiperrealista y su tono de documental, que nos sacude emocionalmente por lo que cuenta y como lo cuenta, que nos enfrenta a nuestros fantasmas familiares, como sociedades y como especie (los flujos migratorios, el control de la población, etc), que ya no son de un improbable futuro sino que empiezan a ser de un inquietante y cada vez más real presente. Si la película es de género es básicamente por tratarse de una negra distopía ambientada en ese inmediato futuro en que la humanidad de repente se convierte en estéril, pero poco más, pues carece de los lugares comunes en el género, no hay alienígenas, ni naves espaciales, ni robots, ni viajes en el tiempo, etc. No hay efectos especiales que nos distraigan, solo una pesimista visión de un futuro que esta larvado en nuestra propio presente, mostrado de forma tan realista que podría ser real mañana mismo.


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